DIA DE LA MUJER
TRABAJADORA
Porque antes que exigir algo, hemos de saber bien que pedimos.
Y no es otra cosa que valores, actitudes, horarios, responsabilidades, tareas y demás exigencias, que nos alejan y destruyen nuestra feminidad.
No podremos nunca ser femeninas y coherentes con nuestros ideales, ilusiones, facultades y dones femeninos, tratando de ponerlos en práctica en una sociedad como esta.
Hemos de apartarnos del patriarcado, desarrollando entre todas y todos ( aquellos hombres con energía femenina), una sociedad a parte, impregnada de nuestras cualidades femeninas.
Solo así podremos conciliar familia y trabajo. Solo así podremos cuidarnos y protegernos de la agresividad masculina. Solo así nuestros hijos no serán moneda de cambio con la que compensar unos divorcios o separaciones.
Pero las mujeres somos débiles y perezosas cuando preferimos nadar y guardar la ropa. Vivir sin ideales ejemplares que nos recuerdan nuestra parte divina. Y por tanto, nos convertimos en quejumbrosas victimas, mientras nos aprovechamos de los privilegios del rancio patriarcado.
A vosotras mujeres que sois luchadoras y reivindicativas tan solo cuando os conviene. Os reto a que recuperéis vuestros ancestrales principios. Vuestra fuerza femenina auténtica. Y para empezar nada mejor que el ejemplo de algunas mujeres valientes, coherentes, libres e inteligentes.
Ellas acabaron suicidándose, porque su extrema sensibilidad e inteligencia no pudo soportar vivir en una sociedad aún más machista que la nuestra, donde las terribles guerras y genocidios acabaron por arrebatarles la cordura.
Mi homenaje en este día es para Simone Weill, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik y Virginia Woolf. Y tantas otras féminas que lucharon por sus ideales y principios hasta perder la vida en ello.
Tan solo les faltó haberse encontrado y haber puesto en práctica sus ideas.
Ellas son mis heroínas y las mujeres a las que todas nosotras deberíamos leer y tratar de imitar.
Y dejar de parodiar y de estar tan pendientes del sexo masculino, al menos mientras no nos trate con el respeto y la dignidad que merecemos.
Claro que esos valores antes se deben ganar.
Margarita Basi.
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