IDNTIDAD FEMENINA II
Para conocerse a uno mismo seas hombre o mujer, hay algo que es imprescindible a ambos sexos: autoafirmarse através de la validación que nos aporta el entorno.
Es decir que el ser humano, encuentra en sus semejantes y en su cultura, una gran parte de la información, creencias y emociones que necesita recibir para la correcta contrucción de su identidad.
Si esto es así, comprenderemos enseguída que, si la cultura y civilización actual y precedente es y ha sido la patriarcal, basada en una energía masculina y con unos valores, creencias y actitudes basadas más en el ying que en el yang. Estaremos de acuerdo en que, tan solo la mujer o personas con una energía más femenina que masculina, encuentren muchas más dificultades, obatáculos y rechazos en el entorno, a la hora de configurar su identidad.
Porque el espejo de nuestra cultura patriarcal, no devuelve a las mujeres un minimo de rasgos femeninos con los que sentirse seguras, confiadas y orgullosas.
Es necesario ser reconocido, a través de sentir que parte de tu naturaleza y esencia, está y es expresada en el entorno en el que vives, y en las personas que conviven contigo en ese mismo medio. Para identificarte a ti mismo con seguridad y autoestima.
De lo contrario, vivirás inconexo de aquellos cuyos valores no te son afines, porque no hallarás en ellos la parte de tí que necesita ser reconocida y aceptada.
La mujer no es un ser extraño, incomprensible, impredecible y absurdo, como a lo largo de la historia de la humanidad, el hombre nos ha querído hacer creer.
Sin embargo si lo es, cuando entra en contacto con un medio completamente opuesto a su esencia y cualidades femeninas, que no le devuelve esa validación de la que hablabamos antes.
Algo que al hombre le ocurriría de igual manera, si se viera expuesto a un medio matriarcal y femenino en casi todas sus expresiones y facetas.
Por ello tan solo creando un mundo, entorno o sociedad afín a su naturaleza femenina, la mujer podrá llegar a descubrir su verdadera identidad, y con ella todo su potencial y poder.No sintiéndose inferior, desvalorada o desacreditada nunca más.
Porque comprenderá que sus cualidades femeninas son tanto o más respetables, admirables y necesarias que las masculinas.
La mujer no debería seguir gastando inútilmente su energía en convencer al hombre de su validez humana y femenina, porque seguirá recibiéndo de éste la misma respuesta: paternalismo, repeto ficticio y no interiorizado y en algunos casos agresividad y violencia.
La mujer debería autoconvencerse de que sus valores femeninos, aunque no estén reconocidos como cualidades competentes que aportan un beneficio tangible a la sociedad. (Pues es según estos criterios como lo masculino valora o no cualquier aptitud venga de donde venga). Son y han sido los que han salvado a la humanidad de su extinción. Y que sin ellos, los seres humanos quedamos desprotegidos de nuestra esencia humanista, para caer en el abismo de nuestra propia y natural animalidad, salvajismo y crueldad sin límites.
El día en que la mayor parte de la población femenina se de cuenta de este poder, dejara de sentir la necesidad de igualarse continuamente al hombre. Y éste comenzará a respetarla como a una igual.
Como a alguien que ha construido su propia vida, sin el paraguas protector de la masculinidad.
FIN
Margarita Basi.
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