sábado, 24 de diciembre de 2016

       


                         CONTEMPLACIÓN FEMENINA  


Acabo de leer en la vanguardia de hoy, una entrevista al poeta Jesús Aguado quién acaba de publicar, "Therigatha" ( Kairós).
Una recopilación de poemas escritos por ancianas sabias, definición literal del título del libro, que Aguado ha traducido, versionado e interpretado.    
Se trata de poemas escritos por las primeras mujeres budistas, contemporáneas a Buda.
Ellas no solo demuestran en estos versos su talento, que surge de la extrema sensibilidad y conexión con su mundo espiritual. Si no que además nos conmueven por su fortaleza y tenacidad, por haber logrado superar y transgredir, los rígidos cánones sociales de una época en la que la mujer, no era ni tan siquiera considerada un sujeto libre e independiente.

Jesús Aguado hombre sabio y sensible, dice en el artículo que a diferencia del discurso de otros grandes hombres sabios, más racional y escolástico. Estas mujeres suscitan en su escritura una pureza cristalina y directa de la vida, sin perder la sensibilidad espiritual de su capacidad contemplativa. 

Aguado prosigue diciendo que estas mujeres hablan sobre cosas esenciales y verdaderas. "Enseñan la importancia de ser libre interiormente para relativizar todo lo que ocurre fuera... Incluso a no apegarse a desapego".
Acaba Aguado su artículo con esta frase maravillosa:
".... Para no perderse en los laberintos del mundo contemporáneo, hay que dejarse guiar por la sencillez y la experiencia directa de lo cotidiano. Las verdades esenciales ya estaban contadas por ellas y muy bien contadas". 

Leer este texto me ha reconfortado, así como reavivado mi teoría.

La de que muchas mujeres siguen insistiendo en repetir e imitar los comportamientos y actitudes masculinos, basados en unos valores y principios que fundamentan su credibilidad, en la ostentación y magnificencia de tesis, reglas y razonamientos más grandilocuentes y hábilmente maquillados de omnipresencia, que de sustento y esencia vital y sincera.
Lo que quiero decir es que tan solo las mujeres sabias, pueden darse cuenta de que el discurso masculino es el que sigue moviendo el mundo, pero eso no significa que al mundo le convenga.
Y por tanto, así como ellos ya hace casi diez mil años decidieron actuar y crear el mundo a su imagen y semejanza, ya va siendo hora de que las mujeres, hagan lo propio.
Pero ellas, las poco sabias, evalúan el éxito y la seguridad de sus vidas en función del baremo masculino. Cuyos valores no les ofrecen ni  libertad ni reconocimiento, sino todo lo contrario.  
Pero como no se atreven a dejar su estatus cómodo, previsible y dependiente de esos valores masculinos, se creen sus propias mentiras piadosas y siguen viviendo de alquiladas en un mundo, que el hombre siempre les recuerda que no es suyo. Porque no se la ha ganado.
La gran paradoja de la vida, a mi modo de ver, es que una mujer o un hombre con energía femenina, poseen en su interior los principios y la sabiduría necesarios, para no solo afrontar de forma libre, independiente y satisfactoria la vida y sus avatares. Sino que la sencillez, la compasión, la visión practica y esencial de los problemas sociales, la capacidad de cuidar tanto el cuerpo como el espiritu humano y la cotidianidad con la que lo hacen, salvarían y mejorarían un mundo superficial, narcisista, sin ideales y sin escrúpulos que ya está herido de muerte. 

Margarita Basi. 

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