lunes, 10 de agosto de 2015


                     EL AMOR NO ES LO QUE PARECE....


¿Hombres y mujeres, seguirían juntos en pareja si les quitaran todo aquello que comparten y les une, dejándolos tan solo a merced de los sentimientos que se profesan el uno al otro?
Varias veces me he hecho yo misma esa pregunta y mi respuesta ha sido siempre la misma: creo que no.

Llamarme escéptica o algo peor pero es así como yo lo veo cuando observo a las parejas en general.
El escepticismo es lo opuesto al dogmatismo. Cuestionarse y revelarse ante aquellos que dicen tener la verdad absoluta, protege nuestra individualidad y da sentido al propio mundo personal, manteniéndonos  alejados del borreguismo y del alienamiento que tan de moda están, lamentablemente hoy día.
Pero no me quiero ir del tema.

La mayoría de las parejas consolidadas discreparán absolutamente de mi opinión. Sin embargo son pocos los sentimientos puros que se mantienen intactos en el tiempo, después de varios años de relación sentimental, sin ser influidos por las naturalezas distintas y evoluciones dispares de los individuos que se aman.
La falsa e hipócrita creencia que dicta a una pareja, según el cristianismo: amarse "hasta que la muerte os separe", no solo es un sinsentido en sí mismo sino que además deviene una trampa mortal para el verdadero amor.
Pero las parejas siguen prometiéndose amor eterno. ¿Porque? 

Porque reconocer el estado finito y limitado en el tiempo del amor sentimental, le resta romanticismo y también ganancias a miles de negocios que viven de ello.
Porque no reconocer esa certeza  y evidencia sería contraproducente para el mantenimiento de los verdaderos valores e intereses que se esconden bajo el manto puro del amor, y que son entre otros....

- El matrimonio; invento maligno en el que puedes conseguir grandes logros, pagando un alto precio, claro está.
- Una casa más grande y lujosa que tan solo tu, no podrías permitirte pagar.
- A veces incluso, crees que sin una pareja no podrías tener hijos, pues piensas que solo es posible educarlos y amarlos correctamente junto con una pareja sentimental a tu lado. 
- El estatus social que se adquiere cuando estás en pareja. La sociedad respeta y confía aún hoy día, en quienes tienen una pareja más que en aquellos que viven sin ella.
_ La comodidad para ellos de encontrar la casa limpia y organizada después de un duro día de trabajo compensa lo que una vida en pareja te hace perder. Y tener el respaldo económico que ellos te suelen brindar sin apenas oponerse, no tiene precio.....

Todos estos intereses y otros, son muy atractivos a los ojos de una pareja que si bien al inicio de su relación ni siquiera piensa en ellos, si que con el paso del tiempo los irá acumulando. Como los puntos del supermercado.
¿Esperarán poder canjearlos si alguna vez ocurriera algo inesperado en su vida de pareja?

Desgraciadamente no mucha gente tiene la libertad, la humildad, la sabiduría, la compasión y la madurez emocional necesarias, como para desear mantener relaciones sentimentales de primera categoría, aunque éstas no perduren en el tiempo..... Más de lo que tengan que
durar.

Margarita Basi.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en lo que aquí expones, y añadiría aspectos que aportan más luces y sombras, a la vez que reflejan mi opinión en todo esto.
    El amor puede no ser permanente. Hay que mimarlo y esforzarse en el dia a día ..., aún con eso tampoco se nos garantiza el 'amar eterno', si bien con palabras de amor bien pronunciadas, pretendemos proyectar nuestro sentir en el 'ahora', nos hacen estar bien, son agradecidas para quien las recibe y proporcionan seguridad a la relación. Estarás también de acuerdo en que el amor está muy por encima de los estados de ánimo o del sentir del momento; de eso va mi comentario.
    Todos somos perfectos en nuestra esencia, si bien en el tiempo, sufrimos por experiencias impactantes que a su vez generan "creencias inconscientes"; no ideas en sí mismas, sino 'certezas auténticas' que pueden incluso generar falsos sentimientos a través de los que se filtran y crean las 'realidades' que confunden nuestro propio 'yo quiero'. Todo esto actúa en el subconsciente. Dichas creencias nos hacen más volubles, nos confunden e incluso inhiben los sentimientos más auténticos. Todo esto tiene su impacto en nuestras relaciones.
    Sería idóneo que pudieramos estar ante un espejo que nos permitiera llevar todo esto a un plano consciente, procesarlo y así saber discernir hasta que punto nos puede confundir el "sentir"o "no sentir" en el amor. Porque 'se ama' o 'no se ama' (no existe el amor a medias), y cuando 'nos reconocemos amando', debemos confiar en las actitudes que nos permiten avanzar, para que cuando llegue el momento, desplegar las alas coordinadamente con el otro, con convicción y sin miedos al mañana. De lo contrario, o nos caemos al primer intento, o 'ese amor' se lo llevará las corrientes de aire del primer o segundo embate. Ese 'amor' no es lo que parecía. Probablemente tan sólo era una atracción, romanticismo, apego, interés, admiración, dependencia, o como se quiera que se llamara el sentir del momento, pero no era amor.
    No hay nada más hermoso en la vida que amar y sentirse amado, por los demás (pareja, familia, amigos) y sobre todo amarnos a nosotros mismos. No deberíamos caer ni en las frivolidades que nos establece la sociedad como dogma, ni en la búsqueda de la perfección imposible. Actuamos en libertad cuando lo hacemos en base a elecciones propias. Donde dirijamos nuestra atención, irán también nuestras emociones y ello puede resultar en una fuente de equilibrio o desequilibrio en nuestras vidas.
    Cuando algo o alguien nos importa de verdad, acercarnos más y con espíritu abierto, puede ayudarnos a descubrir mucho más, y así, que continúe la atracción en un "sin parar" de emociones.
    Sólo se vive una vez, o al menos de esto es de lo único que tomamos consciencia plena en el presente.
    Hoy, ya avanzados en la edad adulta, casi todos estamos casados o divorciados, o divorciados e independizados o vueltos a comprometer, con la idea de no equivocarnos en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarnos al tercero y al cuarto... qué importa...
    Roma o Taormina son para mi recuerdos recientes de maravillosos romanticismos del pasado. Pero no hubo reciprocidad, quizás para el otro fuera tan sólo un 'divertimento' que por boludeces varias de ella, a mi me dejó KO y del que tardé en recuperarme, de hecho continúo en ello. Obviamente eso tampoco fue amor y en estos casos, hay que saber retirarse a tiempo.
    Los meses pasan, los años pasan, ... la vida pasa, ¿la vamos a dejar escapar sin pena ni gloria?. Depende -en gran medida- de nosotros mismos, hacer que en el amor ésta vida también nos resulte extraordinaria.

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