martes, 18 de agosto de 2015



                            LA MAESTRÍA DEL AMOR


Este fin de semana revisando mis  libros, descubrí un libro llamado: "La Maestría del amor", del Dr. Miguel Ruiz. Autor del bestseller: "Los cuatro acuerdos".
Volver a leerlo fue un placer inesperado. De nuevo constataba lo que en esta cuestión llevo tiempo explicando: creemos que es amor lo que no es más que miedo, control y dependencia.
Pero ¿Que es la maestría del amor según el Dr Miguel Ruiz? 

Algo que lamentablemente está  muy lejos de lo que la mayoría de las parejas tienen entre ellas.
Si quisiéramos amar según la maestría del amor, deberíamos antes limpiar nuestras heridas emocionales y luego, ser conscientes de que el amor juega, se divierte, comparte intimidad y vulnerabilidad, pero nunca se encarga de inmiscuirse, manipular o modificar las emociones y forma de ser de la pareja.
¿Hay alguien aún por aquí que haya conseguido lo primero y que piense así?
Creo que muy pocos.
Pero no os desaniméis, es posible conseguirlo. Tan solo cambiando nuestras creencias y apartando el miedo de nuestras vidas, conseguiremos que solo el  amor sea nuestro guía.

El Dr. Miguel Ruiz dice entre otras cosas:

El amor no tiene obligaciones. El miedo si.
El amor no tiene expectativas. El miedo si.
El amor se basa en el respeto. El miedo no respeta nada.

La auto compasión proviene de la falta de respeto hacia uno mismo.
     
El amor tiene compasión. No lástima ni piedad.
El amor es generoso. El miedo es egoísta.
El amor es incondicional. El miedo está lleno de condiciones.

Yo te amo tal cual eres y eres libre de ser tu mismo. Pero si lo que tu eres deja de gustarme, te dejaré marchar liberándome y liberándote de mi. Nunca intentaré retenerte, cambiarte ni manipularte porque te quiero y porque no te necesito para ser feliz.
Yo tengo todo el amor que necesito en mi misma, pero si encuentro a alguien que; encaje en mi forma de ser genuina y única, no se haga cargo de mi "basura o heridas emocionales", me respete y no espere de mí más que compartir nuestra intimidad y disfrutar de nuestro amor, sin querer cambiarme ni controlarme. Entonces viviré ese amor hasta que se acabe, sin más expectativas.

El miedo es el gran enemigo del amor, y nuestra cultura y educación  se han encargado de que ese miedo esté presente en cualquier acción, pensamiento o deseo que vayamos a emprender.
Solo de nosotros depende dejar esas falsas creencias y volver a ser libres.  

- Dejar de dar importancia a lo que los demás vayan o no a pensar de mi.
- Dejar de defender mis creencias y opiniones llegando a veces a enemistarme o enfadarme con alguien, pues me dan seguridad.

- Dejar de aferrarme a personas o relaciones porque creo que sin ellas no voy a ser feliz. Aún me hará a la larga más infeliz. 

- Empezar a ser fieles a nuestra autentica forma de ser y sentir, porque nos han hecho creer que la falsa identidad que vendemos a los demás es la buena, la que les gusta, la que hace que nos acepten y nos quieran..... Quién de verdad te quiere lo hace porque ama tu verdad, tu autentico ser y no el falso en el que te has convertido. Al falso lo quieren los que buscan en ti algún tipo de interés.

- Ser responsables únicos de nosotros mismos. Nadie nos obliga a llevar la vida que llevamos. Solo tu la has elegido y tan solo tu puedes cambiarla si quieres.  

En el próximo artículo daré las tres motivaciones que según el Dr. Ruiz nos hacen llegar a la maestría del amor.


Margarita Basi.

1 comentario:

  1. Ese miedo puede estar también en uno mismo y cuando interfiere con las emociones del amor, todo esto se vive de forma todavía más compleja.
    Existen personas que consciente o inconscientemente se desvinculan de una relación al darse cuenta de que se están enamorando. Sus mecanismos defensivos están fallado, comienzan a sentir temor en la medida que sienten que se está entrando una etapa más seria y de mayor compromiso. De esta manera provocan disputas o buscan defectos inexistentes y se distancian buscando pretextos para no tener que volver a verse. Ese comportamiento de huida suele darse en personas altamente sensibles, personas que en su vida parecían ir a “contracorriente” . En estos casos, yo no percibo ‘basura emocional’ alguna, sino fracasos previos o algunos temores profundos quizás todavía no resueltos.
    Las personas sensibles sufren cuando no ‘pueden’ dar el paso y hacen sufrir a quienes les aman, ya que, en su interior y a pesar de las palabras, estos últimos son perfectos conocedores de la reciprocidad del amor que ambos se profesan, a la vez la situación generada les niega.
    Se protegen desapegándose de las relaciones, disfrutan de la ‘sabiduría’ de la soledad, mientras van esperando la llegada de ese nuevo amor idealizado o estableciendo relaciones efímeras a través de redes sociales y que no impliquen compromiso. Están es su zona de confort y es ahí dónde se sienten seguras y protegidas.
    Estos casos sólo pueden resolverse por uno mismo, con mucho amor propio, tomando consciencia de ello a través de la introspección, pensando en la persona, el vínculo que se desea y actuando en consecuencia de manera consciente. La impulsividad, la huida o el aislamiento, lejos de ser una solución, provoca en estos casos un refuerzo del miedo y no lo evita. Es importante preguntarse qué les sucede, por qué eligen alejarse, a qué se teme.
    Con la pareja, el secreto está en la capacidad para dialogar, la confianza, el respeto mutuo, y en aceptar ese sentimiento propio del amor por el otro.
    El amor es una aventura que siempre merece la pena vivirla, y si es al lado de personas altamente sensibles, puede ser tan increíble como bella, si bien antes de embarcarse en la aventura, hay que aprender a dominar esos miedos.
    Si se aporta esa sinceridad que nace del corazón, que intuye y complace, que sabe afinar la felicidad, que no miente… y además existe el coraje suficiente para afrontarlo, es preferible no cerrar las puertas y que sea el propio amor quien actúe con maestría hasta que en verdad se acabe, sin más expectativas.

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