miércoles, 15 de julio de 2015



                          EL IDEAL MASCULINO                        

Siguiendo con lo anteriormente dicho en el anterior articulo sobre los diferentes estilos masculinos, veremos a continuación la clasificación que Elisabeth Badnter hace en su libro; "X, Y".

1- "No sissy stuff": ("Nada afeminado")
Aunque un hombre necesita el mismo afecto que requiere una mujer para su equilibrio y bienestar emocional, aun está inscrito en muchas conciencias lo contrario.
Y por ello muchos hombres se sienten rotos por dentro, porque se les "obliga" de alguna manera aún a romper y renunciar a cualquier rasgo femenino, es decir a una parte de ellos mísmos.

2- "The big weel": ( "Un pez gordo") 
La masculinidad se mide a través del éxito, del poder y de la admiración que un hombre es capaz de despertar en los demás. Si no es así, un hombre ha fracasado en su masculinidad.

3- "Give' em Hell": ( "Iros todos al diablo")
El hombre debe demostrar que es el más fuerte incurriendo en la violencia si fuera necesario, correr riesgos aunque la razón le diga lo contrario.
Duro, solitario, no necesita de nadie, impasible, una bestia sexual con las mujeres a las que seduce pero no se compromete con ninguna. Un hombre que no se trata con sus congéneres masculinos sino es para competir en algún deporte, actividad o trabajo. Una relación fría e interesada sin sentimientos ni emociones de por medio. Es un mutilado de afecto.

Si repasamos la biografía de algunos hombres célebres que representaron en su época el ideal masculino, veremos como ese ideal tan solo era en apariencia.
Tanto en la biografía de Hemingway o en la obra y vida de   Bukowski, encontramos a un hombre vencido por la enfermedad de la masculinidad, que se debate entre la búsqueda de una virilidad exenta de toda feminidad y el deseo de una pasividad femenina.

Es una contradicción neurótica que acaba con el suicidio de Hemingway y la depresión de Bukouski.

En  "Los hombres duros no bailan" de  Norman Mailer , encontramos al hombre roto y desesperado que lucha entre su pulsión hacia el machismo y su atracción hacia la homosexualidad.
Alcohólico o amante del intercambio de parejas, buscando desesperadamente una virilidad que se le escapa, mientras intenta reprimir y extirpar sus impulsos homosexuales latentes.
El final es dramático; llorando y derrotado reconoce su "falta de cojones" gracias a la aparente y asfixiante desmotivación viril de su padre ante él.
Para un hombre, aunque no lo reconozca, es muy duro sentir que se le identifica más por su capacidad sexual que por otras cosas.
Tener o no tener  "cojones", equivale a ser o no ser.

EL PENE:

Si al hombre aún hoy en día se le identifica en cuestión de su identidad masculina por su potencia y capacidad sexual, es obvio que cualquier disfunción en su miembro viril: (impotencia, eyaculación precoz, débil erección, falta de líbido....) , sea sinónimo de humillación, perdida del sentido de su virilidad, en definitiva de su valor como hombre.

Cada vez son menos los Don Juanes que acumulan conquistas sexuales sin entrar en el terreno sentimental, por puro afán de demostrar con ello su fuerte virilidad.
Hoy en día son cada vez mayor el número de hombres que entienden las relaciones afectivas como un compendio de sexualidad y vulnerabilidad emocional y afectiva necesaria también para sentir una mayor satisfacción en sus relaciones.


Margarita Basi. 

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