lunes, 21 de septiembre de 2015

                 

                            RELACIONES CUÁNTICAS

                                 (SEGUNDA PARTE).


Las relaciones cuánticas son aquellas que ocurren cuando dos personas al relacionarse, tienen la suficiente seguridad y confianza en sí mismas, como para abrir y desplegar todos sus sentidos ( no solo la razón), y dejarse conmover por el discurso y el  diálogo mutuo. 
Y esto es así porque ninguna de ellas temen, ni se protegen, ni blindan su sensibilidad hacia el otro, ya que saben que es precisamente esa actitud, la que evitará ser devorados o manipulados por un discurso egocéntrico, simplista u opresivo y del mismo modo, les mantendrá permeables hacia otro dialogo emotivo, sincero, humilde, sabio y respectuoso.  

Desde la Grecia clásica de Sócrates y Platón, hasta justo antes de la revolución industrial, el ocio, tener cubiertas las necesidades básicas y el choque cultural existente, bastaban  para crear la atmósfera necesaria que propiciara un buen diálogo discrepante, que es en definitiva, el mejor enriquecedor de almas.  
Hoy día, faltos de ocio (y no porque no lo  haya, sino  porque no sabemos disfrutarlo ni apreciarlo), de un mínimo bienestar económico que tiene su origen en las cada vez más grandes diferencias económicas y de rentas entre los individuos. Tan solo nos queda el choque cultural, al que vemos más como una amenaza, que como un referente que nos ayuda a evolucionar culturalmente.

No son buenos tiempos para la cuántica relacional. La frialdad, la razón unilateral y la falta de compasión y sensibilidad de todos nosotros en nuestras relaciones, han extendido unos tentáculos   demasiado poderosos como para romperlos fácilmente.

¿Confías en ti, tienes seguridad y una alta autoestima que no es tan orgullosa como humilde? 
¿Sientes un gran respeto y avidez por conocer y sentir las emociones de los demás cuando conversas con ellos, por más simple e intrascendente que te parezca el discurso a primera vista?  

Hay mucho más que aprender en las personas, que criticar o censurar en ellas. 
Solo hay que mostrar nuestra creativa emocionalidad en todo cuanto decimos y hacemos.

En el próximo artículo la tercera parte.

Margarita Basi.   

 

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