lunes, 7 de septiembre de 2015


     SEXO Y DINERO; NUESTROS PRINCIPALES APEGOS





Aunque nos parezca haber evolucionado y cambiado nuestros ancestrales apegos y más primitivas dependencias y pulsiones, éstas siguen aún muy vigentes en nuestras vidas, casi como en la prehistoria. Son el sexo y el dinero.
Sí que han variado los escenarios, la cultura, la tecnología, etc... Pero estos  impulsos primarios que tanto al hombre como a la mujer nos ayudaron antaño a mantener nuestra especie con vida y a perpetuarnos hasta hacernos los más fuertes e inteligentes de nuestra raza humana. Se mantienen intactos en lo más profundo de nuestro cerebro reptiliano, y mientras allí sigan continuaremos repitiendo los mismos esquemas de comportamiento que ahora sí, interfieren en la buena evolución futura de nuestra especie.
La dependencia sexual del varón y la económica de la mujer, siguen frenando las buenas relaciones entre ellos y por tanto la mejora de nuestra especie.

Lo que hace miles de años eran apegos necesarios para el equilibrio de nuestra raza, ahora no solo ya no sirven, sino que obstaculizan una correcta evolución natural. Porque nuestro entorno, tecnología, ambiente, ciencia y sociedad, están cambiando a marchas forzadas y empujan cada vez más, a que nuestras conductas primarias se transformen en otras que nos permitan seguir creciendo de forma más autónoma y libre. 

Creo que en un futuro no muy lejano, el poder económico estará también dentro de grupos femeninos muy bien organizados y hermandados. Creando un tipo de riqueza sostenible y solidaria y no por ello menos competente. 

El hombre ya no se unirá una mujer para crear núcleos familiares estables y perpetuos o simplemente formar familias, una detrás de otra por cada divorcio que tenga. Tampoco lo hará para poder tener relaciones sexuales con periodicidad, porque ese tabú ya estará resuelto y la libertad sexual de cada uno ya no estará condicionada a la maternidad, al tipo de familia o al estatus social. 
Otra causa de estos cambios culturales y sociales será que al haber aumentado tan  peligrosamente la población mundial y al tiempo, crecido  la pobreza y la diferencia entre ricos y pobres, tan solo unos privilegiados seguirán concibiendo, pero el resto de la población no podrá hacerlo.  
Por estas razones las necesidades familiares hasta ahora conocidas, cambiarán drasticamente provocando unos  cambios de hábitos.

Uno de ellos será que las mujeres ya no buscarán un hombre para formar su nido y crear su prole. Las mujeres que puedan y quieran ser madres lo harán pero independientemente de si tienen o no una pareja sentimental. Y esto no será ya una excepción.
Al darse cuenta las féminas de que los hombres ya no las necesitan para crear sus familias, éstas habrán de cambiar sus estrategias hasta ahora conocidas por otras más competentes y realistas.

El varón consigue variedad sexual tan fácilmente como clikar varias teclas en su ordenador. No puede establecerse en familia porque está constantemente en movimiento, los empleos son escasos y efímeros en el tiempo, así como el sueldo.   
La mujer para prosperar en este nuevo ambiente social necesita el apoyo de otras mujeres. Por varias razones; sienten y piensan con los mismos valores femeninos, unidas y no enfrentadas consiguen la fuerza necesaria para independizarse del varón y de sus leyes patriarcales y lo mejor de todo, ni el desamor, ni la infidelidad sexual, ni los malos tratos romperán nunca esa unión.
Ofreciéndoles una seguridad y una tranquilidad que antes no tuvieron junto a una pareja sentimental. Ni ella ni sus hijos sufrirán las consecuencias económicas, sociales y emocionales que una separación sentimental provoca en una familia convencional.

La mujer del S. XXI habrá entendido por fin, que enamorarse y amar a una pareja, casi nunca es posible hacerlo durante toda nuestra existencia. Por ello sabe que lo mejor para ella no es hipotecar su vida personal al completo en alas de su "Amor".

Tanto la mujer como el hombre del futuro son libres desde sus cunas, porque son educados por hombres libres que no dependen ya de féminas dependientes a la vez de ellos, y por tanto enseñan a sus hijos una nueva forma de relacionarse y de evolucionar como personas, libres de apegos y dependencias ridículas y anticuadas.

En esta visión futurista de las relaciones entre hombres y mujeres veo más preparado a l hombre que a la mujer.......

En el próximo artículo explicaré porqué.

Margarita Basi.    

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