lunes, 23 de enero de 2017

        EL PODER FEMENINO SE POSEE,

                 PERO NO SE EJECUTA.

Cuando he visto esta foto mientras buscaba una imagen con la que ilustrar este blog, no he podido resistirme a comentar lo que me ha inspirado.

¿Cuántos hombres se atreverían a hacer algo así en público? Y sobre todo ¿Cuántos de esos pocos, se atreverían a expresar sus sensaciones y emociones, delante de otros hombres?

Esta sociedad creada con valores masculinos durante miles de años, nos ha convencido de que son sus cualidades las únicas validas, aptas y normalizadas, para convivir hombres y mujeres.
Y todos aquellos rasgos o actitudes, que no se ajusten a los suyos no solo no sirven, sino que son perniciosos, peligrosos y desestabilizan el equilibrio agresivo, manipulador y dominador del ya rancio pero aún vigente patriarcado.  
La sociedad patriarcal tiene muchos valores y cualidades, pero está vacía de fuerza, energía y poder emocional, sentimental (no sentimentalismo) y por tanto es inexperta en cuanto al cuidado de los demás.
Pero lo más triste de ello, no es la carencia en sí la que hay que restaurar. Sino la reacción por parte de quienes sí poseen ese poder, de unirse y organizarse debidamente, para inundar con esos valores nuestra sociedad. 
Es el poder femenino, es el poder que está en todo hombre y mujer que sufre, por no sentirse identificado-a con los mecanismos ni valores de esta sociedad. Y que se ve al tiempo impotente, porque no encuentra a su alrededor la rabia y la esperanza necesarias, con las que activarse y empezar a crear un nuevo modelo social.   
El poder femenino se posee, pero no se ejecuta.

Antes de adentrarme en el complejo mundo de los
poderes femeninos, querría detenerme y mencionar los principales tipos de poder patriarcal. Que desde los albores de la edad media hasta hoy día, coaccionan nuestra libertad, invaden nuestra intimidad, modifican nuestra identidad, nos controlan, nos seducen y también algunos pocos, nos protegen de las amenazas que suponen los demás poderes.

En la edad media fue el poder temeroso de Dios, quién amedrentó y mantuvo en la miseria y en el analfabetismo a millones de almas. Mientras el clero corrupto y avaricioso, enriquecía sus templos y bolsillos, a costa de tergiversar y manipular la palabra de Cristo.

En el renacimiento, que fue el periodo histórico en el que la supremacía del hombre derribó el poder teocrático, que hasta entonces había controlado la gestión de los estados. Nace otro poder, el monárquico. Que desterró un tipo de tiranía camuflada bajo viciosas sotanas, por otro más visible y terrenal, aunque no exento tampoco de corruptelas. La diferencia entre uno y otro radicaba en nombre de quién ambos ejercían el poder. Para los primeros era Dios y para los segundos, era un Rey. 

Así comienza una etapa en nuestra historia, en donde el poder se ejerce a través de una forma de control y a la vez protección social. Cuyos medios de acción están en las instituciones gubernamentales y en el ejército principalmente.
Como brazos represores y protectores, de una masa social, la mayoría en la miseria y analfabeta.

Este poder queda magníficamente explicado en el "Príncipe" de Maquiavelo. Y es este mismo poder, el que ha cimentado las bases y los valores de nuestro sistema democrático.

Hoy día el poder ya no es tan evidente, visible ni jerárquico. Así lo describe Michael Foucault, en su ensayo "La micro física del poder".
Según el filósofo, el poder actual a pesar de estar institucionalizado, se fragmenta en una red de micro poderes, en donde éste puede pasar de un sector a otro de forma inmediata y permanecer poco tiempo. Es una presa difícil de cazar por su inestabilidad y movilidad.
Foucault, manifiesta que las motivaciones del poder no son siempre viles y corruptas, ello dependerá en manos de quién caiga esa capacidad de poder.
- Por un lado el uso del poder se ve claramente en la necesidad de las instituciones y comunidades del saber: (científicas, mentales, sanitarias, educacionales, etc...). De "normalizar" las distintas idiosincrasias naturales humanas. De ahí sus estudios y ensayos sobre los "encierros" como: Psiquiátricos, cárceles, escuelas, ejército... Lugares en donde se recluyen individuos con la finalidad de "normalizarlos", según los intereses de quienes ostentan el poder.    
- Por otro lado el poder según Foucault., es la utilización de éste para adoctrinar y subordinar a la masa social, con argumentos nada represivos sino llenos de ideales y aparente buenas intenciones. Qué la mayoría de veces esconden en su discurso, creencias y dogmas con los que tratar de influir y modificar el pensamiento de una sociedad, según los intereses y deseos de quién ejerce ese poder.

El nuevo poder del presente, está sobretodo en el dominio y manejo de la información. Y su brazo ejecutor son las redes sociales y las grandes corporaciones, que ostentan la propiedad de aquellas que son más importantes e influyentes.  
Otras grandes corporaciones tienen el poder sobre los recursos energéticos, los cuales por ética, deberían ser de uso y disfrute de todos. 
Ambos poderes tratan de  enmascarar su dominio, detrás de fundaciones y demás asociaciones sin aparente ánimo de lucro, desde donde desafían el poder de los gobiernos, ganando ingentes cantidades de dinero, a través de negociar con nuestros datos personales o nuestros recursos energéticos, burlando siempre las leyes que esos mismos gobiernos han dejado "vacías". 
Y es a través de esas "lagunas legales"  (curiosamente no modificadas para que sigan siendo legales), por donde estos "poderes", se atrincheran sin ningún tipo de escrúpulos o ética.

En el próximo blog hablaremos de los poderes femeninos. Aquellos que se poseen pero no se ejercen.

Margarita Basi.          

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