miércoles, 17 de junio de 2015



             PROCESO DE CRECIMIENTO AFECTIVO Y                                  EMOCIONAL  DEL HOMBRE.         


"La cantidad de amor materno es tanto más crucial cuando se trata de un varón. Un exceso de ese amor le impedirá transformarse en un macho, pero su carencia le puede enfermar mucho más que a una hembra." Elisabeth Badinter.

El futuro hombre deberá aprender a diferenciarse de su madre y romper el vinculo suave, cariñoso y dulce. Puede que al niño-adolescente le cueste más hacerlo, cuanto más posesiva e insegura sea su madre, pero más tarde o más temprano el varón romperá ese vinculo. Sin embargo si el niño no fue amado pasará el resto de su vida buscando ese amor y será doloroso.

La sociedad llama "Comportamiento masculino" a una serie de maniobras defensivas que el hombre pone en marcha con la intención de negar sus pulsaciones femeninas que son; temor hacia las mujeres, a imitar sus gestos, a su ternura, a prestar demasiada atención a otros y a ser confundidos como homosexuales.

Aunque la verdadera masculinidad nada tiene que ver con esto.
 
"El principal riesgo que corre el varón no es el miedo a la castración, sino el miedo a parecer femeninos". E. Badinter .

Según Badinter una sana y equilibrada identidad masculina depende de una también equilibrada relación afectivo-limitativa con la madre.
Que consiste en haber tenido el calor materno sin fisuras durante la primera infancia pero ya entre los ocho y diez años, este vinculo debe ir transformándose en otro más laxo y dejar paso al vinculo paterno filial. Solo así el futuro hombre desarrollará el respeto y admiración necesarios en el genero femenino a la vez que desarrolla una buena masculinidad.

Según Nancy Chodorow e inspirándose en el  trabajo de Lillian Robin, ésta cree que la agresividad masculina hacia la mujer, puede deberse a que el niño fue rechazado precozmente por la madre antes de que éste tuviera tiempo de establecer un contacto de identificación masculina paterna, así pues el niño crecería idealizando lo masculino y odiando los valores femeninos.
Esta consecuencia no es fruto de la arrogancia sino del miedo que siente el niño al verse obligado a rechazar la presencia "todopoderosa" de su madre.

El hombre vive inconscientemente interno en una lucha antagónica entre su deseo de volver al "núcleo materno" del que añora su calor, caricias y confort, y su deseo también de alejarse de él porque representa la pasividad y la feminidad que tanto le asustan.

Son los hombres más sensibles y frágiles quienes más dolidos, no pueden luchar y mantenerse estables contra esta fuerte contradicción y caen irremediablemente en "un odio a lo femenino".

Los niños que sintieron a una madre asfixiante y posesiva tienen más probabilidades de convertirse en homosexuales o misogenos.
Aquellos que por el contrario tuvieron una madre ausente, o vivirán reprimidos y actuaran como un "calzonazos" o serán violentos y agresivos con las féminas. 


Margarita Basi.        

        

No hay comentarios:

Publicar un comentario