lunes, 8 de junio de 2015



                     HISTORIA DE LA EVOLUCION DE

                                   LA MASCULINIDAD.


Siguiendo con el libro de Elisabeth Badnter; "XY, Identidad masculina", la autora hace un amplio repaso de como los estilos masculinos a lo largo de la historia, han ido evolucionando.
Brevemente resumo a mi entender lo más esencial.
Según Badnter es en el siglo XVII donde empieza la primera crisis de la masculinidad. A finales de este siglo también llamado de las luces, los hombres ricos y cultos empiezan a diferenciarse de la plebe, especialmente por sus maneras y formas delicadas de expresarse. Así es como se inicia un camino de no retorno en el que el hombre pasará épocas en las que se mostrará más delicado y sensible y en otras retrocederá bruscamente en busca de sus raíces viriles más agrestes e instintivas.
La revolución francesa romperá  la sensibilidad burguesa durante unos años dando paso de nuevo a los estereotipos patriarcales masculinos. 
Al final del S. XIX se forjarán  las futuras bases del primer feminismo, pero la llegada unos años más tarde de la primera guerra mundial devolverá a la mujer al hogar, sumisa y silenciosa.
En general Badnter distingue dos formas de entender la masculinidad; una más flexible e influenciable con el mundo femenino al que respeta y apoya, y otra más separada de lo femenino y emocional.
Los países anglosajones son quienes viven esta segunda más intensamente.
La Revolución industrial cambió drasticamente el concepto y la identidad masculina de millones de hombres.
Hasta entonces el padre trabajaba en su casa bien fuera en el campo, como ganadero o artesano. El padre transmitía a su hijo varón los valores no solo del trabajo, sino aquellos que forjan la masculina identidad de un niño: la seguridad, el orgullo, la autoestima y la varonilidad fruto del respeto y profunda admiración a la figura paterna.
La llegada de las máquinas primero y luego la intelectualización del trabajo, hicieron que el padre de familia tuviera que marchar del hogar para ganarse la vida. El varón a veces ya casi adolescente, quedaba al cuidado y supervisión absoluta de su madre, y este hecho provocaba una profunda pérdida:
El hijo perdía la seguridad masculina pues ya no tiene modelo a seguir, perdía la admiración y el respeto paterno porque no sabía que hace su padre todo el día alejado del hogar. Y además el hijo se sentía abandonado por quién más necesita, y empujado a las faldas femeninas a las que ya por su edad no le convienen ni las necesita.

Todo niño o joven varón necesita un cierto grado de calor femenino y nutrición emocional, sin embargo a cierta edad ( es difícil concretar, dependerá de cada niño), 8, 9 10 años el niño debe sentir como su madre o figura femenina se aleja de él pero no para abandonarlo, sino para dejarlo en las manos viriles de un padre o figura masculina que lo recoja y le transmita los valores anteriormente mencionados, a los que una mujer no tiene acceso ni debe tener.
Hemos perdido la iniciación y el ritual masculino que todo joven antes recibía de su padre o de la comunidad masculina.
Los varones necesitan recuperar esos valores pero ¿Cómo hacerlo si sus padres están perdidos sin orgullo ni seguridad masculina y sus madres dependientes, posesivas o agresivas les arrastran a su mundo femenino, sin respetar su idiosincrasia y diferencia de varón?

En el próximo blog os hablaré de las consecuencias de esta situación y de las posibles acciones a tener en cuenta para recuperar la sana masculinidad en el hombre.

Margarita Basi.   

    
    

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