LA FUERZA DEL AMOR      

  

A los cincuenta años una persona suele hacer un balance personal y de vida de lo que hasta entonces ha significado su existencia.

Los hay que ni siquiera paran su frenética vivencia hasta que un accidente, enfermedad o duro golpe emocional les obliga a cuestionarse su modelo existencial. Otros no tendrán tanta suerte y llegarán sumamente inconscientes a la vejez, la cual les devorará sin reparo, hasta el último resquicio de su ya debilitada consciencia.

Hay una edad en la que el ser humano mira al pasado para reflexionar sobre su presente, mientras observa con cierta inquietud el futuro al que ya no percibe tan lejano como antes.

Es entonces cuando suele darse cuenta de que los errores cometidos no han sido en balde, sino necesarios para construir sus mejores azañas.

Es entonces cuando empieza a aceptar y a amar sus propios fracasos y defectos porque ha comprendido, que son el único motor que impulsa a sacar a la luz lo mejor de sí mismo.

Es entonces cuando ya no desea, sino que reclama lo que cree justo y necesario para sí mismo.

Esa entonces cuando empieza a vivir de forma más sencilla, practica, responsable, compasiva, libre y coherente a sus verdaderos potenciales y limites personales.

Es entonces cuando la soledad no le asusta, porque a solas o en compañía se siente satisfecho y sereno. 

Y eso es posible porque la fuerza del amor no juzga ni critica, no es posesiva ni adicta, no entiende una sola realidad sino que contempla todas a la vez, es tolerante y pacífica porque ama libremente para dar lo mejor de sí mismo, a sí mismo y a los demás.

! FELICES 50 AÑOS MARGARITA, Y A TODAS LAS PERSONAS QUE SIN CUMPLIRLOS SIENTAN LA FUERZA DEL AMOR!

Margarita Basi.