martes, 3 de marzo de 2015

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                                     CARLOTA

"CUANDO ALCANZAS CIERTA SABIDURÍA, DEJAS QUE ENTRE EN TU VIDA LA SOLEDAD" 






                                                        CAPITULO I


Conocí a Carlota en un curso de Reiki, las dos por distintos motivos buscábamos algo de consuelo afectivo y emocional.
Carlota no era una mujer bella pero no pasaba desapercibida; su aspecto aniñado, frágil pero a la vez altivo y seguro era tan contradictorio como atractivo. A su lado te sentías vulnerable y hasta incómoda, al menos eso me sucedió a mi los primeros días del curso. 
Y no porque fuera prepotente o maleducada etc... Sino porque cuando me acercaba a hablar con ella sentía como una desprotección, algo así como si ella supiera lo que sentía en lo más recóndito de mi interior.
Su mirada era penetrante sin ser avasalladora, sus ojos eran tristes   pero su mirada cálida y dulce.
No se porque razón su persona me atraía más que me repelía, que también lo hacía. Y poco a poco entre meditaciones, charlas sobre la energía cósmica y curativa y como el poder de la atracción nos pone en contacto cuando llega el momento idóneo, con las personas que debemos conocer para aprender y crecer, fuimos entablando una maravillosa complicidad en la que ambas nos sumergimos sin chaleco salvavidas.
Yo siempre nadaba y guardaba bien mi ropa pero aquella vez todo cambió. Carlota me enseñó que detrás de las realidades más contundentes y evidentes que nos puedan parecer, se esconden tan solo apariencias, miedos, estereotipos y mucha racionalidad que según ella decía era la causante de las peores desgracias del ser humano. Y yo añado: no por ella en si misma sino del mal uso que de ella hacemos cuando intentamos sentir a través de la razón, tratando de explicar y justificar sentimientos a los que bañamos con un agua frívola y salvaje que enmascara atroces actos y los convierte en banal cotidianidad.  
Las sesiones de Reiki y el ambiente sereno y lleno de paz que en las clases se respiraba, fueron abriendo poco a poco el aparente duro y cerrado corazón de Carlota, quién fue expresando un dolor al que yo en un primer momento, no creí posible  llegar a sentir al menos por la causa que ella me explicó. Sin embargo con el paso del tiempo llegaría a comprender muy bien.......
         

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