viernes, 29 de mayo de 2015



COMO  LAS MADRES CONSTRUIMOS O DESTRUIMOS LA SEGURIDAD VIRIL Y MASCULINA FUTURA DE NUESTROS HIJOS.



Robert A. Jhonson en su libro: "Él. Para entender la psicología masculina". Habla entre otras cosas de como la mujer y la madre más concretamente, con su inmenso poder nutricio, generoso y a veces posesivo, puede alimentar y respetar la tendencia masculina de su hijo varón a desprenderse del "invisible cordón umbilical materno" o por el contrario desentenderse y castrar los impulsos viriles de su hijo, perpetuando una relación malsana que no deja al futuro hombre desplegar todo su potencial masculino.

Carl Jung fue el descubridor no solo de los arquetípos psicológicos y del inconsciente colectivo, sino también del "Animus femenino y masculino".
Para Jung "el animus" viene a ser la faceta interior, inconsciente y escondida pero no por ello menos significativa en la vida de un hombre o una mujer.
El animus masculino serían los valores e impulsos que le sirven a un hombre para ponerse en contacto con la profundidad de su interior y servir de puente entre su mundo exterior e interior.

Cuando un adolescente no encuentra en su madre la fuerza, la seguridad y el empuje necesarios para dar el salto de niño a hombre, éste no conseguirá conectar con su animus femenino y por tanto se dejará fácilmente llevar por sus estados de ánimo y no por sus sentimientos. Esta situación le llevará a convertirse en un hombre muy racional, mental, frío o por el contrario débil de carácter, adicto y voluble o en el peor de los casos, agresivo y violento.

El poder y la sabiduría son femeninos y solo nosotras podemos transmitir una correcta influencia femenina a nuestros hijos varones a través de separarlos, a veces hasta físicamente de nosotras, porque solo así podrán construir su animus femenino aquel que les llevará a respetar a las mujeres y a sí mismos.
No caerán en las dependencias ni en la fría racionalidad sino que sabrán utilizar su creatividad e intuición masculina de tal manera, que no cometerán el error de elegir a una mujer solo por su belleza y que luego les aburra o les arruine, o no pasarán media vida trabajando más por dinero que por vocación, etc.....
Pero sobretodo, el hombre que conecta con su parte femenina, es más viril y masculino  que ningún otro. Es emocional y no lo esconde. Vibra y se emociona a la vez que expresa a los demás sin miedo sus sentimientos. Nunca actúa por intereses que no sean el respeto, la solidaridad y la compasión hacia los más débiles.

Su felicidad depende más de lo que aporta a los demás, que de lo que le ofrecen los otros.
Si al leer esto no te reconoces, probablemente aun no hayas llegado a convertirte en un hombre..... Pero aún estás a tiempo.... Si tu quieres.   

Margarita Basi.      

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