sábado, 18 de octubre de 2014

QUIEN ESTE LIBRE DE PECADO......




Siempre me han interesado y conmovido las experiencias  que mueven lo escondido, censurado y reprimido que habita en todo ser humano.
Nos es tan fácil determinar los fallos y defectos (y casi siempre acertamos) de los demás, que si hiciéramos lo propio con los nuestros otro gallo cantaría…. Y eso es así porque al juzgar o criticar actitudes en los otros, nos estamos liberando y disculpando de las  responsabilidades y errores que nos lastiman y no deseamos afrontar.
Ver el error, la mancha, la enfermedad, la locura, la inmoralidad, la infidelidad, la adicción, la perversidad ajena, es mucho más satisfactorio, cobarde e irresponsable que ver la propia. 
Olvido Hormigos es una mujer como otras que es víctima y verdugo a la vez.
Víctima porque se ha creído el cuento chino del matrimonio y debido a sus debilidades y traumas no resueltos, se desahoga y libera de éstos, faltando a las normas éticas y morales del matrimonio, con la consabida reacción de una sociedad hipócrita y farisea. Verdugo porque con su actitud, aunque sin ser consciente de ello, (pues se puede amar y hacer daño a la vez) lastima a sus seres queridos y a ella misma. 
Me gustaría hacer una reflexión, que bien seguro levantará ampollas sobretodo en el género femenino:
Una aclaración antes de plantear mi pregunta. Las personas que se venden por dinero no suelen estar bien vistas. Sin embargo tanto sean prostitutas como chaperos, gigolós, caza fortunas etc… O buenas esposas (Que cumplen a raja tabla con sus deberes matrimoniales pero que a cambio permiten que su marido las mantenga económicamente, las procure posicionamiento social o les llene su vacío emocional que las impide no sentirse satisfechas sin un hombre a su lado). Eso sino las subestima o maltrata, a veces. Todos y todas ellas dan algo suyo para conseguir sus intereses de los demás.
¿Qué diferencia hay entre alguien que vende su cuerpo, libremente y sin coacciones de ningún tipo durante un tiempo limitado, de aquel otro que vende su libertad, su autoestima, su grandeza como ser humano durante toda o gran parte de su vida?
Casi todos nos  hemos vendido, en alguna relación tóxica con parejas, amigos e incluso familia, renunciando a ser auténticos y honestos con nosotros y nuestro entorno. Quizás no hayamos caído en la infidelidad o en una adicción pero si hemos aguantado “por amor” desplantes, desprecios y mucho sufrimiento y culpa. El daño colateral de todo ello es el mismo:
Dolor y sufrimiento para con nosotros y nuestros seres queridos.

Si alguien estuviera libre de pecado no nos tiraría piedras a los que somos pecadores, porque sabría  bien que  ser humano significa caer y caer en la misma piedra. Y  nos diría que solo nuestra  valentía y la generosidad de los demás, nos ayudaría  a cambiar nuestras creencias y a empezar a transformar esas piedras en caminos hacia una existencia libre de culpas y falsos mitos.  

viernes, 10 de octubre de 2014

MALTRATO ACEPTADO




Según comenta un artículo publicado en La Vanguardia ( 04, Junio 2014), dice textualmente:
Hay una parte de la sociedad española que sigue aceptando el maltrato, como amenazas verbales, minusvalorar a la pareja o ejercer un control sobre ella. Lo consideran inevitable. Y el porcentaje sumado no es en absoluto despreciable: un 36% de la población. Así lo indica el estudio Percepción social de la violencia de género 2013, elaborado por el centro de Investigaciones Sociológicas ( CIS) en colaboración con la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y dirigido por el catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, Gerardo Meil.
El 38% de población llega a justificar al agresor al considerar que sufre alguna enfermedad mental o que el 35% cree que si las mujeres sufren maltrato es porque lo consienten.
Estos estereotipos tienden a darse con mayor frecuencia entre los hombres, personas de mayor edad, con menor nivel de estudios y económicamente no activas, señala este trabajo.
Este es sin duda un ejemplo más del largo camino  que nos queda por recorrer. Extirpar tantos prejuicios y esquemas mentales que nuestra cultura patriarcal nos ha insertado a fuego, lentamente desde hace miles de años.
Las mujeres en su mayoría aun siguen consintiendo muchos roles y actitudes que las menosprecian y subestiman por considerarlos socialmente incorporados en nuestra cultura, pero no por ello menos dañinos e injustos con nuestra condición femenina.
Nos creemos libres e independientes.....Pero seguimos siendo más esclavas y prisioneras del mundo en el que vivimos que los hombres. 

miércoles, 8 de octubre de 2014

Bienvenido a mi blog



Os adelanto un pequeño fragmento de mi segunda novela:


 Yo Amazona

que aparecerá en versión digital y papel en breve: 


Hemos creado en la mayoría de hombres, una necesidad perversa y antinatura de deseo de crianza y protección que no es propia del varón. La sociedad les ha hecho creer que tienen unos deberes naturales y biológicos sobre su hijo que hacen que los padres se los lleguen a creer y se sientan culpables, presionados y malas personas cuando su naturaleza les impulsa a saltarse algunas de esas tareas o responsabilidades. Pero cuando ya todo se desmorona y llega el trauma y dolor de verdad, es cuando el padre se separa de la madre y abandona la casa familiar, quedando al amparo y a merced de las decisiones, muchas veces perversas y maliciosas, de una mujer rabiosa, que algunas veces se venga del dolor de esa separación de formas tan crueles como; poniendo en contra a los hijos con el padre, envenenando las dulces y tiernas mentes infantiles con cuentos y mentiras devastadoras, más para los hijos que para el propio padre, o simplemente impidiendo al progenitor el disfrute de su hijo, todas las veces que éste lo desee, como sería lo habitual.
Es muy importante el papel que juegan los hombres en el núcleo familiar. Un hijo debería saber quién es su padre y si es posible, tener una relación constante y referencial con él.
Ciertamente existen algunos hombres, cuya naturaleza es más sensible y femenina, (para nada confundir con la homosexualidad) y por tanto son hombres que para sentirse construidos y realizados consigo mismos, necesitan establecer una estrecha relación con sus hijos. A ellos les convendría cuidar más aun a quién eligen como madre de su prole, pues les costará mucho romper el vínculo con su pareja y madre de sus hijos y si lo hacen sufrirán muchísimo.

Sin embargo no siempre es así, la mayoría de hombres tienen muchas cualidades pero la maternal no es precisamente la más desarrollada. Estos hombres aman inmensamente a sus hijos pero  no sienten ganas o necesidad visceral  de cambiarles los pañales, curar sus leves heridas, advertirles periódicamente  de los peligros o consecuencias de sus actos, de vigilarles en sus juegos, en su aprendizaje, en sus sueños…. Y tantas cosas que las madres hacemos por puro instinto, la mayoría de veces y ellos hacen por obligación.   
A continuación doy algunas de las razones principales que  según mi opinión, han favorecido y desarrollado un falso sentimiento maternal en el hombre, al que yo llamo: "Hombre maternalizado" y son las siguientes......