lunes, 25 de febrero de 2019



              MAYOR NIVEL DE TESTOSTERONA, MAYOR                      PREDISPOSICIÓN A LA VIOLENCIA 



Son muchos los que creen que la agresividad y la violencia machista, que cada vez un mayor número de hombres ejercen contra las mujeres, podría minimizarse e incluso erradicarse, con tan solo una educación emocional y cultural que desde la infancia, inculcara a los varones creencias y actitudes de respeto, ética, solidaridad y cuidado hacia sus semejantes y en especial hacia las féminas.  
Siendo estas herramientas lo suficientemente disuasorias como para sosegar los pensamientos excesivamente libidinosos o reprimir ciertas actitudes violentas.
Pero yo albergo dudas al respecto. ¿Acaso la educación religiosa cristiana, estandarte de la ética y la moral virtuosa, ha servido de escudo con el que impedir que miles de "representantes de Dios en la tierra", violentaran y agredieran a sus fieles, niños menores de edad, en todo el mundo?

Sabemos que los violadores o simplemente aquellos hombres que amedrentan, desprecian o insultan a las mujeres no siempre son individuos marginados por la sociedad ni carentes de una buena educación. Muchos tienen estudios universitarios y una buena posición social y económica. 
Pero hay algo común a todos ellos; altos niveles de testosterona que los hace más proclives a manifestar actitudes agresivas, a una falta de empatía y a una mala gestión de sus emociones. 

¿Cuando seremos capaces de aceptar este hecho biológico e innato en la naturaleza masculina de algunos hombres?  
Porque por mucho que nos cueste aceptar nuestra condición irracional e instintiva, somos también animales. Y solo admitiendo esta verdad podremos quizás, crear las medidas necesarias para proteger no solo a las mujeres y niños, principales víctimas de estos abusos, si no también a los propios verdugos, hombres a los que la lotería biológica les ha jugado una mala pasada.


Margarita Basi.