viernes, 1 de diciembre de 2017





                     EL RESENTIMIENTO FEMENINO 



              El resentimiento que una mujer siente hacia el hombre nace de su propio desprecio hacia si misma, por no haber sido valiente y no haber mostrado su agresividad femenina, con la que defender y preservar TODAS sus cualidades sin reprimir o desestimar ninguna de ellas como sí ha hecho, al no ser compatibles con los valores de una sociedad pensada y construida según los valores masculinos. 
Su malestar se debe a su claudicación. Si es madre a tiempo completo, no ve como desarrollar otras facetas tan instintivas y femeninas como la maternidad, y eso la hace sentirse vulnerable, resentida y más proclive al victimismo, la sumisión o al sacrificio. Pero si es madre y elige una profesión que requiere como es lógico, una dedicación completa, se siente partida en dos, en una dicotomía emocional terrible, que le hace sentir una gran culpabilidad  por no poder ocuparse de sus vástagos como ella desearía. Y al tiempo que insegura y con dudas por si no da la talla profesionalmente. 

A mi entender, no es el hombre o nuestra sociedad patriarcal quién ha de solucionar este problema que incumbe únicamente a las mujeres.
Pues es ella y solo ella, quién creo debe ganarse el lugar que le corresponde en el mundo y en la sociedad, como ha hecho el hombre. Solo la mujer sabe y conoce como debería ser ese territorio aún inhóspito y por descubrir, afín y acorde con sus necesidades, deseos, anhelos, limitaciones y potenciales femeninos. 

En el próximo blog lo descubriremos.....

Margarita Basi. 
      
                                  

lunes, 27 de noviembre de 2017

 


                              RESENTIMIENTO

                           (2ª PARTE)


Hay un tipo de hombre, que gusta coquetear con el peligro, poner a prueba su audacia para conocer los límites de su persona, con los que conquistar sus miedos. En la naturaleza este hombre valiente, encuentra el lugar ideal para ello.
Navega, escala, investiga, pelea contra los elementos y los conquista. Así desafía poderes mucho mayores que él; a la naturaleza salvaje, y a los fantasmas que anidan en su yo interior. Vuelve a ser un niño, y no teme jugar con él. Y eso es muy bello.  

Pero existe otra clase de hombre, que busca excitar su ánimo y esconder sus miedos a través de menospreciar, ridiculizar o fanfarronear delante de quienes él se siente más fuerte, e incluso a veces, libera sus reprimidas pulsiones con violencia. Ese hombre es simplemente un miserable. 

El hombre siente un impulso casi visceral por domesticar lo salvaje, lo emocional, lo misterioso, y en definitiva, aquello que su razón no puede comprender. ¿Y a quién lleva el hombre siglos sin entender? A la mujer.

El resentimiento del hombre hacia la mujer, nace de su incapacidad para amar su propia parte femenina. No soportan que una mujer se muestre seductora y caliente su libido, sin otra finalidad que la de expresar su propia esencia femenina (como parte genética de su biología y no como una actitud impostada con la que ella pretende algo en concreto. A veces es así, pero ese es otro tema.... ). Y cuando esto ocurre, el hombre se desquicia responsabilizando a la fémina de "Promiscua" o "calienta braguetas", y en algunos casos llega a agredirla físicamente. Porque un macho resentido con su parte femenina, odia poder perder el control y mucho más si se lo causa una mujer. Él necesita siempre una razón para que las cosas ocurran, y mejor aún si son sus razones, pero si no las halla, las consigue por la fuerza.


En el próximo blog, hablaré de como es y expresa la mujer su resentimiento  hacia el hombre.


Margarita Basi.


     




domingo, 26 de noviembre de 2017

         

                               RESENTIMIENTO        


La historia de la humanidad es una constante lucha de superación por el entorno, para consigo mismo y muy especialmente, hacia los sentimientos que le despierta su opuesto sexual .
Hombre y mujer, sostienen ya desde el inicio de los tiempos un vínculo extraño entre ellos, que les cautiva al tiempo que les repele. Y aunque unos y otros hayamos hecho de esa unión, la base y el propósito de nuestra existencia, seguimos sumidos en un resentimiento mutuo y ancestral, que es capaz de manipular, herir, insultar, despreciar y asesinar al otro, tan solo por mantener ese vínculo intacto. ¿Habrá que revisar ese vínculo?

¿Que poderosas razones hay para ese menosprecio? y ¿Siente el hombre el mismo tipo de rencor hacia otro hombre, que hacia una mujer?
Y es aquí precisamente donde me quiero detener. Si los valores masculinos positivos por excelencia son la valentía y la razón analítica y suspicaz, que le han llevado a desvelar los grandes misterios del universo, entre otras cosas..... ¿Porque es él quién más violenta y agrede a seres humanos, que están en inferioridad de condiciones físicas, como las mujeres o los niños? ¿Porque no utiliza su osadía y su inteligencia para desahogarse con quienes si pueden competir en igualdad y fuerza? 

El hombre resentido tiene dos grandes temores, que son precisamente los que alimentan su rencor hacia la mujer, y son; su animadversión hacia la homosexualidad y/o a la posibilidad de descubrir en él cualidades femeninas, y a la seducción femenina no pro activa, que es la que expresa una mujer por el mero hecho de serlo y que excita al hombre incomodándolo, puesto que ella no siempre busca consumar una relación sexual, sino simplemente actuar conforme a su naturaleza femenina.             

Cuando un hombre no supera estos miedos, desprecia a quienes le hacen sentir miserable, pero antes de aceptar algo así, prefiere lanzar su enojo hacia aquellas personas a quienes no ve como rivales y con los que sí puede mostrar su falsa gallardía masculina, sin salir apaleado.

Entonces el hombre utiliza sus armas para combatir su resentimiento, que son la fuerza bruta o su capacidad de razonar las emociones y sentimientos, Al hacerlo aparta su sensibilidad y emocionalidad de sus actos, despojándolos de cariño, fraternidad y compasión. No siente empatía, porque solo le importa su razón y sus razones. 

La mujer ante este panorama poco puede hacer para defenderse, ya que sus cualidades son opuestas a las de él. Ella es pura inteligencia emocional que cuando se desequilibra, por vivir rodeada de valores patriarcales, se convierte en  una mujer culpabilizada, victimísta o sumisa, Y en estos casos, la mujer confunde su innata capacidad de cuidar con la de sacrificarse. Si las cualidades de una mujer por excelencia son; seducir, cuidar y amar, entre otras cosas, ¿Cómo puede ser fiel a su propia identidad, si el hombre y la sociedad menosprecian sus cualidades, porque no coinciden con las de ellos? ¿No es algo que desquiciaría a cualquiera?

Continuará......


Margarita Basi. 

            

sábado, 2 de septiembre de 2017




                             NO HAY NI DEBEN HABER,

                             RAZONES PARA ESCRIBIR.    


Dice hoy  Carles Casajuana en la vanguardia, que "Lo que importa, al cabo, es que la novela haya sido escrita, no que llegue a ser leída, reseñada o celebrada".
Y yo entiendo al Sr. Casajuana. Él ha escrito once novelas, todas editadas, leídas, reseñadas y no sé si celebradas....
Es comprensible, que un escritor consolidado como él, haya olvidado a quienes son y serán escritores, tan o más válidos y creativos que él, pero que jamás verán como sus novelas son reconocidas por el gran público.
Nosotros, los anónimos escritores que en la sombra de nuestro refugio literario, escribimos sin más motivación, que la de no volvernos un poco más locos, o la de poder así dar un cierto sentido a nuestras vidas, o sentirnos elevados del suelo, cuando entramos en un trance que se apodera de nuestra voluntad, dejándonos a merced de una fuerza cautivadora, que nos arrastra a las profundidades de nuestro ser sin más objetivo, que el de sentirnos a través de las palabras. 
Yo sí creo que importa y mucho, que un escritor que siente así la escritura, sea leído y por tanto, publicada su obra. Otra cosa es que la edición, más negocio que vocación, y para nada ya un vehículo de  transmisión de  cultura, sea incapaz de poner como prioridad la expansión cultural, a los beneficios económicos que les reportan normalmente, los escritores reconocidos, leídos, reseñados y celebrados, como el Sr. Casajuana.

No es de "ego" de lo que hablo, ( algo que los escritores célebres sea merecido o no, poseen en gordo), sino de sentido común.
Una buena obra, merece estar al alcance del gran público, que necesita como todo ser humano, aprender, conocer, vibrar, sentir y emocionarse con su lectura. Porque al hacerlo, está motivando y alentando la sensibilidad y la creatividad del escritor.
Y así, el mero hecho de saber que su obra está en el mercado, aviva el ingenio del escritor, porque le otorga un reconocimiento. 
Del mismo modo, a más variedad de escritores publicados, más crecerían los lectores. 

Para finalizar tan solo apuntar al Sr. Casajuana, dos cosas:
Una, del mismo modo que por muchas metas que uno se proponga, la vida se encarga de cambiarlas a su antojo, y no por ello ésta pierde su sentido. También la escritura nos lleva a veces, donde uno no desearía haber anclado nunca, pero esa es precisamente, la   belleza y misterio de esta vocación.
Dos, ante las preguntas que el Sr. Casajuana se plantea: ¿Merece la novela ver la luz? ¿Que sentido tiene añadir una más?  ¿Es de verdad tan trascendente lo que uno quiere contar?
Quizás él puede cuestionarse algo así, porque su ego está bien henchido de reseñas y publicaciones....
Y probablemente por ello, no sea capaz de comprender que un buen escritor no busca trascendencia ni reconocimiento de la comunidad literaria e intelectual. No. Al menos la mayoría.
Lo que desearíamos es tan solo,  poder hacer llegar al máximo número de lectores nuestras obras. Nada más.


Margarita Basi.              
           

viernes, 25 de agosto de 2017

            



                    EL TERRORISMO ES RESPONSABILIDAD DE TODOS.      



¿Por que cuando el terror destroza las vidas de nuestros conciudadanos, salimos todos a la calle emocionados, organizamos manifestaciones de repulsa, nos acongojamos durante varios días, (no más) y empatizamos con las víctimas y con sus familias?   
Y sin embargo, ¿Por qué permanecemos en silencio mirando a otro lado, ocupándonos de cualquier cosa que nos distraiga, cada vez que el terror, arranca y mutila no solo los cuerpos de personas inocentes, (la mayoría niños), sino también su cordura y humanidad, cada vez que en sus lejanos y poco desarrollados países, los actos terroristas mucho más sangrientos y cotidianos, golpean sin piedad sus vidas?

¿Quizás porque estos últimos, tienen lugar en países a los que consideramos bárbaros, fanáticos, repletos de gente inculta, analfabeta y pobre? O ¿Probablemente porque seamos unos retrógrados, que aún piensan que esos actos son “políticamente lícitos”, al estar pertrechados por una guerra justa, ya que en un bando están cualquiera de las potencias mundiales del primer mundo, y en el otro unos pobres desgraciados, más bestias que humanos, a los que hay que liquidar, pero siempre legalmente?    

Y yo mientras me sigo preguntando, como es posible que no pierdan el seso más hombres y mujeres desterrados a malvivir, tan solo porque han tenido la mala suerte, de nacer en una tierra repleta de recursos millonarios, que la avaricia del primer mundo, transforma en justa motivación, para despojarles no solo de esos bienes, sino también de su dignidad intrínseca a su condición de seres humanos. 

El terror tiene muchas caras. Una, la vemos en actos como los que están aconteciendo en la vieja Europa, y la otra, en los que mutilan y desfiguran desde hace décadas, a un oriente ya mancillado y masacrado.

¿Por qué no alabamos y protegemos, a los miles de musulmanes y otras razas y etnias, que habiéndoles violado a sus hijas, mutilado a sus hijos, quemado a sus mujeres, y destruido sus casas, (siempre en nombre de una guerra justa, que es por su bien), emigran a Europa, potencia que participa de estos conflictos, con el único objetivo que el de buscar un lugar más seguro y digno en el que seguir viviendo?

El ser humano es complejo, pero lo que a mi más me repugna de nosotros, es nuestra habilidad para falsear, mentir y manipular la realidad, cada vez que ésta muestra su feroz y cruel faz, exponiendo a la luz de la verdad: nuestra cobardía, tabúes, prejuicios y creencias rancias y paternalistas.

Entonces nosotros, ciudadanos de primera, cultos, modernos y orgullosos hijos de la ilustración, nos escondemos tras la protección de nuestras leyes obsoletas, hipócritas y nada éticas, para como niños bajo las faldas de mamá, pavonearnos de nuestro “savoir faire”, que consiste en enjutos actos que tan solo pretenden esconder nuestra incapacidad, miedo, cobardía y falsa modestia,  ante situaciones endémicas que deberían ser la prioridad absoluta de todas las potencias del primer mundo:
El hambre endémica, devolver la dignidad a TODO aquel ser humano que no la tenga, y por supuesto, aceptar de una vez por todas, nuestra corresponsabilidad en todos los actos terroristas, dando un primer paso.
Simplemente, porque nosotros hemos nacido con unas oportunidades, que la mayoría de personas de esos países nunca tendrán, y es por ello y por nuestra calidad de seres dignos y humanos, que quienes tienen esa capacidad, la ofrezcan sin reparo alguno. 

Tratar de escuchar y de reconocer nuestras equivocaciones, cada una de las partes, es una muestra de no solo humildad y valentía, sino de inteligencia. No se trata de negociar con la razón y el intelecto, sino de exponernos y abrirnos a las emociones y sentimientos rotos de la otra parte. Solo así podemos superar ambos, el odio y el terror.

¿Quién puede decir lo contrario, si hasta ahora, nadie lo ha comprobado?  

Todos iguales, todos humanos, para cuidarnos y protegernos.


Margarita Basi.

sábado, 19 de agosto de 2017






         AMOR PLATÓNICO DE VERANO


Me enamoré al ver su foto en la prensa. Jamás lo había visto antes, ni sabía que era una persona pública e importante. Tanto, que ese era precisamente el motivo de aquel reportaje que leí de él en periódico. 
Sería su cargo, su uniforme, o la fuerza de unos ojos que atravesaron la tinta del papel, hasta clavarse en algún lugar de mi ser, desde donde ya no han dejado de conmoverme.

Curiosamente, al poco tiempo de leer aquel artículo, fui invitada a un evento que él mismo organizaba. Y allí cuajó mi amor platónico.
Le oí dar un discurso, le vi compartir risas entre los ilustres invitados, y hasta fui testigo de su “savoir faire”, cuando un mago le puso en aprietos, mientras él le ayudaba a sacar adelante un juego de magia.
Después, se perdió entre la multitud, y yo seguí disfrutando de la velada con mis amigas. Bailamos y reímos, hasta que los tacones pudieron más que nuestras ganas de seguir la fiesta. Y le perdí la pista, hasta que uno de estos días por tristes razones, lo volví a ver pero esta vez en la televisión.
Y pensé, ¿Por qué no dedicarle a él, este relato sobre amores de verano?

Me gustan más los amores que se tocan, que se hablan y que a veces, llegan a reconocerse a través de sus emociones, más que de sus razones.
Pero los amores platónicos, como el mío, no pueden hacerlo. Yo lo haría ahora mismo si pudiera, pero no tengo forma humana de conectar con él. Su posición es delicada y por tanto, está completamente blindado de posibles interacciones de cualquier tipo, que no sean seguras…. Imagino.
Pero quizás en eso resida el encanto de un “amor platónico”, en no revelarse nunca y permanecer oculto y en silencio, para seguir alimentando las fantasías románticas y un tanto naifs, de quién como yo, siente una atracción inexplicable hacia este hombre, un completo desconocido, del que solo conoceré lo que la prensa y los medios me cuenten.
Pero nunca llegaré a sentir, que emociones y sentimientos se ocultan con fiereza, detrás de esa mirada tan potente y sagaz, que guarda el secreto de “mi amor platónico”.


Margarita Basi.

  

sábado, 29 de julio de 2017





             EL PODER FEMENINO DEL MAR


Hubo un tiempo, en el que los Dioses permanecían ajenos a lo que acontecía en el mundo. Ya que existía una dulce armonía, que impregnaba tanto la tierra como el mar.
En la tierra, hombres y mujeres convivían en un equilibrio matriarcal, que les protegía de disputas y conflictos, que pudieran desembocar en guerras y muerte.
En el mar, las criaturas que lo habitaban, gozaban de la calma y mansedumbre que por aquel entonces, el manto acuático poseía.

Un día Elio, un joven impetuoso de Ítaca, bajó a la playa a pescar, antes del amanecer. Allí vio algo inaudito. Cientos de ninfas, sinuosas, de largos y abundantes cabellos, y de piel tan blanca como la luna que las observaba, jugaban y saltaban entre la espuma de un mar de plata. El joven se fijó en una de ellas, y quedó preso de amor.
Se llamaba Petrea, y era la criatura más bella, alegre, inocente y salvaje, que Elio jamás habría soñado conocer. Ella lo miró con curiosidad pero sin temor, y se acercó a él. Nunca antes la tierra y el mar habían estado tan cercanas la una de la otra....
Elio le confesó su amor y deseo de llevársela con él. Pero Petrea se negó, aludiendo que su hogar y por tanto su felicidad, estaban en el mar y no en la tierra.
El joven se sintió profundamente herido en su orgullo, y juró vengarse de todas las criaturas femeninas, libres y sensuales, que encontrara a su paso.

A partir de aquella noche, Elio convenció a otros hombres de su clan, de la mala influencia que sus compañeras las mujeres, ejercían sobre ellos. Y que era un peligro para la supervivencia del grupo, que ellas tuvieran los mismos derechos que ellos. Así que los hombres, decidieron dejar de compartir con ellas los bienes naturales, y decidieron que éstos, los ganarían tan solo los hombres más fuertes que supieran ganarlos y conquistarlos. 

En poco tiempo, los diferentes clanes entraron en sangrientas batallas, dejando un reguero de muerte y destrucción a su alrededor.
Pero también la deshonra y la humillación, hacia todo aquello que respirara feminidad.
Los hombres invadieron el mar, aniquilando a cuantas criaturas allí encontraban. 
La anarquía y el caos en la tierra, despertaron la ira de los Dioses, quienes no estaban dispuestos a permitir, que los humanos destruyeran su creación ni pudieran así, hacerse más fuertes que ellos.
Zeus lanzó rayos y bolas de fuego a la tierra, calcinando poblados enteros. A pesar de ello, los humanos siguieron destruyendo y conquistando el mundo, en lugar de cuidar de él.
Entonces Zeus, viendo que en la tierra los humanos acabarían matándose unos a otros,  trató de poner orden en el mar, enviando a Poseidón a gobernar a las criaturas que allí habitaban.   

Mientras, Petrea, su hermana Dione, y otras pocas ninfas que habían sobrevivido a la masacre del hombre, se refugiaron en la cueva de las nereidas, en Itaca. 
Poseidón las encontró, y les prometió que si dejaban que él las protegiera, el hombre ya nunca más les haría daño.
Sin embargo no les dijo que con ello, las ninfas perderían para siempre su libertad, y la capacidad de decidir que hacer, donde ir y con quién.
Poseidón ordenó encerrar a Petrea y a sus hermanas, bajo las profundas entrañas de Vulcano, donde Hefesto las custodiaba.

Hefesto, a pesar de ser un Dios Olímpico, tenía buen corazón, y permitía que las noches sin luna, las ninfas salieran de su encierro para nadar y sumergirse con sus amigos los delfines. 
Una de esas noches, Petrea invocó en su desesperación, a Afrodita, Diosa de la sexualidad, pero nacida libre, de la espuma del mar y de Urano. 
Afrodita se apiadó de Petrea y de sus hermanas, lanzando una maldición hacia los hombres, que despreciaran y humillaran el poder femenino. 

- "Yo condeno a los hombres que desvaloren el poder femenino, a perder el juicio y el entendimiento, cada vez que vean a una bella fémina, sintiéndose atrapados por los encantos sensuales de ésta, y sin poder ejercer su voluntad, sino tan solo la de ella."   
Después la Diosa, levantó las aguas oscuras y salpicó con su espuma a cada una de las ninfas, diciéndoles lo siguiente:

- "  Yo os otorgo el poder del cambio, de la variabilidad, y de la espontaneidad. Es el don femenino, que fluye sin pautas y sin predicción posible. Así el mar, ya no será un lugar seguro para quienes lo invadan, con intención de usurpar sus tesoros y criaturas. 
La mar será femenina y cambiante. Mostrándose dócil y sumisa cuando lo desee, y violenta e implacable, cuando sienta que en sus aguas más profundas, se menosprecia su poder."  


Margarita Basi.               

domingo, 18 de junio de 2017

   


                                        VIENTO


                          Fue el viento quién me trajo a la vida
                          Fue el viento quién despertó mi ira
                          Su golpe certero zarandeó mi entendimiento
                          hasta dejarme tan limpio por dentro
                          como un cascarón hueco.

                          Caí de sus brazos por un golpe de viento
                          y en mi aún tierno cráneo
                          se perpetuó el silencio.

                          Ya no oiría jamás el viento
                          Ya no escucharía nunca más el lamento
                          de quienes hoy escurridizo me siento.
  
                          Porque no les comprendo
                          Porque me siento más fuera que dentro
                          Yo siento que formo parte de ellos
                           aunque finjan que nada siento.

                           Yo soy el viento.
                            y a él volveré raudo, ese es mi deseo.
                            cuando sople cercano 
                            le pediré me lleve con él de nuevo.


Margarita Basi.       
                               

                     

                       HOMBRE Y REY.......


Muchas veces, las mujeres que vivimos y sobrevivimos en este mundo de hombres ( pues son ellos los que han hecho el mundo y sus reglas), preferimos sonreír, claudicar, permitir o simplemente no entrar, en situaciones que por más desfasadas, absurdas o injustas que nos parezcan, de lidiar y enfrentarnos con ellas, estaríamos admitiendo que sí, es cierto que existen continuamente gestos y actitudes por parte de muchos hombres, que no hacen más que recordarnos que nosotras las mujeres jugamos en otra liga.
Y que si osamos entrar en la suya, sin su permiso o cuestionando su prepotencia, egoísmo, condescendencia o paternalismo..... 
Recibiremos no solo un incómodo y hasta bochornoso toque de atención. Sino lo que es peor. Constataremos la certeza de que cuando las mujeres queremos dar nuestra opinión y ser consecuentes con ella, el hombre suele desplegar todo su abanico y repertorio machista. 
Y dar pie a algo tan desagradable y de lo que huimos como avestruces, la mayoría de mujeres. Es mucho peor que aguantar de vez en cuando, la condescendencia o el menosprecio masculino, mientras con ello podamos seguir con nuestras vidas faltas de coraje y verdadera identidad femenina.

La autenticidad y la nobleza, se cultivan en los pequeños gestos y no en las vistosas parafarnalias, de las que ellos suelen gustar tanto.

Tengo un abogado que pronto dejará de serlo, porque cuando me pasó su minuta, yo como clienta responsable, le pedí me explicara que conceptos y servicios acumulaban dichos honorarios. Además de hacerle algunas preguntas sobre temas que no entendía sobre unos alquileres que estaba cobrando.
Él me respondió con eficacia a todas mis cuestiones. Y al finalizar su exposición (via email), me escribió lo siguiente:
"Pero si no estás contenta con nuestros servicios, puedes poner fin a ellos cuando lo desees, con un previo aviso de treinta días".

¿Me hubiera contestado así, si yo hubiera sido un ejecutivo o simplemente un machote? ¿Me hubiera dicho algo así si yo fuese alguien con poder económico y con unos buenos contactos?

Una mujer violenta a un hombre que la sirve ( Yo soy la que paga por sus servicios). Y si además yo ejerzo mis derechos y obligaciones, preguntándole lo que me de la gana sobre temas legales, sin mostrar una imagen de sumisión, coquetería o de falsa modestia. Sino todo lo contrario. Ese hombre que oculta y reprime su misoginia, se revela y enrabieta como un chiquillo.
Porque la cultura patriarcal se incomoda y no permite, que una mujer lo sea en un mundo de hombres. 

Hacéis más daño vosotras, las mujeres que calláis y que preferís no entrar en el fango de testosterona, con el que el mundo está abonado.
O reprimir vuestra natural libertad de ser mujeres a veces agresivas, perturbadoras, obsesivas,.... Pero en definitiva mujeres.
Que ellos que al fin y al cabo, se defienden de los últimos estertores que emite el antiguo patriarcado. Y que paradójicamente, han sido las mujeres quienes han perpetuado y transmitido generación tras generación, esa cultura al hombre.      


Margarita Basi.       
    
   

jueves, 15 de junio de 2017




                                            JUSTICIA


Para acabar las reflexiones sobra la justicia que inicié en mi último blog, diré  que la justicia no siempre, mas bien pocas veces, viene acompañada de ética. 
Así, existe una justicia legal que no suele ser justa. Y otra ética que pocas veces está legalizada.

El ser humano siente, vibra e intuye la justicia ética. Sin embargo, la mayoría de veces, se ve obligado a "tragar" la injusticia legalizada. Y como consecuencia de ello, los individuos nos vamos deshumanizando y desmoralizando, llegando a valorar algunas veces, decisiones y actos que des virtuan y vulneran la dignidad natural e intransferible de todo ser humano.   

El hombre sigue identificando "supervivencia" con poder económico y/o social. Así ha sido desde el principio de los tiempos, hasta hoy día.  Sin embargo, la humanidad en este nuevo siglo XXI, está cuestionando y rechazando,  las consecuencias del brutal capitalismo con el que hemos "sangrado", no solo nuestros recursos naturales, sino las virtudes y excelencias éticas con las que nuestros antepasados convivían. 
Este "Tsunami" económico, político y social que estamos viviendo, acelera un proceso emergente de nuevas mentalidades, éticas e ideologías, que ya no van a alimentarse del arcaico y obsoleto capitalismo ni neo liberalismo. Sino que van a sufrir una metamorfosis global desde sus principios y valores más básicos de supervivencia.

El resultado de todo ello y que ya se está viendo y experimentando en los debates de opinión y en las teorías macro económicas para el S. XXI,  es el siguiente:

Se abandonan poco a poco las conductas que separan o excluyen a las minorías, sean estas cuales sean, del beneficio económico que supondría apartarlas. Porque ya no se puede considerar beneficio tan solo al material o económico, si éste es el resultado de "abandonar a su  suerte", a aquellos individuos menos dotados por su biología genética y/o social".
La evolución humana nos está llevando a sentir, como acto previo al razonamiento. Y de ese resultado nacen las conclusiones de filósofas como Seyla Benhabib o Marta C. Nussbaum, en las que el mensaje de sus ensayos es claro y demoledor.

La intención de todo ser humano, de aspirar a un mundo pacífico, respetuoso, digno y capacitado para darle una supervivencia que no merme su natural dignidad humana. Es a través y solo a través de un mundo fraternal y amable con todos sus miembros, que cumpla estas premisas. Y no por miedo a que sino lo hiciera, pudiera verse desposeído de tal dignidad. Sino por pura necesidad emocional, que le impide sentirse feliz y dichoso, si otro ser humano no lo es.

Nos han hecho creer que este tipo de sentimiento es moralmente loable, pero contrario al proceder de un sistema social, que se rige por la competitividad y valor económico que confiere a las cosas y a las personas. 
El ser humano no podrá nunca escapar de su propia naturaleza, que funde pasiones, sentimientos y logos (razones), en un mismo cofre. Cuanto antes armonicemos y supeditemos las más excelsas a las menos virtuosas, antes acabaremos con las "Injusticias" que socavan y menosprecian el valor inconmensurable de toda persona humana. 

Nadie, ni siquiera el enajenado (quizás por no haber podido soportar la des humanización se a vuelto loco), es capaz de no sentir un nudo en su estómago que le limita e incluso atormenta en su día a día, al saber que vive en un mundo que le "obliga", a estar fomentando la hambruna, la guerra o la enfermedad endémica en ciertos países, a costa de su "mediocre" calidad de vida en el primer mundo. 
Nos guste o no oírlo, esto es una realidad. 


Margarita Basi.



Frases de M. C Nussbaunm, de su libro "Las fronteras de la justicia". Ed. Paidós:

"Cualquier sociedad basada en unos principios que se alejen de los que escogerían un conjunto de personas libres, iguales, e independientes en el estado de naturaleza, resulta cuestionable en esa medida."

"De modo que las personas, establecen un contrato entre ellas en virtud del cual, renuncian al uso privado de la fuerza y al derecho a arrebatarle su propiedad a otro hombre, a cambio de la paz, la seguridad y la expectativa de un beneficio mutuo."

".... La promoción del bienestar de los demás, forma parte de la promoción de mi propio bienestar."           













viernes, 5 de mayo de 2017

 

                                      JUSTICIA

El martes, en clase de filosofía tratamos el tema de la justicia. Un vocablo altamente emocional, a pesar de la carga racional y legislativa con la que se asocia al estado de derecho.

La justicia es inalcanzable. Pues como la bondad y otras cualidades excelsas y ejemplares, no pueden existir en un mundo imperfecto y humano como el nuestro. Al menos no con una constancia indefinida en un mismo espacio y tiempo.

La vida es injusta porque no ofrece a todos sus hijos, lo esencial y elemental para vivir con dignidad. Sin embargo, la motivación y el deseo por conseguir lo inalcanzable, se encuentra latente y activo en cada uno de nosotros. Y ese sentimiento intuitivo, es precisamente el que nos da la fuerza e impulso necesarios, con los que soportar los desafíos y zarpazos que la vida y su injusticia, nos reparte.
Si el mundo fuera enteramente justo, la historia se acabaría. Pues la lucha por la supervivencia y la creatividad que de ello se desprende, no tendrían ningún sentido.

Por otro lado, nos llenamos de razones para reivindicar un mundo más justo. Y a la hora de la verdad, abortamos cualquier iniciativa que nos acercaría algo más a ello. Ya que de hacerlo, tendríamos que reducir nuestro nivel de bienestar económico, para que aquellos que nada tienen, pudieran al menos sobrevivir.

Malinterpretamos la justicia, cuando confundimos términos como: derechos y deseos. Creyendo que los deseos son también derechos. Y no siempre es así.
Un derecho es un bien cuya ausencia, me invalida como ser humano digno y sujeto de respeto y afecto por parte de los demás.
El deseo de ser madre y no conseguirlo, no hiere mi dignidad como persona. Sin embargo, todo niño tiene derecho a tener unos padres o unos cuidadores.

Y como conclusión decir, que no es necesario impartir justicia cuando las personas tienen sentimientos fraternales o de amistad entre ellos.
Este valor en decadencia demuestra, como debido a la falta absoluta de amabilidad y buenas intenciones por parte de la mayoría de personas, hacia aquellos que no piensan, sienten y actúan como ellos hacen. La justicia se ha convertido en un brazo que ejecuta leyes, que no siempre cuidan y protegen a las personas. 

Pedimos justicia cuando hemos fracasado en nuestras relaciones emocionalmente. 


Margarita Basi. 
            

jueves, 13 de abril de 2017



                         EL LIBRO QUE SALVÓ MI VIDA.  


Leo para aprender y disfrutar. Y escribo para sobrevivir a mi misma. 
Todo libro es una ventana a lo inesperado, a la incertidumbre, al vacío insondable con el que un buen escritor, tarde o temprano, va a tener que enfrentarse. Y con el que cualquier lector minimamente sensible, se verá identificado. 
Un libro tiene vida propia, porque condensa entre sus juguetonas páginas, no solo una trama, una historia, o una vivencia emocional. Sino que además desprende la personalidad y el aroma de la persona que lo escribe, junto con los personajes a los que da vida. 

Hay tantos libros como estilos de personas existen. Los hay populistas, excesivamente eruditos (cuyo exceso de datos e información aburre más que estimula el aprendizaje), originales y novedosos pero sin estructura literaria....
Pero lo que hace que un libro me atrape, es su capacidad de conmover y remover mis emociones. Incluso si se trata de un ensayo filosófico.
Los libros no solo son necesarios para la transmisión de la cultura, de la historia, o de todas las artes y ciencias que los seres humanos somos capaces de desarrollar.

Los libros también son el medio por el que el escritor, trata de comprenderse a si mismo. De sobrevivir en un mundo que se le antoja, a veces, cruel, burdo y sin sentido.
Sin embargo, cuando el escritor desmenuza ese mismo mundo en letras y en palabras, que con sosegado ensimismamiento, van tejiendo una red fantástica pero implacable de vivencias que le atraviesan el alma. Consigue vislumbrar aunque sea por unos instantes el  sentido de su vida. 

Así es como los buenos libros, nos dan la oportunidad de tocar con nuestros sentidos más íntimos, los rincones oscuros y hasta dramáticos de las vidas de quienes las exponen en sus libros. 
Algo que para mi, es uno de los regalos mas bellos que un ser puede hacerle a otro.

Existen los libros porque hay sufrimiento y deseo. 
Cuando el hombre y la mujer dejen de sentir curiosidad por aprender y por sentir. Y se abandonen en el confort que emana la certidumbre absoluta, encogiendo sus cerebros hasta el punto de que les sea más placentero, vivir las vidas de los demás sentados delante de su ordenador, que salir al mundo impredecible, agresivo y caótico. Pero al fin y al cabo humano.
Entonces los libros desaparecerán de la faz de la tierra, porque ellos son la expresión más audaz y valiente, de la creatividad y emocionalidad humana. 


Margarita Basi.

     
      

jueves, 6 de abril de 2017




              DESCONTROL ANTE LA SEDUCCIÓN


A nadie le gusta sentir que pierde el control. O al menos de una forma buscada y consciente.
Porque las veces que damos alas a nuestra mente, para que vuele más allá de nuestra inflexible y encapsulada razón. Lo hacemos creyendo que será tan solo un divertimento, un pasatiempo con el que nos relajaremos y sentiremos, aquel placer que solo los sentidos y no nuestro intelecto, nos pueden proporcionar.

Sin embargo, el ser humano, y generalmente el hombre, es demasiado soberbio y racional para dejarse acariciar sin oponer resistencia alguna, cuando Eros o Venus acuden al umbral que delimita su reprimida y constreñida mente, del abismo insondable y visceral que se esconde en su inevitable animalidad. 

En pocas palabras. El hombre no soporta, odia y teme, hasta limites que pueden llegar a ser incluso patológicos, que alguien sin su expreso consentimiento, despierte esa parte animal y pasional ( tanto en lo emocional como en lo sexual), que siempre arde contenida en su interior. 

El problema viene, cuando el hombre no acepta ser conmovido, cuestionado o interpelado en sus sentidos, porque éste no ha dado su consentimiento. ¿Acaso puede alguien prohibir a otra persona que le remueva ciertas emociones o pasiones?
Parece ser que el hombre si puede hacerlo.

Para el hombre, su mundo interior es como una propiedad privada, vallada y resguardada, de posibles ataques externos que pudieran conmocionarla. Porque para él, el ser humano es un sujeto predispuesto a competir cual bien tangible, en las leyes mercantiles de la oferta y la demanda. Más que tenido en cuenta y apreciado, por la simple calidad de ser humano y nada más.

Me viene a la mente un claro ejemplo que demostraría esta reflexión.
¿Porque el hombre lleva miles de años tratando de domesticar, censurar y reducir la sexualidad femenina, a aquellas actitudes que solo él cree que son las idóneas para su propio goce y disfrute, sin tener en cuenta que tales acciones la mayor parte de veces, violentan, denigran y hacen sufrir a muchas mujeres?  

Lo que más aborrece y teme el hombre en esta vida, es sentirse excitado sexualmente, sin que el sujeto que ha provocado tal sensación, pretenda consumar el acto sexual. 
Si además la persona que le suscita sexualmente es una mujer, el hombre suele mostrar mayor enfado, llegando alguna vez a violentar a la mujer en cuestión.
El hombre teme que la sensualidad femenina, le haga perder el control.

Es cierto que algunas féminas recurren a sus armas seductoras con algún tipo de fin. A todos se nos ocurre alguno.
Pero la mayoría de veces en las que un hombre se siente seducido o excitado por el eros femenino, es algo totalmente fortuito y natural. Y en ningún momento, la mujer que le provoca es consciente de ello.
Ocurre continuamente, porque así ha de ser.

Sin embargo, pocos son los hombres que se abandonan al encanto visual y sensorial de la seducción femenina. Y no se obstinan en ver en ello, una estrategia o un plan maquiavélico, sino tan solo agradecen el regalo que Eros les ha brindado aunque sea por unos segundos.

El hombre tiene y ejecuta el poder. La mujer cree hacerlo.

Y esto es así, porque la mayoría de veces en las que ocurren estas cosas, el hombre aparece como desprestigiado en su viril hombría. Y la mujer en cambio, es vista como una "calienta....", una puta, una promiscua, o una mujer en la que no se puede confiar.

Parece mentira que en pleno S.XXI, continúen existiendo mujeres que por propia voluntad, permiten que sean los hombres quienes delimiten, condicionen y estipulen, que forma y valores ha de tener su propia feminidad. Dejando que éstos decidan que partes de su cuerpo deben cubrir, para no excitarlos y tener por ello que acabar violándolas. O que ideologías deben seguir para que ellos no se sientan cuestionados o desafiados intelectual o emocionalmente.

Mujeres así, hieren y menosprecian la belleza, la fuerza y la tremenda dignidad y capacidad de cuidar, que tiene el género femenino. 
Muchas son las mujeres que viven en una tremenda y confusa dualidad femenina. Se molestan al recibir un piropo quizás algo vulgar pero con buena intención, y sin embargo en su casa, tragan infidelidades o malos modales de su pareja e hijos para con ella. 

La mujer debería aprender a respetarse y a admirarse sin que para ello, fuese necesaria la acción masculina.
Todos somos seres humanos antes que hombres o mujeres. Y por el mero hecho de serlo, tenemos el derecho y la obligación natural, de respetarnos y cuidarnos unos de otros. 

Pero si esto se le olvidara a algún hombre, no nos queda otra que vestirnos muy femeninas y seductoras, y proporcionarle a ese hombre su misma medicina.

Que pocas son las mujeres que no tienen miedo a mostrarse femeninas y sensuales. Y que hacen tan bien el amor, como rompen un brazo a cualquier hombre, que intente forzarlas o violentarlas.   


Margarita Basi.

     

sábado, 11 de marzo de 2017




        ¿QUE DIRÍAN LAS AMAZONAS SOBRE         LA IGUALDAD?

Las amazonas, aquellas mujeres guerreras, amantes y chamanas. Existieron hace más de 5.000 años, abandonando la sociedad civilizada, que las sometía y privaba de libertad y dignidad como seres humanos, para construir otra más primitiva, pero afín a sus cualidades femeninas.

Para mi, la "igualdad" que actualmente la mujer sigue persiguiendo de forma tan estéril, me parece una auténtica patraña.
Yo no soy igual que tú, hombre. Mis deseos, anhelos, capacidades, y modos de sentir mi propia vida y entorno, son muy distintas a las tuyas.

Y en esa diversidad casi divina, se encuentra el punto de partida en el que tu y yo, iniciamos nuestro recorrido por la vida.

El machismo patriarcal nos está llevando a la destrucción de este mundo, en todos los sentidos. Porque tú hombre, te crees más macho, cuanto más espolias y desprecias las cualidades o dones distintos a los tuyos. Bien porque te pudieran hacer sombra, bien porque te aportan beneficios, que tu no devuelves.
También sueles perder más el tiempo, en elucubrar estrategias y dogmas con los que persigues el reconocimiento de la comunidad intelectual o política, más que el de solucionar graves y reales problemas de la sociedad.

Yo no soy así. Las mujeres y hombres de alma femenina, nos preocupamos más por el "cuidado" del ser, por la intendencia diaria, y por un vida ordinaria pero digna.  

Sin embargo tu, hombre, nos has hecho creer hasta ahora, que estos valores femeninos no solo eran inútiles, sino dignos de seres torpes, débiles y sin luces.
¡Y lo entiendo!
Porque mientras escribo estas lineas, ellas siguen buscando la "igualdad", mientras ellos se complacen por ello.


Margarita Basi.
  



  
  


miércoles, 8 de marzo de 2017


                           DIA DE LA MUJER

                      TRABAJADORA


Hoy es el día de la mujer trabajadora. Mi intención no es otra que la de recordar a mis compañeras mujeres, que la lucha por llegar a obtener unos derechos que aún no no son donados al cien por cien, por esta sociedad machista y patriarcal, es infructuosa y estéril.
Porque antes que exigir algo, hemos de saber bien que pedimos.

Y no es otra cosa que valores, actitudes, horarios, responsabilidades, tareas y demás exigencias, que nos alejan y destruyen nuestra feminidad.
No podremos nunca ser femeninas y coherentes con nuestros ideales, ilusiones, facultades y dones femeninos, tratando de ponerlos en práctica en una sociedad como esta. 

Hemos de apartarnos del patriarcado, desarrollando entre todas y todos ( aquellos hombres con energía femenina), una sociedad a parte, impregnada de nuestras cualidades femeninas.
Solo así podremos conciliar familia y trabajo. Solo así podremos cuidarnos y protegernos de la agresividad masculina. Solo así nuestros hijos no serán moneda de cambio con la que compensar unos divorcios o separaciones.

Pero las mujeres somos débiles y perezosas cuando preferimos nadar y guardar la ropa. Vivir sin ideales ejemplares que nos recuerdan nuestra parte divina. Y por tanto, nos convertimos en quejumbrosas victimas, mientras nos aprovechamos de los privilegios del rancio patriarcado.  

A vosotras mujeres que sois luchadoras y reivindicativas tan solo cuando os conviene. Os reto a que recuperéis vuestros ancestrales principios. Vuestra fuerza femenina auténtica. Y para empezar nada mejor que el ejemplo de algunas mujeres valientes, coherentes, libres e inteligentes.
Ellas acabaron suicidándose, porque su extrema sensibilidad e inteligencia no pudo soportar vivir en una sociedad aún más machista que la nuestra, donde las terribles guerras y genocidios acabaron por arrebatarles la cordura.

Mi homenaje en este día es para Simone Weill, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik y Virginia Woolf. Y tantas otras féminas que lucharon por sus ideales y principios hasta perder la vida en ello.
Tan solo les faltó haberse encontrado y haber puesto en práctica sus ideas.   

Ellas son mis heroínas y las mujeres a las que todas nosotras deberíamos leer y tratar de imitar.
Y dejar de parodiar y de estar tan pendientes del sexo masculino, al menos mientras no nos trate con el respeto y la dignidad que merecemos.   
Claro que esos valores antes se deben ganar.  


Margarita Basi.         










miércoles, 8 de febrero de 2017



 LA MUJER CEDE EL PODER SOBRE SU CUERPO E IDENTIDAD, AL SISTEMA PATRIARCAL.


El segundo poder femenino que la mujer suele ceder o entregar al hombre, poniendo con ello en riesgo no solo su propia estima, sino su vida. Es el dominio de su cuerpo como herramienta combativa.

2- El cuerpo femenino y su capacidad combativa.

La mujer no es solo un ser bello y sensual con un enorme potencial emocional, y con una capacidad intelectual igual o superior a la de los hombres.
Además, la mujer tiene un físico capaz de bloquear cualquier intento de ataque, agresión o violencia hacia ella, tal y como lo haría un hombre. 
Siempre y cuando, ésta lo haya entrenado para ello.
Pero la mujer no suele cuidar esa competencia y aptitud propia, al menos tanto como lo hace con las otras que posee.
Me sorprende mucho, que una habilidad como conocer las técnicas básicas de defensa y ataque personal, no sea una prioridad en todas y cada una de las mujeres, vivan éstas en sociedades pacíficas y democráticas o en territorios en conflicto y en guerra.
Teniendo en cuenta el número de agresiones físicas, sexuales, etc... que las mujeres en todo el planeta, siguen padeciendo.
La mayoría de mujeres siguen poniendo sus vidas y las de sus hijos en la rueda de la vida. Que cual bombo de lotería que gira y gira, sin parar de sacar números. Un día extrae el "gordo".
Pero algo así casi nunca ocurre. Por lo que las féminas prefieren unirse a hombres que tienen pocos números, para devenir agresivos con ellas o sus hijos. Y eso ya les basta, para poner su supervivencia y la de su prole, en esas manos o en esos números.
Sin entender que una cosa no quita la otra. 

Las mujeres con esta actitud pasiva e imprudente, dejan que sus parejas, padres, hermanos varones, e instituciones del estado, se responsabilicen y se hagan cargo de unos derechos y obligaciones que primero, les competen solo a ellas. 
Renunciar a esa atribución o cometido, es igual que abdicar de su potestad sobre sí mismas en cuanto a cuidar y proteger su identidad y orgullo de ser humano y mujer.       


3-  La mujer acepta ciertos valores patriarcales, que le sirven para mantener unos privilegios frente al hombre. Y rechaza otros, cuando éstos no le retribuyen ningún beneficio.   

Hay infinidad de ejemplos contradictorios que demuestran este "antipoder femenino".

- Que una mujer permita que su ex pareja (padre de sus hijos a quién se supone amó), malviva. Porque ella deja que el sistema patriarcal, obligue a su ex a abandonar el hogar familiar, que muchas veces ha pagado él y no ella. 

-Que una mujer exija a su ex pareja una pensión económica por los años que ella dejó de trabajar para dedicarse a cuidar de él y sus hijos. Sin tener en cuenta que ella eligió libremente vivir de él.
¿A caso esa decisión, hoy día, no es absolutamente desfasada y machista? Como también lo es el que  algunas mujeres en esta situación, decidan seguir cobrando esa pensión indefinidamente, teniendo capacidad para incorporarse al mercado laboral?

- Que una mujer abandone su independencia económica, vocación, espacio íntimo y necesario para reconocerse a si misma, relaciones amistosas, creencias y valores más profundos, etc... Porque todo ello se contradice muchas veces, con las bases necesarias con las que crear un proyecto común de pareja. En donde acaban prevaleciendo los intereses de uno de ellos. Casi siempre los del hombre.
Dejando a la mujer con el tiempo, en una especie de amnesia de identidad. Desnuda y sin reconocimiento propio. Y por no hablar si él la acaba abandonando tanto física como emocionalmente.

- Que una mujer mienta sobre haber recibido agresiones físicas de su ex pareja. Con la ruin intención de vengarse o beneficiarse de alguno de esos privilegios machistas que ella misma consiente, cuando le interesa. 

Una mujer que permite ocurran tales cosas, no es digna de serlo.
Porque ser femenina es ser experta en cuidar de una misma a través de cuidar a los demás. Y eso es algo que puede hacer también un hombre, cuya energía masculina y femenina están equilibradas. 

Una mujer que deja en manos ajenas, sean cuales sean, su responsabilidad y compromiso para con ella misma. No podrá nunca llegar a saber quién es realmente, y por tanto, seguirá siendo arcilla en manos de quienes al menos, han tomado las riendas de sus vidas. 
Pero precisamente por esa razón, éstos no pueden encontrar motivos para respetarla o admirarla.


                 FIN DEL BLOG, DEDICADO A LOS                 
                 PODERES FEMENINOS.



Margarita Basi.           
    

sábado, 4 de febrero de 2017




      EL VERDADERO PODER FEMENINO


He aquí una serie de conductas, actitudes y creencias, con las que las mujeres creen sentirse, algunas poderosas y otras supervivientes. De una sociedad que ellas piensan poder cambiar a su gusto y naturaleza. Pero que sin embargo, no solo no lo consiguen, sino que favorecen la perpetuidad de un sistema patriarcal, del que aún arrancan ciertos privilegios mientras lo desafían infructuosamente.

1- Las mujeres no aspiran a una auténtica hermandad entre ellas.
A unirse para conseguir la fuerza, que de otra forma ni ellas ni ningún hombre obtendría.
Esa intención es la única que posibilitaría una convivencia temporal, y la creación de riqueza y productividad desde los valores femeninos.Y por tanto, a que las féminas comenzaran a sentir que no han de romperse en dos esencias contradictorias, para ser competentes en un mundo que no reconoce sus cualidades. Porque habrían creado el suyo, a su imagen y semejanza.
Sin embargo las mujeres en general, no conciben que un grupo de féminas puedan sentirse satisfechas ni tener una mínima calidad de vida, sin la colaboración directa de un hombre que las sostenga física y emocionalmente.
No creen que la convivencia con otras mujeres, por ejemplo en determinadas etapas de su vida (como sería en la crianza de hijos pequeños), pueda ser beneficiosa a la hora de compartir y entender sus naturalezas iguales y con las mismas necesidades.
Más bien al contrario, la mayoría vería esta posibilidad como algo nada conveniente ni para ellas ni para sus hijos. 

Estas mujeres, sostienen unas creencias propias de miles años de absorber la cultura patriarcal. Que ha educado nuestros cerebros (y por tanto nuestras forma de entender nuestro cuerpo y emociones), de forma que pensemos que la atracción sexual y sentimental hacia los hombres, no puede ser experimentada ni sentida plena ni gozosamente, sin una explícita convivencia con ellos.

Las consecuencias que esta creencia ha supuesto para las féminas, han sido varias:
- La pérdida de nuestra innata libertad y poder sexual femenino. Quedando la sexualidad femenina, a expensas del criterio masculino que como es lógico, ha utilizado todo su poder para tergiversar unos valores puros, naturales, y con absoluta potestad femenina. Para marcar las "normas" de una correcta y apta sexualidad femenina. Aquella que según le convenga a éste, ha de ser respetuosa, fiel y sumisa. O joven, sensual y de uso y consumo.

- Otra consecuencia de esta desunión entre féminas sin autoridad sobre su poder sexual, es el efecto contrario: La envidia, la desconfianza y la falta de respeto en sus relaciones con otras mujeres.
Sobre todo en su etapa fértil, donde su instinto por conseguir al "mejor padre" para sus hijos, no contempla otras prioridades que no sean la de obtener la mejor calidad de vida con el hombre más apto para dársela.
Tan solo establecerán relaciones de auténtica amistad, una vez entran en la madurez donde ya no ven a otras mujeres como rivales. Pues el sujeto de su deseo ya no es el hombre, sino ellas mismas y sus relaciones con otras mujeres.
Las mujeres pasan más de la mitad de sus vidas, cuidando de su entorno en donde la familia, es el soporte indispensable para su propio sostén como ser.
El gasto de energía que esto supone es exagerado, en cuanto que debilita a las féminas más que las fortalece. Por ello a penas tienen tiempo ni fuerzas para cuidar de ellas mismas (a veces ciertas mujeres ni siquiera saben reconocerse ese derecho propio), ni de fomentar relaciones con otras mujeres.
A pesar de que en la actualidad, la mujer ha abandonado el ostracismo en el que el patriarcado más radical la había condenado.
Sigue manteniendo vivos la mayoría de deberes y responsabilidades que antaño, sus antepasadas realizaban sin tener que lidiarlas con una profesión.       

Organizar y velar por el buen funcionamiento de un hogar, hijos, pareja, otros familiares de sangre o políticos. Cuidar de su estética y mantener una lucha absurda contra el poder implacable del envejecimiento. Ser más competentes en el trabajo que los hombres, por aquello de demostrar su eficacia día a día, para ganarse el respeto masculino que si llega, casi nunca se traduce en reconocimiento de ningún tipo. Cuidar de sus relaciones sentimentales y emocionales con su familia y amigos. Algo que es vital para ellas, pero en donde no encuentran ni el apoyo ni la empatía necesarias. Ente otras cosas porque para ello se necesitan tiempo, serenidad y equilibrio. 
¿Y de donde lo van a sacar con semejante estrés vivencial?  

- Y como última consecuencia de esta des unión femenina, está la falta de autoridad y potestad sobre sí mismas. 
Al romper el vínculo ancestral que las unía física y espiritualmente a otras mujeres, las féminas han perdido la fuerza y el poder que les otorgaba una identidad propia y orgullosa de ser femenina.
Repleta de valores y rasgos útiles, pero que en una sociedad como la nuestra (aún patriarcal), se toleran pero no se valoran ni a veces respetan. Incluso en algunos casos, se desprecian por considerarlos inútiles o impulsores de actitudes que podrían enterrar y acabar con los privilegios, que los hombres mantienen en la sociedad patriarcal. 
Creer que el sistema va a permitir que ciertas cualidades femeninas, se expandan en sus instituciones ordenadas, normalizadas y de espíritu competidor, es ser algo ilusos y poco realistas.

Es el momento de responsabilizarnos como seres humanos, con suficientes talentos y dones, no solo útiles para sobrevivir,  sino para crear una sociedad según nuestras naturalezas, a nuestro propio servicio y no al del sistema patriarcal.  

En el próximo blog hablaré de la segunda razón por la que las féminas, no conseguimos o no queremos ejecutar nuestro innato poder. Es el dominio de nuestro cuerpo. No solo para expresar belleza y erotismo (que también es un buen poder, si se utiliza correctamente), sino como herramienta combativa.

Y del tercer motivo: La mujer actúa y utiliza en muchos casos, los mismos valores patriarcales que luego critica y condena, según su propia conveniencia. 


Margarita Basi   
   

martes, 31 de enero de 2017



            EL TERCER PODER FEMENINO

Es el poder ancestral. Este tercer poder, tiene su origen en aquella autoridad primigenia con las que las mujeres prehistóricas y de la edad antigua, se relacionaban con su entorno y congéneres.
Los valores patriarcales de dominio y sumisión por parte del hombre hacia no solo las féminas, sino hacia cualquier hombre o territorio, aún no se habían instaurado ni manifestado.
Por ello es de suponer (existen pruebas y vestigios que así parecen confirmarlo), que las mujeres de aquel periodo tenían y ejercían otros valores y cualidades muy distintos a los actuales. 
La feminidad, se entendía como una mezcla de rasgos y hábitos femeninos y masculinos, dependiendo de la actividad que se estuviera realizando en cada momento.

Estos eran los valores por los que se regían las mujeres en aquella época, y sin los cuales ni hubieran sobrevivido y ni mucho menos, hubieran ejercido el respeto y la autoridad, que en muchos ámbitos de la comunidad tenían estas féminas.

A- Unión y hermandad entre las mujeres:

1- Se trataba de una unión vital. De supervivencia, y por tanto indisoluble. Una unión instintiva con la que las féminas antiguas establecían un código, no tan normativo sino logístico y de intendencia diaria. Así estando siempre en grupo, se protegían también de la agresividad masculina o de cualquier depredador natural.   
De esta forma, no necesitaban al hombre como proveedor de alimento o como medio para mejorar su calidad de vida. Pues entre ellas ya la tenían.

2- Esta hermandad les daba otro poder "el sexual". Estas mujeres no necesitaban convertirse en reclamos sexuales, porque no había nada bueno que conseguir con ello (más bien al contrario). Tenían sexo o relaciones sentimentales con quienes querían o sentían. Y no les importaba compartir esos instintos con el mismo hombre, pues no habían otros intereses de por medio.
Esta actitud generosa, condicionaba al hombre a no ver el sexo femenino como una posesión o algo en lo que ejercer un dominio o control. Sino como un bien libre, del que las féminas eran las únicas poseedoras y por tanto, las únicas con potestad de decidir que hacer con ese poder.  

3-  Y por último, gracias a ese respeto y protección que las féminas establecían entre ellas, desarrollaron unas capacidades altamente civilizadas y emocionalmente, superiores a los hombres: "El cuidado del ser".
Y no solo en el sentido biológico, como ser que puede gestar y dar vida. Sino en otra visión más profunda  Su don y habilidad para la conciliación, para compartir, para solucionar de forma inmediata problemas de la organización comunal, de la intendencia diaria, y por supuesto, y como consecuencia de ello. Su potente inteligencia emocional.
Todo ello hizo que durante miles de años, las comunidades prehistóricas y de los primeros estadios de la antigüedad, tuvieran en las mujeres los referentes más aptos, para desempeñar las funciones político-sociales, además de cumplir con su función biológica en la gestación y crianza de su prole.

Y aun así, mantenían alejado el instinto dominador y conquistador del hombre.       

  
B- Fuerza combativa:

Las mujeres antiguas vivan en un entorno hostil, donde los depredadores y las guerras de clanes eran algo habitual. Por esa razón entrenaban sus cuerpos, al menos, lo necesario para defenderse de ello, sin la protección masculina. Pues podían pasar semanas o más sin ellos, cuando iban de caza o a explorar territorios.
Estas mujeres conocían las técnicas más básicas de defensa y ataque con las que romperle los huesos a todo aquel que intentara violentarla a ella o a sus hijos.
Y si además iban en grupo, su poder era aún mayor.

C- Conexión con la naturaleza:

Las mujeres antiguas, establecían vínculos adaptatívos con su entorno, y no actitudes agresivas ni dominantes como los hombres hacían.
Para ellas la naturaleza era una fuente inagotable de recursos, con los que con un poco de observación y paciencia, se podían conseguir bienes muy útiles para sobrevivir y mejorar su calidad de vida.
Aprendieron las propiedades de las plantas. A Diferenciar las que eran venenosas de las que eran sanadoras. A conocer los ciclos lunares con los que guiarse para la siembra. El lenguaje de las nubes y el viento, con el que predecir sequías o lluvias. Así como el significado de los sonidos con los que los  animales expresaban sus necesidades. 
Porque de ello, dependía también su supervivencia.

Hoy día este poder podría equipararse, con la capacidad femenina de intuir y comprender los estados más sutiles y emocionales del ser humano. Y con ello su importantísima habilidad para conciliar, a través de destacar y señalar, aquello que a todos nos identifica como seres necesitados de dignidad, compasión y respeto.
Y no a través de la separación, de la diferencia y de la competitividad. 
Valores que hoy día rigen las relaciones humanas, creando más conflictos que bienestar. 

En el próximo blog, acabaré de desarrollar este tercer poder femenino. El ancestral.
Explicando las razones por las que las mujeres actualmente, no parecen estar dispuestas a abandonar el sistema patriarcal (pues siguen pensando en que pueden cambiarlo, sin antes ellas crear un sistema social propio), porque no se ven capaces de asumir las responsabilidades y los cambios en su calidad de vida, necesarios e imprescindibles para conseguirlo.

Margarita Basi.