EL TERRORISMO ES
RESPONSABILIDAD DE TODOS.
¿Por que cuando el terror destroza las vidas de nuestros conciudadanos,
salimos todos a la calle emocionados, organizamos manifestaciones de repulsa,
nos acongojamos durante varios días, (no más) y empatizamos con las víctimas y
con sus familias?
Y sin embargo, ¿Por qué permanecemos en silencio mirando a otro lado,
ocupándonos de cualquier cosa que nos distraiga, cada vez que el terror,
arranca y mutila no solo los cuerpos de personas inocentes, (la mayoría niños),
sino también su cordura y humanidad, cada vez que en sus lejanos y poco
desarrollados países, los actos terroristas mucho más sangrientos y cotidianos,
golpean sin piedad sus vidas?
¿Quizás porque estos últimos, tienen lugar en países a los que consideramos
bárbaros, fanáticos, repletos de gente inculta, analfabeta y pobre? O
¿Probablemente porque seamos unos retrógrados, que aún piensan que esos actos
son “políticamente lícitos”, al estar pertrechados por una guerra justa, ya que
en un bando están cualquiera de las potencias mundiales del primer mundo, y en
el otro unos pobres desgraciados, más bestias que humanos, a los que hay que
liquidar, pero siempre legalmente?
Y yo mientras me sigo preguntando, como es posible que no pierdan el seso
más hombres y mujeres desterrados a malvivir, tan solo porque han tenido la
mala suerte, de nacer en una tierra repleta de recursos millonarios, que la
avaricia del primer mundo, transforma en justa motivación, para despojarles no
solo de esos bienes, sino también de su dignidad intrínseca a su condición de
seres humanos.
El terror tiene muchas caras. Una, la vemos en actos como los que están
aconteciendo en la vieja Europa, y la otra, en los que mutilan y desfiguran desde hace décadas, a un oriente ya mancillado y masacrado.
¿Por qué no alabamos y protegemos, a los miles de musulmanes y otras razas
y etnias, que habiéndoles violado a sus hijas, mutilado a sus hijos, quemado a
sus mujeres, y destruido sus casas, (siempre en nombre de una guerra justa, que
es por su bien), emigran a Europa, potencia que participa de estos conflictos,
con el único objetivo que el de buscar un lugar más seguro y digno en el que
seguir viviendo?
El ser humano es complejo, pero lo que a mi más me repugna de nosotros, es
nuestra habilidad para falsear, mentir y manipular la realidad, cada vez que
ésta muestra su feroz y cruel faz, exponiendo a la luz de la verdad: nuestra
cobardía, tabúes, prejuicios y creencias rancias y paternalistas.
Entonces nosotros, ciudadanos de primera, cultos, modernos y orgullosos
hijos de la ilustración, nos escondemos tras la protección de nuestras leyes
obsoletas, hipócritas y nada éticas, para como niños bajo las faldas de mamá,
pavonearnos de nuestro “savoir faire”, que consiste en enjutos actos que tan
solo pretenden esconder nuestra incapacidad, miedo, cobardía y falsa modestia, ante situaciones endémicas que deberían ser
la prioridad absoluta de todas las potencias del primer mundo:
El hambre
endémica, devolver la dignidad a TODO aquel ser humano que no la tenga, y por
supuesto, aceptar de una vez por todas, nuestra corresponsabilidad en todos los
actos terroristas, dando un primer paso.
Simplemente, porque nosotros hemos nacido con unas oportunidades, que la mayoría de personas de esos países nunca tendrán, y es por ello y por nuestra calidad de seres dignos y humanos, que quienes tienen esa capacidad, la ofrezcan sin reparo alguno.
Tratar de escuchar y de reconocer nuestras equivocaciones, cada una de las
partes, es una muestra de no solo humildad y valentía, sino de inteligencia. No
se trata de negociar con la razón y el intelecto, sino de exponernos y abrirnos
a las emociones y sentimientos rotos de la otra parte. Solo así podemos
superar ambos, el odio y el terror.
¿Quién puede decir lo contrario, si hasta ahora, nadie lo ha
comprobado?
Todos iguales, todos humanos, para cuidarnos y protegernos.
Margarita Basi.