sábado, 31 de diciembre de 2016



                             DESEOS PARA EL 2017.



Los seres humanos somos realmente paradójicos y tremenda mente curiosos. 
Cada fin de año, nos afanamos en desearnos unos a otros, grandilocuentes deseos que más que eso, son una lista de tópicos y referentes casi bíblicos, que año tras año recuperamos de nuestro desván personal. A donde van a parar todas aquellas emociones, acciones y pensamientos que tanto nos gustaría hacer realidad, pero sin embargo, sabemos que nunca nos atreveremos a darles permiso para que ocurran.

No estoy en contra de las fiestas y sobretodo de las reuniones con nuestros amigos y familiares en estas fechas y en todas las del año.
Pero me sorprende la falta de ingenio y personalidad, que tiñen cada fin de año los programas de televisión, las fiestas con el cotillón y la repetición de imágenes una y otra vez , de lo que ha sido el año que acaba.  
¿No podría haber en estos tradicionales hechos festivos, algo de novedoso, inusual, sorprendente y sobretodo autentico, por una sola vez al año?
¿No podríamos mostrarnos sinceros y humildes con nosotros mismos  y nuestro entorno, y dedicar este último día del año a reconocer el borreguismo y a veces la estupidez, por ni siquiera darnos cuenta de que nuestros deseos, siguen siendo siempre los mismos cada año?
¿Sería bueno antes de salir de fiesta, un acto de meditación solitaria para despertar nuestra hiper estimulada conciencia?
Algo imposible, teniendo en cuenta el nivel de superficialidad y miedo a verse uno sin máscara. Y sobretodo porque de conseguirlo, la mayoría no encontraría razones para celebrar nada, que no fuera una terrible depresión o ataque de pánico.
Bromas a parte.....
   
Al igual que en la película:  "El día de la marmota", ni siquiera somos conscientes de los anhelos y necesidades que de verdad nos hacen falta para ser, no felices, sino dignos con aquellos que no han tenido ni nuestra suerte ni capacidad para conseguirlo.  
Y en lugar de eso, nos tiramos a la calle a berrear y a gritar felices deseos, en lugar de ir a acompañar a quienes si son muy conscientes de sus deseos para el nuevo año. Porque nada tienen y ya nada les queda, ni siquiera su identidad.
Hacinados en tierra de nadie, o tirados en cualquier parque o cajero de nuestra ciudad.  Yacen en un limbo, impuesto por quienes celebraran este fin de año como si el mundo que hemos construido, fuera digno de festejar.

Quiero dedicar este humilde e insignificante texto, en un gesto de reconocimiento y admiración, a todas aquellas personas que esta noche dormirán al raso, o bajo la leve protección de una tienda de campaña, en cualquier lugar de nuestro planeta.
Y este deseo no es tanto para ellos, sino para los que creemos o creíamos tener razones para celebrar.

Mi deseo es que de una vez por todas, aquellos que si tenemos medios y capacidades para proporcionar un básico bienestar físico y emocional a quienes no tienen esa posibilidad. Lo hagamos sin plantearnos, si el hecho de llevarlo a cabo nos proporcionará o no algún tipo de beneficio o pérdida.

No hay mayor rédito que tener las cuentas éticas saldadas.      

Y mientras la mayoría de hombres y mujeres no interioricen esta creencia, como parte prioritaria de cualquier otra iniciativa, me disculpareis, pero yo hoy no tengo muchas ganas de fiesta.

Margarita Basi.  

sábado, 24 de diciembre de 2016

       


                         CONTEMPLACIÓN FEMENINA  


Acabo de leer en la vanguardia de hoy, una entrevista al poeta Jesús Aguado quién acaba de publicar, "Therigatha" ( Kairós).
Una recopilación de poemas escritos por ancianas sabias, definición literal del título del libro, que Aguado ha traducido, versionado e interpretado.    
Se trata de poemas escritos por las primeras mujeres budistas, contemporáneas a Buda.
Ellas no solo demuestran en estos versos su talento, que surge de la extrema sensibilidad y conexión con su mundo espiritual. Si no que además nos conmueven por su fortaleza y tenacidad, por haber logrado superar y transgredir, los rígidos cánones sociales de una época en la que la mujer, no era ni tan siquiera considerada un sujeto libre e independiente.

Jesús Aguado hombre sabio y sensible, dice en el artículo que a diferencia del discurso de otros grandes hombres sabios, más racional y escolástico. Estas mujeres suscitan en su escritura una pureza cristalina y directa de la vida, sin perder la sensibilidad espiritual de su capacidad contemplativa. 

Aguado prosigue diciendo que estas mujeres hablan sobre cosas esenciales y verdaderas. "Enseñan la importancia de ser libre interiormente para relativizar todo lo que ocurre fuera... Incluso a no apegarse a desapego".
Acaba Aguado su artículo con esta frase maravillosa:
".... Para no perderse en los laberintos del mundo contemporáneo, hay que dejarse guiar por la sencillez y la experiencia directa de lo cotidiano. Las verdades esenciales ya estaban contadas por ellas y muy bien contadas". 

Leer este texto me ha reconfortado, así como reavivado mi teoría.

La de que muchas mujeres siguen insistiendo en repetir e imitar los comportamientos y actitudes masculinos, basados en unos valores y principios que fundamentan su credibilidad, en la ostentación y magnificencia de tesis, reglas y razonamientos más grandilocuentes y hábilmente maquillados de omnipresencia, que de sustento y esencia vital y sincera.
Lo que quiero decir es que tan solo las mujeres sabias, pueden darse cuenta de que el discurso masculino es el que sigue moviendo el mundo, pero eso no significa que al mundo le convenga.
Y por tanto, así como ellos ya hace casi diez mil años decidieron actuar y crear el mundo a su imagen y semejanza, ya va siendo hora de que las mujeres, hagan lo propio.
Pero ellas, las poco sabias, evalúan el éxito y la seguridad de sus vidas en función del baremo masculino. Cuyos valores no les ofrecen ni  libertad ni reconocimiento, sino todo lo contrario.  
Pero como no se atreven a dejar su estatus cómodo, previsible y dependiente de esos valores masculinos, se creen sus propias mentiras piadosas y siguen viviendo de alquiladas en un mundo, que el hombre siempre les recuerda que no es suyo. Porque no se la ha ganado.
La gran paradoja de la vida, a mi modo de ver, es que una mujer o un hombre con energía femenina, poseen en su interior los principios y la sabiduría necesarios, para no solo afrontar de forma libre, independiente y satisfactoria la vida y sus avatares. Sino que la sencillez, la compasión, la visión practica y esencial de los problemas sociales, la capacidad de cuidar tanto el cuerpo como el espiritu humano y la cotidianidad con la que lo hacen, salvarían y mejorarían un mundo superficial, narcisista, sin ideales y sin escrúpulos que ya está herido de muerte. 

Margarita Basi. 

jueves, 8 de diciembre de 2016




                                        AMAZONA

                              ( Una feminidad olvidada)    


Escribí mi primera novela "Amazona", mientras investigaba sobre la identidad femenina. Y especialmente, sobre esa "fuerza femenina" tantas veces descrita y alabada por hombres, que honraban la esencia femenina, tan solo cuando ésta era un ejemplo de sacrificio, paciencia, virtud silenciosa y abnegada. Pero sobre todo cuando manifestaba una servidumbre amante y cuidadosa, hacia sus egos masculinos.   

Sin embargo, cuando alguna fémina se trastoca y perdiendo casi su razón, se atreve a explorar territorios fuera del previsible ámbito privado, en el que aún sigue nuestra sociedad arrinconando y apartando los genuinos valores femeninos. Descubre que la fuerza femenina no es como se la han contado. En donde las mujeres somos la fortaleza pacífica y paciente, la virtud silenciosa y reparadora de egos, la predisposición servil y en definitiva, el sostén del mundo.
Una mujer, cuando se da cuenta de que no es ni quiere ser el sujeto que el hombre ha decidido que ella sea, ni tampoco una fémina calcada a la más pura imagen y semejanza masculina, que repite sus creencias y acciones, creyendo que así alcanzará una igualdad que nunca existirá, y que la devolverá una y otra vez al mismo punto de partida.   
Reconoce la verdadera esencia de la fuerza femenina. Una pulsión que solo puede desarrollarse  a través de la hermandad y amistad entre féminas, con un objetivo común: Disfrutar de la búsqueda de su identidad fuera de toda influencia masculina, para entregar luego al mundo esos valores durante tanto tiempo reprimidos y silenciados. 
Esta es la verdadera fuerza femenina, es la fuerza del amor.

Creo que la figura de las amazonas como arquetipo femenino, es una potente inspiración y modelo a seguir para las mujeres. 
Ellas nos recuerdan que toda mujer posee la capacidad de vencer a sus más persistentes enemigos; la pereza, la competencia sexual entre féminas y la auto desconfianza personal.

El día en que las mujeres venzan estos miedos, serán realmente libres para ser quienes desean ser. Y la sociedad volverá a disfrutar de los valores femeninos puros y genuinos, que poco tienen que ver con los actuales, y que tanta falta hacen en un mundo tan patriarcal. 


Margarita Basi.      

               

sábado, 3 de diciembre de 2016


                                                                                                            NARCISISMO SILENCIOSO


Mi próximo libro al que quiero titular; "Los hijos de Narciso", es un reconocimiento hacia todos los hijos e hijas de narcisos.
Pero sobretodo, a aquellos que por suerte no recibieron de sus progenitores ni palizas, ni agresiones verbales, ni desprecios explícitos, ni ninguna acción visualmente agresiva y violenta.

Estos hijos de narcisos silenciados, han nacido en familias normalmente con una buena situación económica, (un narciso difícilmente se sentirá cómodo en un entorno humilde y austero) en cuyo seno, recibirán todo lo necesario para desarrollarse externamente: buena educación, alimentación equilibrada, objetos materiales para cubrir las carencias afectivas, vida social muy activa y cualquier cosa de alcance material, que demuestre el poder insaciable del progenitor narcisista.  
Sin embargo estos niños no pueden recibir el reconocimiento emocional, que como seres humanos únicos y genuinos, necesitan expresar y validar con sus padres.
Un narcisista no puede empatizar nunca. Ni siquiera con sus hijos. Así que solo podrá ver en su hijo una prolongación de sí mismo y por tanto, a un ser nacido para contentarle y devenir quién él (el narciso), desea.
Las consecuencias emocionales, psicológicas y hasta físicas son devastadoras, para la auto confianza, seguridad y autoestima del hijo de un narcisista. Porque al no sentir ni ver que su progenitor invalidado emocionalmente, le reconoce sus deseos, sus emociones y sus habilidades propias y diferentes a las de éste, el hijo de narciso no tendrá acceso a construir una buena y consistente identidad. Quedando perdido en un limbo emocional, a expensas de los va y vienes que la vida tiene a bien regalarnos.

Todos ellos tienen en común el miedo a la vida, a vivir, a relacionarse, a sentir, a pelear por sus sueños. 
Algunos desarrollarán una timidez enfermiza que puede rozar un desequilibrio de espectro autista. Otros vivirán sin freno y con desenfreno, buscando en las drogas o en las relaciones personales tóxicas, el recuerdo del dolor que sintieron en su infancia y que ahora ya adultos, tampoco quieren abandonar. Porque se han acostumbrado a él.
Habrán otros que aunque sin identidad propia ni autoestima, se revelarán contra el narciso que les dio la vida, porque su carácter será luchador y agresivo. De ellos solo unos pocos conseguirán dejar atrás el rencor, la culpa y la rabia hacia el mundo y hacia ellos mismos. Y lograrán compadecerse de unos padres que nunca le amaron, pero no por maldad sino por incapacidad para sentir.      
Algunos pocos se unirán al enemigo y se convertirán en narcisistas. Al fin y al cabo un hijo de narciso ha de aprender a amar y a aceptar a su progenitor. Y al hacerlo, puede quedar atrapado en él.     

Todos y cada uno de estos hijos de narcisos, suelen haber tenido todo lo que podría soñar un niño. Así es como los demás los ven.
Sobretodo si quién trata y se relaciona con estos niños ya convertidos en adultos, es una persona que no ha tenido acceso a los bienes materiales y a la vida opulenta que muchos de los hijos de narcisos suelen tener.  

Así los herederos de narciso no solo han de superar y sufrir las consecuencias emocionales que acarrean, sino también el silencio al que se suelen ver abocados, al no poder hablar abiertamente de sus carencias afectivas o de sus sensaciones por no sentir que forman parte del vinculo, que siempre existe entre miembros de una familia, cuando ésta ha nutrido emocionalmente a sus vástagos.  

La sociedad lamentablemente necesita pruebas físicas que desgraciadamente el narcisismo encubierto y silenciado, no hace visible. Pero que ineludiblemente, dejan una cicatriz honda y profunda en el corazón del hijo de narciso.


Margarita Basi.
      

    

                     

jueves, 24 de noviembre de 2016







                            SEXUALIDAD FEMENINA II

 

¿Cómo es realmente la sexualidad femenina? ¿Qué necesita expresar? ¿Que es lo que la motiva y enciende? ¿Hasta donde puede llegar?

La sexualidad femenina está unida intrínsecamente a su poder emocional y creativo. A su capacidad inagotable de dar placer y recibirlo. Esa es su única motivación y no necesita nada más para satisfacer esa pulsión.
Cuando la mujer ha recuperado y conectado con su auténtico centro de energía sexual, no suele practicar sexo impulsada por una fuerza aisiosa y a veces agresiva como suele hacerlo el hombre.
Éste biológicamente necesita centrarse en la consumación orgásmica  y seminal, que van unidas.
La sexualaidad femenina no tiene prisa, porque sabe que después del primer orgasmo vienen otros. Pero incluso si no llegan no los necesita, porque ella disfruta y se retroalimenta de su propio placer; el de expresar y sentir su propio poder sexual insondable e inagotable.
El hombre común no sabe o no quiere reconocer la infinitud del sexo femenino, pues de hacerlo, se sentiría en inferioridad de condiciones. Ya que por muy entrenado y joven que sea un hombre, tiene una limitada capacidad sexual. Y necesita un tiempo razonable para reemprender un nuevo encuentro sexual. 
Por esta razón, el hombre ha hecho creer a la mujer,que para tener una condición femenina y sexual sana, noble y digna, ésta se debe adaptar a la sexualidad masculina.
Respetando sus tiempos,vacíos o desenfrenos. Porque al hacerlo no solo la mujer devenía más femenina y deseable para él y para el mundo, sino que además estaba cumpliendo con su función biológica, emocional, sentimental y social: La de ser atractiva, deseable y respetable a los ojos de un hombre.  

Y esta creencia absurda y falsa, sigue marcando la vida de muchas féminas que, aunque aparentemente liberadas y con una sexualidad muy activa y compulsiva, mantienen reprimida una parte de su verdadero potencial sexual y con ello, de su autentica identidad femenina.

El hombre que es maduro, sensible y respetuoso a la honda y profunda capacidad sexual femenina, es capaz de reconocer esa fuerza disfrutando de ella sin más objetivo, que el de dejarse acariciar por la sensual, nutricia y reparadora creatividad sexual femenina.
Sin desear poseerla, utilizarla, marcarla o acotarla, para tan solo satisfacer su finita y previsible sexualidad, sino para regenerar su estresado, encapsulado y a veces egocéntrico ego masculino.  
Sin embargo, que pocas veces son las que puede darse un baile de estas características entre un hombre y una mujer al hacer el amor.

Y esto ocurre, porque ni ella suele conocer su verdadero potencial sexual, ni él ser lo suficientemente viril, como para dejar a un lado su frenesí por llegar al climax, y dejarse abrazar sin miedo por el potente erotismo de la diosa femenina, que toda mujer lleva en su interior.  

El hombre del S.XXI aún está lejos de entender, aceptar y sentir a la mujer como un ser potencialmente imprescindible, no solo para equilibrar su naturaleza excesivamente pragmática, racional, burocrática, legislativa, dominadora y agresiva. Sino también para tratarla y considerarla como un ser cargado de cualidades y rasgos necesarios y únicos, para el sostén y progreso de la humanidad. 
Y no arrinconar su capacidad compasiva, cuidadora, nutricia, generosa, intuitiva, practica y empatica, en los ámbitos menos destacados de la sociiedad civil, donde estos valores tanta falta harían.

Mientras el hombre no abandone su natural egocentrismo, ansia de poder y control de sus semejantes y naturaleza. El mundo seguirá muriendo y nosotros con él.

Mientras la mujer se resigne a aceptar su poder para reclamar su responsabilidad: abandonar los rancios privilegios machistas con los que sigue manteniendo una relación de sumisión y/o dependencia con el hombre. El mundo seguirá muriendo y nosotros con él.

Mientras hombres y mujeres no despierten de su zona de confoert mental, física y emocional, uniéndose en masa para reclamar y luchar si hace falta, para devolver a la humanidad su legado primigenio; de valores universales, humanistas, éticos y filosóficos.
La humanidad seguirá bagando como borregos o títeres, sin ser conscientes de sus propios derechos y deberes como seres humanos. Y el mundo morirá.

Cuando la humanidad sea educada en el conocimiento humanista y ético más que en el religioso, económico y competitivo materialista.

Cuando la mayor parte de la humanidad comprenda y sienta que de nada sirve mirar a otro lado, cuando parte de esa humanidad no tiene ni tendrá sus mismas oportunidades. Porque no han nacido en un territorio democrático en paz, sino en uno hostil y en guerra.
Porque son de una raza estigmatizada. Porque vivien en una situación de pobreza endémica, (la mayoría de veces propiciada por los paises ricos y democráticos). Porque arrastran enfermedades ya crónicas. Porque después de tantos años de miseria, han perdido la fe y la confianza en sí mismos, deteriorando seguramente su poder y capacidad de seguir luchando..... ¿Para qué?

Quizás entonces, sentiremos mayor compasión que juicio. Y eso hará que cambien nuestros valores y creencias curtidas en la antigua cultura judeo cristiana que proclama: "Te ganarás el pan con el sudor de tu frente".
Poco cristiana me parece a mi esta frase, cuando el pan, los recursos y el trabajo tal y como los entendemos, ya ha dejado de ser un bien alcanzable e inagotable. Ni hay ni habrá para todos. Y no   todos tenemos las mismas capacidades para conseguirlo.

Un nuevo horizonte y con él un desconocido paradigma se cierne sobre la humanidad. Creo que es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres, dejar que los valores femeninos entren de una vez en escena. No para seguir siendo hombres con faldas y escote, sino para impregnar al mundo de unión femenina y visión global y solidaria, en el digno reparto de riqueza y recursos.

La sexualidad femenina da para mucho.....


Margarita Basi.
   

     
              

martes, 22 de noviembre de 2016




                              SEXUALIDAD FEMENINA

                                           PARTE I


La forma en que una mujer expresa y siente su sexualidad, es una parte esencial y muy ilustrativa de como vive su propia identidad.
Ya expliqué anteriormente, como para una mujer es mucho más complicado que para un hombre, conocer y sentir su innata identidad así como ir construyéndola a lo largo de su vida, ya que el entorno en el que ella habita es totalmente masculino y patriarcal.

La sexualidad femenina está aún muy lejos de expresar todo su potencial, porque ésta sigue en muchos casos, anteponiendo esa fuerza visceral e instintiva, a los deseos de un hombre y a los intereses de su propia supervivencia y/o mejora de su calidad de vida. Antes que utilizar su sexualidad, tan solo como expresión de su creativo erotismo y disfrute físico y emocional con el que conmover su espiritu.

Aunque creamos que hoy día en el primer mundo, la sexualidad femenina ya no se utiliza como moneda de cambio,  (cosa que ocurre y entre mujeres aparentemente liberadas e independientes). Lo cierto es que tampoco expresa el ideal femenino.

Conviven indistintamente dos actitudes sexuales entre las féminas. Aquellas que expresan su sexualidad para mostrar su interés, agrado, fidelidad y agradecimiento a un hombre. Y aquellas que utilizan su sexualidad tan solo como puro desahogo físico y mental.

Unas son más sumisas y otras más agresivas. Pero ninguna de ellas logra así, mostrar todo su potencial sexual y sobre todo, sentirse después satisfecha.
Lo cierto es que la mayoría de las mujeres, siguen siendo muy influenciables e inseguras ante su sexualidad. Porque mantienen un fuerte apego emocional y hasta físico hacia el hombre, haciéndolas muy dependientes y vulnerables a lo que ellos piensen de ellas, y de su forma de manifestar su sexualidad.   

La cultura patriarcal y religiosa durante miles de años instaurada en nuestra civilización, ha sido decisiva a la hora de reprimir los impulsos sexuales femeninos para acotarlos, refrenarlos y encerrarlos en la esfera privada e íntima del hogar y el matrimonio.
Aludiendo que, cualquier mujer que expresara su sexualidad fuera de ese contexto, no solo sería repudiada por su marido y sociedad, sino que además perdería su estatus económico y no volvería a ver a sus hijos.  
Esta aberración y maltrato a la mujer y a su libertad sexual ha existido en nuestra civilizada sociedad, hasta hace bien poco.Y continúa ocurriendo, en paises donde la religión sigue siendo el máximo poder político y social.

¿Cómo entonces puede la mujer desplegar plenamente su abanico sexual, siendo al tiempo coherente y leal con sus valores genuinamente femeninos, y dejar de verse influenciada por el modelo masculino que ha adquirido, por ser éste el único referente que existe en la actualidad?  

RENUNCIANDO.

1- Destruyendo la creencia de que debe aparentar un modelo sexual femenino, que tan solo beneficia o agrada al hombre y no a ella.

2- Reconocer su apego a ese modelo masculino. Y darse cuenta de una vez, que puede albergar sentiminetos amorosos hacia un hombre, sin que por ello tenga que poner en sus manos, gran parte de sus aspiraciones, vocación, vivienda, autonomía económica y el futuro de sus hijos. Porque mantiene la falsa idea patriarcal, de que sin un hombre a su lado ella no podría nunca acceder a la misma calidad de vida y estatus que tendría sin él.

¿A caso existe una única manera de vivir y desarrollarse como ser humano y mujer, que es la de unirse a un hombre y seguir haciéndolo con otros, con la esperanza de dar con el definitivo ( que o no existe, o te llaga ya pasada la menopausia...)?
Y mientras en ese periplo, vamos arrastrando nuestros sueños, hijos, profesión, hogares, economías.... Hacia una existencia estresante y compleja, que añade más tensión si cabe a la ya difícil convivencia, dotando a la pareja de un exceso inhumano de responsabilidad, agotamiento y malvivir, que no es de extrañar que ésta acabe rompiéndose tarde o temprano, en mil pedazos de desamor.

3- Reconstruir sus relaciones afectivas y amistosas con sus "hermanas", las demás mujeres.
La mujer solo es verdadera amiga de otra fémina, si no ve en ella una rival sexual. Por ello las mejores y más importantes amistades para una mujer, son las que hace pasada la cincuentena.

Y esto es comprensible, pue se nos ha hecho creer que para sobrevivir o prosperar en el mundo patriarcal, no teníamos más opción que la de "pillar" al mejor macho: sano, economicamente solvente y socialmente bien adaptado. Muchos científicos o antropólogos dirán que esto es algo marcado en nuestro cerebro primitivo o reptiliano. Algo así como una llamada evolutiva para proteger la continuidad de la especie. Y estoy de acuerdo.

Pero también creo que se pueden explorar otras vías y seguir manteniendo la prosperidad de la especie, sin renunciar a ser quienes realmente somos.

Cuando la mujer se dé cuenta de que puede hacer dos cosas a la vez:
Amar, enamorarse y apasionarse con un hombre, manteniendo ese estado íntimo y casi sagrado apartado de la rutina y hábitos diarios, que acaban por socavar la magia de los sentimientos amorosos. 
Será libre y admirada por el hombre.

 
                                        FIN

Margarita Basi.

lunes, 14 de noviembre de 2016



                               IDNTIDAD FEMENINA II         

 

Para conocerse a uno mismo seas hombre o mujer, hay algo que es imprescindible a ambos sexos: autoafirmarse através de la validación que nos aporta el entorno.

Es decir que el ser humano, encuentra en sus semejantes y en su cultura, una gran parte de la información, creencias y emociones que necesita recibir para la correcta contrucción de su identidad.

Si esto es así, comprenderemos enseguída que, si la cultura y civilización actual y precedente es y ha sido la patriarcal, basada en una energía masculina y con unos valores, creencias y actitudes basadas más en el ying que en el yang. Estaremos de acuerdo en que, tan solo la mujer o personas con una energía más femenina que masculina, encuentren muchas más dificultades, obatáculos y rechazos en el entorno, a la hora de configurar su identidad.

Porque el espejo de nuestra cultura patriarcal, no devuelve a las mujeres un minimo de rasgos femeninos con los que sentirse  seguras, confiadas y orgullosas.

Es necesario ser reconocido, a través de sentir que parte de tu naturaleza y esencia, está y es expresada en el entorno en el que vives, y en las personas que conviven contigo en ese mismo medio. Para identificarte a ti mismo con seguridad y autoestima.

De lo contrario, vivirás inconexo de aquellos cuyos valores no te son afines, porque no hallarás en ellos la parte de tí que necesita ser reconocida y aceptada.

La mujer no es un ser extraño, incomprensible, impredecible y absurdo, como a lo largo de la historia de la humanidad, el hombre nos ha querído hacer creer.

Sin embargo si lo es, cuando entra en contacto con un medio completamente opuesto a su esencia y cualidades femeninas, que no le devuelve esa validación de la que hablabamos antes.

Algo que al hombre le ocurriría de igual manera, si se viera expuesto a un medio matriarcal y femenino en casi todas sus expresiones y facetas.

Por ello tan solo creando un mundo, entorno o sociedad afín a su naturaleza femenina, la mujer podrá llegar a descubrir su verdadera identidad, y con ella todo su potencial y poder.No sintiéndose inferior, desvalorada o desacreditada nunca más.

Porque comprenderá que sus cualidades femeninas son tanto o más respetables, admirables y necesarias que las masculinas.

La mujer no debería seguir gastando inútilmente su energía en convencer al hombre de su validez humana y femenina, porque seguirá recibiéndo de éste la misma respuesta: paternalismo, repeto ficticio y no interiorizado y en algunos casos agresividad y violencia.

La mujer debería autoconvencerse de que sus valores femeninos, aunque no estén reconocidos como cualidades competentes que aportan un beneficio tangible a la sociedad. (Pues es según estos criterios como lo masculino valora o no cualquier aptitud venga de donde venga). Son y han sido los que han salvado a la humanidad de su extinción. Y que sin ellos, los seres humanos quedamos desprotegidos de nuestra esencia humanista, para caer en el abismo de nuestra propia y natural animalidad, salvajismo y crueldad sin límites.

El día en que la mayor parte de la población femenina se de cuenta de este poder, dejara de sentir la necesidad de igualarse continuamente al hombre. Y éste comenzará a respetarla como a una igual.

Como a alguien que ha construido su propia vida, sin el paraguas protector de la masculinidad. 


                                         FIN


Margarita Basi.

 

  

sábado, 29 de octubre de 2016





                                       ESCRIBIR



La escritora Elizabeth  Strout escribe en su novela: “Me llamo Lucy Barton”, que una escritora debe ser implacable. Y qué aunque escriba muchas novelas, tan solo escribe una sola historia en ellas.
Lo que yo entendí al leer esto, es que un escritor que siente la necesidad de escribir desde su más interior visceralidad, debe dejar a un lado los convencionalismos, lo políticamente correcto o el interés del lector. Y dejarse absorber por su propia tragedia, siendo implacable y valiente para exprimirla gota a gota, en el papel que le brinda la oportunidad de liberarse de su propio drama.
Y al hacerlo no solo ofrece al mundo el regalo más valioso que un ser humano puede compartir con otro: su vulnerable creatividad. Sino también desvelarse a sí mismo en otra dimensión. Relativizar su tragedia, su vergüenza, su ira, su soberbia, su miedo….. Porque al entrar como tercera persona en la propia vida, toma una distancia terapéutica que si bien no borra sus hondos y cicatrizados sentires del pasado, si puede abrir un profundo e insondable vacío en su corazón, en donde ir abocando no solo su dolor cuando éste retorna como los villancicos en navidad. Si no también para extraer de sus fauces, la inspiración necesaria cuando ésta llama a su puerta.
   
Y solo existe una historia en cada escritor. Y es probable que esa vulnerabilidad habilmente maquillada o no, se deslice con distintas caras y versiones una y otra vez en cada uno de sus relatos. Pero seguramente en algún momento en la vida del escritor, éste sentirá la pulsión irracional y sentida de ser implacable, irreverente y demoledor.
Y es ahí donde estará su verdadero éxito, independientemente de si es o no es reconocida su obra. 
 
Porque la fuerza, la rabia y el miedo que anidan y permanecerán siempre en su estómago, provienen de una experiencia única, potente y mayormente dolorosa. Que solo plantándole cara dará como fruto una buena novela. No puede ser de otra manera.



Gracias a todos los escritores valientes e irreverentes, que me han alentado y siguen haciéndolo a escribir desde el pozo de mis dramas y alegrías.  



Margarita Basi. 
     

jueves, 22 de septiembre de 2016


        RELACIONES SENTIMENTALES CUANDO ELLA      

                              ES MAYOR QUE EL.   





Ayer noche salí a cenar con un par de amigas. Durante la conversación una de ellas muy tímidamente, así es mi amiga, nos habló de que estaba iniciando una relación con un hombre mucho más jóven que ella. Nuestra otra amiga aunque contenta por la noticia, no dejó de alertar y alarmar a la feliz enamorada, con posibles acciones poco formales y nada éticas que se supone, suelen hacer los hombres en estos primeros estadios de la relación.
Como por ejemplo; comportarse del modo más encantador posible con su enamorada, para conseguir tener sexo con ella lo antes posible y después, si te he visto no me acuerdo.
Este miedo, junto con el de la posibilidad de volver a sufrir por amor, fueron los argumentos de más peso en la conversación para sostener la idea, de dejar la relación antes de que mi amiga pudiera ser engañada y volver a sufrir.

Sin embargo, mientras oía sus repetidas motivaciones y razones sobre este tema, yo solo escuchaba prejuicios, creencias caducas y retrogradas, y sobretodo miedo a sentir.
Al final de la cena cuando nuestra otra amiga marchó y nos quedamos la dulce enamorada y yo, no pude aguantar más y le dije:

- Cuando vosotras veis un complot, un engaño o traición en un cuarentón ( de cuarenta y pocos) que os propone sexo, !Yo veo una bendición!  Acaso no ves que maravillosa oportunidad te está brindando la vida: Sentir, ilusionarte, tocar y ser tocada.....
!Que importa lo demás! Y si tienes dudas y es importante para ti resolverlas antes de encamarte con él. Hablarlo abierta y respetuosamente. Y dile que aún en el supuesto caso en el que el solo quisiera un polvo y nada más, tú ya lo dabas por hecho y que eso para ti, ya compensaba cualquier decepción futura.
Porque tienes cincuenta y muchos, y quién más gana en esta relación acabe siendo solo sexo o algo más, eres indudablemente tú. 
Las mujeres maduras parece que aún no han soltado amarras, pues arrastran consigo las anclas de un pasado reprimido y temeroso, de ser vistas y consideradas como unas "frescas", si no se protegen con argumentos que imposibilitan disfrutar de sus vidas y sentires con libertad y orgullo. 
Pero sobretodo, porque en su maduro corazón sigue palpitando la creencia de que si no se muestran recatadas y castas, no podrán ser consideradas buenas candidatas para tener una relación seria de pareja. Parece mentira que aún hoy día esa creencia siga latiendo en las mentes de tantas y tantas mujeres jóvenes y lo que es peor, maduras también. 
¿Cuando se considerará  la mujer, digna, orgullosa y libre, tan solo por el hecho de ser mujer y ser humano, sin que en ello tenga nada que ver, como es o deja de ser vista por un hombre? 

Margarita Basi.     

sábado, 10 de septiembre de 2016







    LA IDENTIDAD SE HEREDA Y SE GANA

 I Parte:

Desde hace tiempo, vengo preguntándome cómo construimos nuestra identidad y como ésta, puede quedar atrapada o liberada según pertenezca a uno u otro sexo.

Somos el resultado de nuestra genética e historia, así como del entorno en el que hemos crecido. Pero, ¿Cuál de ellos tiene más peso en nuestra identidad, si alguno lo tiene?

Y algo también decisivo, ¿Somos las mismas personas cuando nos observan los ojos de los demás, que cuando lo hacemos nosotros mismos?

Porque si cada individuo es custodio de una identidad propia y genuina, es obvio también creer, que cada ser observará aspectos de mi identidad distintos de los que yo soy capaz de identificar en mi. 

Muchos pensareis que, lo realmente importante de la identidad es la versión personal que el individuo tiene de su "sí mismo", y no la que otro pueda tener de él.

En parte así es, pero como todos recibimos influencias del entorno, de las que no podemos aunque quisieramos deshacernos. Mi identidad va a estar supeditada en parte, al sentir de quienes se relacionan conmigo. Y ese impacto que sus sentires provocan en mi, va a revertir irremediablemente en mi propia identidad y en como los demás me ven.

Ni siquiera el nonato, queda protegido de las embestidas ambientales que logran atravesar el útero cálido y protector, para proporcionarle alimento físico y emocional que necesita para sobrevivir, pero que altera sin duda su virgen y potencial identidad.

 ¿Pero que ocurre con las identidades del varón y la hembra, cuando éstas se desarrollan y crecen? ¿Tienen ambas las mismas oportunidades de construirse con un mismo potencial base?

¿O va a ser quizás una absorbida o restringida de su natural potencial, para edificarse en la sombra y en la servidumbre de la otra?

Y de ser cierto, ¿Que mecanismos y acciones favorecen y alientan tales hechos?

Antes de proseguir, recordemos que para la constitución de la identidad, se necesitan muchos años de evolución; historia, rituales, hábitos y creencias insertadas en el inconsciente, que perpetúen y asienten unos modelos de acción y pensamiento con los que adaptarnos al entorno.

Y dependiendo de nuestra configuración genética, biológica y emocional, responderemos de una u otra forma a los desafíos de la propia vida.

No se trata por tanto de ser mujer u hombre, sino más bien de poseer una energía femenina o masculina.

Lo masculino es duro, fuerte físicamente, sexual, social, público, dominante, explotador, dinámico, político y valiente. Con estos valores lo masculino ha creado este mundo.

Por estas razones nacer hombre sigue siendo motivo de orgullo y nobleza. Incluso antes de que ese varón pueda demostrar estas cualidades.Porque ya las posee de antemano.

Lo femenino por el contrario, es blando, fuerte emocionalmente, sensual, íntimo, privado,conciliador, servil, cuidadoso, pasivo y miedoso. Con estos valores lo femenino ha cuidado del hombre a pesar del menosprecio que ha recibido de éstos. Algo que para mi, no es motivo de orgullo.

Viviendo lo femenino de espaldas al mundo, siendo usado más que venerado, siendo un medio más que un fin, desprovisto de credibilidad y razón porque quién lo evaluaba son hombres sin capacidad ni conocimiento de los valores femeninos.

¿Tienen las mujeres una identidad propia como la que sustentan los hombres? 

¿Han podido en estos miles de años de anonimato, conocerse, buscar y ganarse una identidad propia, sin ningún tipo de dependencia o comparación hacia el hombre? 

 

FIN Iª PARTE.

 

Margarita Basi.  

      

martes, 30 de agosto de 2016


     ¿TIENE LA FEMINIDAD LA MISMA AUTORIDAD  Y            PODER QUE EMANA LA MASCULINIDAD?

 

 Mientras continuo escribiendo mi ensayo sobre la identidad femenina, y como ésta se construye a través de sus distintas formas en el ser humano. Me pregunto porque lo masculino, sigue viéndose como un rasgo más poderoso e influyente que lo femenino, a la hora de calibrar el valor general de un individuo.

Eso es algo que evidentemente se trata de ocultar y disimular, sin embargo todos sabemos que a priori, el macho lo tiene todo más fácil que una fémina, en una sociedad patriarcal como la nuestra.

La sociedad patriarcal bebe de unos atributos y cualidades puramente masculinos como son: la fuerza física, la estrategia y análisis, la inteligencia espacial y matemática, la explotación natural, la productividad a destajo y la competitividad sin limites. Por alguna razón fueron los hombres y no las mujeres quienes crearon las bases de esta sociedad. 

Esos hombres, eruditos, terratenientes, aristocratas, etc... Consideraron que el hombre poseía tan solo por el hecho de haber nacido varón, dos privilegios:

Uno, ser considerado un ser racional, autónomo e independiente, por tanto una persona con derechos y deberes. Y dos, poseer unos rasgos y cualidades masculinas que automáticamente, le autorizaban y le otorgaban una serie de virtudes innatas que lo acercaban más a lo divino que a lo terrenal. 

Tales cualidades, unas genéticas y otras acordadas por aquellos que sostenian el poder y el conocimiento social más elevado y reputado, fueron instaurándose durante miles de años en las conciencias tanto masculinas como femeninas.

Hoy día aunque parezca que la mujer ha dejado de ser el objeto, la esclava o el florero en el mejor de los casos, de un hombre, seguimos arrastrando ancestrales creencias de incorpóreo anonimato femenino, y por tanto, de "invisibilidad humana" de ésta frente a su compañero el hombre. 

Y me he dado cuenta de ello, porque la sociedad reconoce los valores y cualidades femeninos casi siempre en el ámbito privado, doméstico, sentimental... Alabándolos cuando le conviene y ridiculizándolos cuando lo cree también oportuno.

Sin embargo los atributos masculinos, son para la sociedad el puntal y el bastión de nuestra civilización. Sin los cuales, este mundo tal cual lo conocemos no existiría.

Por lo tanto, y siguiendo la filosofía patriarcal más próxima a la productividad que al cuidado del ser, parece lógico pensar que una identidad masculina, posee tan solo por existir, la superioridad que le otorga el respaldo histórico y genético de miles de años de reconocimiento y evolución.

Las mujeres creemos que acumulamos igualmente estos atributos por el simple hecho de ser seres humanos, algo que debería bastar para poseer la misma autoridad y orgullo con el que ellos han vivido su masculinidad.

Sin embargo la realidad no es así, por mucho que nosotras evitemos a toda costa reconocerlo.

Demasiados años de desprecio hacia lo auténticamente femenino, y de admiración hacia el uso masculino de lo femenino, no son fáciles de borrar.  

la identidad femenina está llena de huecos y vacíos que tan solo una fémina puede llenar, con la ayuda de otras como ella. Esperar hacerlo uniéndose a hombres que la protejan, guien, cuiden y dirijan, es seguir faltándose al respeto y al de aquellas mujeres que dieron su vida por mantenerse firmes y orgullosas en un mundo masculino.

 

Margarita Basi.    

lunes, 22 de agosto de 2016

                     CUIDAR DEL AMOR


Si el sentimiento amoroso que brota entre una pareja de amantes, es de las experiencias más bellas de este mundo. ¿Porque casi siempre acabamos exponiendo ese "amor" a las rutinas, banalidades, y penurias que existen en nuestras vidas, en lugar de aislarlo, protegerlo y esconderlo de ellas, como el mayor de los tesoros?

Nuestra cultura y educación acaba imponiendo sus reglas, hasta en como y de que manera gestionamos nuestros sentimientos.

Hasta del amor, la sociedad debe sacar un rendimiento o un interés con el que contribuir al sostén del entramado patriarcal.

Si los amantes vivieran y sintieran libre y naturalmente su amor, lo harían apartándolo de los elementos que lo prolongan pero que a la vez lo asfixian: la convivencia y el compartir una misma economía familiar, con todas sus ventajas e inconvenientes. Cuando eso ocurre, entran en los amantes una serie de nuevas responsabilidades, expectativas e intereses, que dificilmente sus puros sentimientos podrán soportar.

Así es como lo que la mayoría de las parejas llaman amor, no es más que un acuerdo tácito, amistoso y comprometido, en el que sostener sus individuales proyectos de vida en uno solo.

Es evidente que para que eso ocurra, una de las partes tendrá que ceder algo o bastante de su inicial proyecto vital. 

Pero al engranaje social y a sus intereses, poco les importan los sentimientos de los amantes, por ello lanzan el falso mensaje de que el verdadero amor es aquel que se compromete a compartirlo todo; las angustias, enfermedades, dolor, pérdidas y también los pocos placeres que vendrán.... Sin embargo juntos, hipotecados hasta las cejas, el amor inicial crecerá y se hará mucho más fuerte.

Y así es, unen más ciertos intereses materiales que el puro amor sentimental. Pero ¿Acaso la autenticidad de un amor se basa más en cuanto tiempo lleva una pareja unida, o por el contrario, en la calidad de ese amor que nunca ha sido mancillado por otro interés que el de sentirse y amarse?   

Cuando uno ama de verdad no se sacrifica, porque ama.

Cuando uno ama de verdad, pide y ofrece libertad para ser y dejar que su amante sea ella-él mismo.

Cuando uno ama de verdad, no quiere poner ni que su amado-a pongan su vida en sus manos.

Cuando uno ama de verdad crea un micro mundo apartado del resto de la humanidad, a donde ir de vez en cuando con su amante.

Cuando uno ama de verdad, es vulnerable y es siempre sincero con su amado-a, y acepta la posibilidad que al hacerlo, no sea comprendido y éste lo rechace. 

Y sobre todo cuando uno ama de verdad, sabe y acepta la finitud de ese sentimiento y no trata de atarlo ni retenerlo con manipulaciones varias, con el fin de hacerlo eterno.

 

Visto así ¿Cuantas parejas se aman de verdad?......

 

Margarita Basi.