viernes, 31 de julio de 2015




  EL FEMINISMO TAMPOCO AYUDA A LA LIBERACIÓN                                        DE LA MUJER. 


Son muchas las mujeres que considerándose feministas, no están de acuerdo en que algunas féminas afirmemos que por norma general, las mujeres tratan de emular a los hombres, adquiriendo y expresando valores masculinos, para conseguir su propio espacio en el mundo.
Las feministas creen que debido al desprecio y maltrato que los valores femeninos sufren en esta sociedad tan patriarcal, las mujeres que desean una independencia económica y una vida autónoma, tan solo pueden  adquirirla a través de sacar sus armas masculinas.
En mi opinión estas mujeres evitan enfrentarse a una segunda opción a la hora de encontrar su lugar en el mundo: una acción mucho más valiente y arriesgada que la de imitar a los machos. 
Servirse de toda su feminidad y poder femenino, agrupándose entre ellas sin contar con los hombres más que para amarlos o reproducirse.
¿No somos tan aptas como ellos? ¿Acaso ellos compartieron con nosotras la construcción y mantenimiento de este mundo?

Entonces ¿Porque jamás en la historia las mujeres no han permanecido unidas entre ellas, hasta el punto de crear y levantar un mundo paralelo al masculino; femenino, creativo, libre y completamente suyo?

En mi libro: "Yo, Amazona" intento  explicarlo  con ejemplos concretos, pero aquí dejo caer un pequeño avance:

Mujeres autónomas, independientes y feministas. Vosotras que abrazáis los valores masculinos que os dan de comer mientras los juzgáis y criticáis. ¿Que hacéis al respecto?
Vosotras que vivís ajenas a vuestras necesidades femeninas que no son las de servir a los hombres, ni la de perder vuestro propio respeto por una mejor calidad de vida, ni vuestra salud en general por representar el papel de mujer exitosa que ni siquiera vosotras habéis diseñado.....
Vosotras que permanecéis aisladas unas de otras aunque compartáis vuestras frustraciones y desengaños.....

A todas vosotras deciros que no cuidáis las unas de las otras porque seguís viviendo de los hombres: de vuestras parejas o de las empresas creadas por ellos.
No os atrevéis a uniros, a convivir juntas, a criar a vuestros hijos juntas y a crear un mundo más vuestro y femenino.

No hay excusas que valgan. Tan solo la unión entre las mujeres podrá resolver los problemas que nuestra sociedad no ha sabido resolver hasta ahora y que llevan a tantas féminas a sufrir un gran desamparo e injusticia social.
Si el hombre y la sociedad patriarcal menosprecia, ignora, subestima y hasta ridiculiza los valores femeninos.
¿Será quizás porque las mujeres no hemos sabido defender y desarrollar nuestro poder femenino, como ellos han hecho con el suyo?

Algo falla y no son ellos.


Margarita Basi.
         

lunes, 27 de julio de 2015


       ¿COMO ES EL HOMBRE QUE HA RECONSTRUIDO SU              IDENTIDAD MASCULINA?


1- El hombre reconstruido no se compromete a proveer de las posibles carencias materiales o emocionales que pueda tener su pareja, porque entiende que ésta esta capacitada para ser auto suficiente en ambos aspectos. 

2- El hombre reconstruido muestra abiertamente su masculinidad, siendo a veces; sensible, cariñoso y empático (incluso con hombres) y otras rudo, ordinario o bruto (nunca agresivo que es muy distinto).  Y cuando lo hace no le importa que le tilden de "machista" o "superficial", porque el sabe que no lo es.

3-  El hombre reconstruido acepta y muestra sin prejuicios sus limitaciones como hombre, ( también las mujeres tienen las suyas) que son; (en algunos varones) su dificultad para atender el hogar y el cuidado y atención de los hijos, de igual manera que lo haría una mujer.
Y ante la desaprobación, normalmente femenina, él ni siquiera se siente incómodo, sino orgullosos de ser fiel a su genuina naturaleza e identidad masculina y no reprimirla.

4- El hombre reconstruido no renuncia nunca ni por una pareja ni por sus hijos, a dedicar una importante parte de su tiempo a sus "colegas". Para el hombre es vital y terapéutico, compartir ciertos rituales masculinos que realzan y fortifican su masculinidad a la vez que le desahogan de testosterona, para poder luego mostrar sus también valores más femeninos y necesarios para la sana y adecuada relación con otros grupos como : los homosexuales, mujeres, niños o ancianos.

5- El hombre reconstruido ya no trabaja por aumentar su prestigio, su poder o su economía, sino para desarrollar su autentica vocación y creatividad.

6- El hombre reconstruido no apuesta por el matrimonio pues sabe que el amor verdadero no necesita de un contrato de mantenimiento, sino alas y libertad para disfrutar de una unión que es limitada en el tiempo y como tal suele caducar. 
Este hombre no es un Don Juan pues no necesita conquistas ni seducción continua para mantener su ego masculino activo, sino que se compromete pero sin más interés que disfrutar y compartir su amor y sexualidad hasta que ésta se agote. 
Por tanto la fidelidad es intrínseca en una relación como esta y la libertad es su mayor tesoro.

7- El hombre reconstruido cultiva también aspectos humanistas y creativos: le interesan las artes, la psicología y la espiritualidad. Además de compartir los rituales propiamente masculinos; ir de copas con los amigos, escapadas con los colegas, deportes etc...

8- El hombre reconstruido se siente igual de cómodo al lado de sus colegas "machos" como al lado de un grupo de homosexuales, mujeres, niños o ancianos. Es capaz de empatizar, disfrutar, relajarse y aprender  como lo haría con sus colegas, aunque desde otras perspectivas.   

En definitiva el hombre que ha sabido reconstruir su identidad masculina, entra y sale con fácil comodidad de su mundo masculino y femenino, porque ha aceptado que su virilidad es el resultado de la mezcla de ambos.

Un hombre sano en su masculinidad coquetea con sus genitales y pronuncia de vez en cuando alguna palabra soez u ordinaria, pero también se muestra igual de natural y cariñoso ante un hombre o una mujer. No reprime sus instintos masculinos, tanto  sean femeninos como masculinos. 
Este tipo de hombre me inspira más confianza, ternura e incluso atractivo, que aquel que se muestra refinado y remilgado ante unas actitudes muy masculinas como: (eruptar, tocarse, bociferar etc...) y que comparte siempre las tareas del hogar con su pareja pero vive reprimiendo una parte importante de su masculinidad por ello..

Lamentablemente aun somos pocas las mujeres que nos sentimos atraídas por este tipo de hombres. Que también nos hemos liberado de ciertos estereotipos y abrazamos la masculinidad desde otra perspectiva.
El hombre cultivado y sabio porque se ha liberado de sus traumas es viril y femenino a veces. Es rudo y tierno, es fuerte y vulnerable, es amigo y amante a la vez, es libre de sí mismo.
Solo el hombre que  ha estado en su pozo interior y ha pasado allí dentro el tiempo suficiente como para darse cuenta de que, incluso su miseria es brutalmente bella pues es el motor de sus cualidades, consigue  restaurar su masculinidad.   

¿Te atreves? 

Margarita Basi.
       

martes, 21 de julio de 2015


                        EL HOMBRE RECONSTRUIDO      


En este último artículo dedicado al hombre vamos a hablar del "hombre blando" o "soft male"; este hombre procede de los países Nórdicos y de aquellos países anglosajones en donde el "hombre duro" había reinado con más severidad.

El hombre blando ignora su feminidad y el hombre duro la reprime.
Es lo mismo pero cada uno mutila su masculinidad de forma distinta.
El hombre blando no ha resuelto el problema de equilibrar y recuperar su identidad masculina.
Ha dejado paso a una mujer fuerte que aumenta su energía en cuanto el hombre la disminuye, creando aún más tensión, escisión y rupturas de pareja.
En los años 70 el "soft male" aumenta; un hombre maternal, adorable, casero que comparte las tareas del hogar.... Pero en los 80 este hombre está cansado y angustiado porque no se siente tampoco identificado plenamente con su identidad masculina.

1º- Intenta resolverlo castigando a la madre, pero romper el cordón umbilical con ella es más fácil que hacerlo con el padre, entre otras cosas porque no existe. Así el hombre no resuelve el problema.

2º- Psicólogos, historiadores, sociólogos y escritores que han estudiado este conflicto coinciden en hacer responsable de la falta de una sana identidad masculina en los hombres, a la figura del "padre".
Un padre frío, lleno de resentimiento hacia el hijo al que abandona en las "garras" de su madre mientras el padre se comporta como un fantasma ( a penas visible para los hijos), tirano ( a veces), analfabeto emocional ( casi siempre), que no habla ni expresa sus sentimientos con sus propios hijos.

3º- Los hijos de estos padres (la mayoría), están faltos de amor.
Marginan la figura paterna triste, violenta, colérica o débil ( según su madre les haya transmitido), porque es la única que se comunica con ellos.
Estos hijos no tendrán las bases necesarias para ir a buscar información correcta cuando precisen y se sientan indecisos en sus vidas. Por ello confundirán y mezclarán a menudo el sexo con la necesidad de amor o el amor con la razón. Confundirán lo correcto y bueno para ellos con lo que les conviene.
Intentarán construirse a través de la adicción al sexo, al trabajo, a las drogas, al culto al cuerpo etc...
El joven crece sin valores positivos porque vive entre el miedo al padre ( si éste es agresivo) y la rabia por haberle retirado su presencia.
Pocos son los hombres que consiguen aceptar y reestablecer la relación con su padre.
Robert Bly nos habla de que la curación del hombre, a de hacerse a través de la búsqueda del "Guerrero interior" que cada hombre lleva dentro.

Esta búsqueda muestra que tanto el hombre como la mujer poseemos valores intercambiables; así la agresividad es buena en una  mujer porque la ayuda a superar un problema o defenderse de un abuso. Y la compasión es buena en un hombre porque le equilibra a buscar una solución pacífica a un conflicto o a sentir empatía y ayudar a un ser necesitado.
Ambas emociones son simplemente humanas y no debe pretenderse separarlas por sexos, porque lo único que conseguimos con ello es más dolor y sufrimiento.

EL HOMBRE RECONCILIADO:

No es ni el blando invertebrado ni el duro analfabeto  emocional. Es el "Gentle man", el hombre reconciliado.
Este hombre no siente odio ni resentimiento hacia sí mismo porque ha sido educado en el amor y no en el miedo y odio hacia lo femenino.

Para Daniel Levinson en sus trabajos sobre la masculinidad, dice lo siguiente:
"La madurez y por tanto la verdadera masculinidad no se alcanza hasta bien entrados los cuarenta años".
- De los 20 a los 30 años; el hombre aún debe aprender a controlar y reprimir su feminidad interior. Se mide con las mujeres como un seductor y con los hombres en base a sus éxitos y competitividad logra su reconocimiento.
 - De los 30 a los 40 años; el hombre trabaja duro para confirmar su virilidad.

- De los 40 a los 50 años; el hombre ya a aprendido a distinguir la identidad masculina de otros valores ( sexo, poder, ambición...) y empieza su reconstrucción.

El hombre que consigue llegar a adulto reconstruido con su identidad masculina construida, sabe intercambiar actitudes masculinas y femeninas indistintamente según el momento, sin pudor y con seguridad varonil.
Sabe cuidar de un bebé o mostrar sus masculinos valores a un adolescente o jugar un partido de fútbol. 

 Dice Elisabeth Badnter: 

"No puede darse una buena paternidad sin haber aceptado antes la propia homosexualidad latente y unas gotas de pedofilia".
"Ha llegado el momento en que se le permita al padre lo que se le ha permitido a la madre toda la vida".

Y acaba diciendo:
"Son las características femeninas del padre las que incitan al hijo a tomarlo como modelo cuando éste es más pequeño, y cuando ya es más mayor, el padre debe movilizar toda su virilidad para transmitirla al hijo y evolucionar de padre a mentor".


Margarita Basi. 
 

        

viernes, 17 de julio de 2015



                        LA MASCULINIDAD  PELIGROSA


La agresividad masculina como demostrativo de las cualidades del dominio masculino, sigue aumentando: violaciones y agresiones físicas o verbales hacia la mujer.

El patriarcado se basa en esa expresión de poder; solo que unos frenan antes esa pulsión y otros se dejan llevar por ella.

Algunos antropologos han llegado a la conclusión como Peggy Reeves Sandy, que en  las sociedades como Sumatra donde se respeta a las mujeres porque éstas tienen un papel importante en las decisiones colectivas, no hay violaciones o éstas son extremadamente raras.
Igual ocurre entre los Indios Arapesh en América o los Thaithianos o en algunas sociedades africanas que se dedican a la caza y el cultivo.
Sin embargo en el resto del mundo occidental y oriental, estas agresiones están muy presentes.    

Según los psicólogos, el violador es el resultado de una patología de su virilidad y no la expresión normal de la misma.
Es por tanto, la consecuencia del fracaso en la identificación masculina, además de un rechazo excesivo a su propia feminidad, lo cual denomina: "automutilación".

¿Porque los hombres desde mediados del Siglo XX, viven menos que las mujeres?
Hoy en día la diferencia sigue en aumento y ya es de ocho años.
Ellas viven unos ocho años de media más que ellos.

Posibles causas:  
1- La fragilidad del cromosoma Y, portador de menor información genética que el cromosoma X, según la hipótesis de A. Montaigne biogenetista.

2- Jourard asegura que como el hombre necesita también amar, ser amado, comunicar sus emociones y sentimientos, ser activo y a veces pasivo..... Pero como el ideal masculino sigue "prohibiendo" a los hombres satisfacer esas necesidades, al menos abiertamente y sin tapujos, esto afectaría a su sistema inmunológico y a su salud física y emocional.
También conllevaría a éste a sufrir más riesgos  y más accidentes que las mujeres por ello.

3- Beben y fuman más, ejercen más violencia a su alrededor y tienen más estrés por la exigencia social: ser más competitivo, ser más proveedor familiar  o el único, etc...

4- Los hombres visitan menos al médico y a los psicólogos que las mujeres. Incluso se les considera más válidos para socorrerse en circunstancias de emergencia: "mujeres y niños primero".

5- En las guerras son los que saltan al campo de batalla.

6- Su mayor cantidad de testosterona les inhibe muchas veces de tomar la conciencia necesaria para valorar una acción temeraria con la suficiente prudencia y así desestimarla.
Por ello son los hombres más victimas de peleas, lesiones, accidentes que muchas veces les cuestan la vida.

Es necesario enseñar a nuestros muchachos otro modelo viril que acepte la existencia de la "vulnerabilidad", como valor y cualidad tremendamente atractiva y necesaria para la buena salud mental, psíquica  y física de los hombres. 
Expresar emociones, pedir ayuda, expresar cariño y afecto a otros seres (sean incluso hombres), mostrarse cooperativo, resolver conflictos no violentamente, aceptar actitudes antes etiquetadas de femeninas o poco masculinas en un hombre, etc.... Es imprescindible y va a ser la asignatura pendiente para el hombre del S. XXI.
Solo así el hombre conectará y mostrará una sana y atractiva masculinidad.


Margarita Basi.   

              

miércoles, 15 de julio de 2015



                          EL IDEAL MASCULINO                        

Siguiendo con lo anteriormente dicho en el anterior articulo sobre los diferentes estilos masculinos, veremos a continuación la clasificación que Elisabeth Badnter hace en su libro; "X, Y".

1- "No sissy stuff": ("Nada afeminado")
Aunque un hombre necesita el mismo afecto que requiere una mujer para su equilibrio y bienestar emocional, aun está inscrito en muchas conciencias lo contrario.
Y por ello muchos hombres se sienten rotos por dentro, porque se les "obliga" de alguna manera aún a romper y renunciar a cualquier rasgo femenino, es decir a una parte de ellos mísmos.

2- "The big weel": ( "Un pez gordo") 
La masculinidad se mide a través del éxito, del poder y de la admiración que un hombre es capaz de despertar en los demás. Si no es así, un hombre ha fracasado en su masculinidad.

3- "Give' em Hell": ( "Iros todos al diablo")
El hombre debe demostrar que es el más fuerte incurriendo en la violencia si fuera necesario, correr riesgos aunque la razón le diga lo contrario.
Duro, solitario, no necesita de nadie, impasible, una bestia sexual con las mujeres a las que seduce pero no se compromete con ninguna. Un hombre que no se trata con sus congéneres masculinos sino es para competir en algún deporte, actividad o trabajo. Una relación fría e interesada sin sentimientos ni emociones de por medio. Es un mutilado de afecto.

Si repasamos la biografía de algunos hombres célebres que representaron en su época el ideal masculino, veremos como ese ideal tan solo era en apariencia.
Tanto en la biografía de Hemingway o en la obra y vida de   Bukowski, encontramos a un hombre vencido por la enfermedad de la masculinidad, que se debate entre la búsqueda de una virilidad exenta de toda feminidad y el deseo de una pasividad femenina.

Es una contradicción neurótica que acaba con el suicidio de Hemingway y la depresión de Bukouski.

En  "Los hombres duros no bailan" de  Norman Mailer , encontramos al hombre roto y desesperado que lucha entre su pulsión hacia el machismo y su atracción hacia la homosexualidad.
Alcohólico o amante del intercambio de parejas, buscando desesperadamente una virilidad que se le escapa, mientras intenta reprimir y extirpar sus impulsos homosexuales latentes.
El final es dramático; llorando y derrotado reconoce su "falta de cojones" gracias a la aparente y asfixiante desmotivación viril de su padre ante él.
Para un hombre, aunque no lo reconozca, es muy duro sentir que se le identifica más por su capacidad sexual que por otras cosas.
Tener o no tener  "cojones", equivale a ser o no ser.

EL PENE:

Si al hombre aún hoy en día se le identifica en cuestión de su identidad masculina por su potencia y capacidad sexual, es obvio que cualquier disfunción en su miembro viril: (impotencia, eyaculación precoz, débil erección, falta de líbido....) , sea sinónimo de humillación, perdida del sentido de su virilidad, en definitiva de su valor como hombre.

Cada vez son menos los Don Juanes que acumulan conquistas sexuales sin entrar en el terreno sentimental, por puro afán de demostrar con ello su fuerte virilidad.
Hoy en día son cada vez mayor el número de hombres que entienden las relaciones afectivas como un compendio de sexualidad y vulnerabilidad emocional y afectiva necesaria también para sentir una mayor satisfacción en sus relaciones.


Margarita Basi. 

martes, 7 de julio de 2015



       "HACIA LA CURACIÓN DEL HOMBRE ENFERMO"

Como resumen a  lo anteriormente expuesto en el blog y basándome en el libro de Elisabeth Badnter, " X Y, Identidad masculina": "El sistema patriarcal ha parido a un hombre mutilado, incapaz de conciliar X e Y, que es su herencia materna y paterna respectivamente". Dice Badnter.
Se ha confundido que construir la masculinidad es solo diferenciarla lo más posible, de la feminidad.
Y eso no es así. Porque el hombre para ser completo necesita unir sus pedazos de origen femenino con los de su base y esencia masculina. Pero la realidad es que el sistema patriarcal ha hecho todo lo contrario; reprimir la fuerza femenina del hombre que lo ha convertido en , misógeno, homófobo  o un débil pusilánime.

En el sistema patriarcal actual, el odio hacia lo femenino que hay en uno mismo engendra un dualismo por oposición.

( Si hay un odio hacia lo femenino: 
cuando nuestra sociedad occidental y del primer mundo sigue disfrazando a las mujeres de hombres; ejecutivas, directivas, empresarias, ministras etc.... dándoles unas migajas del poder masculino con el que éstas se conforman, sin embargo a cambio éstas deben pagar un alto precio por ello: desestabilizar su vida familiar, renunciar a disponer de su tiempo de ocio para ellas mismas y lo más preocupante, renunciar a gran parte de sus valores femeninos porque se contraponen con los masculinos que deben defender)

Se trata de alterar el espectro de la bisexualidad y homosexualidad interior, a base de oponer a los sexos y asignarles espacios y funciones diferentes.
Ello conlleva a más odio, escisión y represión porque cada sexo lleva implícito parte del los valores del otro, y para ser y sentirse completo debe reconocerlos y sentirlos suyos.

EL HOMBRE ENFERMO DE LOS 80.

El feminismo surgido como respuesta al maltrato injusto por el que millones de mujeres sufrieron la violencia y la marginación durante tantos tanto tiempo, resolvió que el hombre era algo así como su principal enemigo, sin embargo aprendieron rápido a imitarlo en lugar de reforzar su poder femenino.

El hombre empezó a perder su identidad, la poca que ya le quedaba pues ésta se basaba principalmente en su capacidad sexual, cosa que se contradecía con recuperar sus valores femeninos.
Así el hombre comenzó a darse cuenta de que no podía seguir desoyendo su parte emocional, pero no tenia armas para poder hacerlo y así fue como se inició el declive emocional masculino:

EL HOMBRE MUTILADO:

Hay dos tipos principales de hombre mutilado:

1- El hombre nudo: Su feminidad natural ha sido amputada. Es un hombre duro, machista que nunca se ha reconciliado con sus valores maternales o femeninos.

2- El hombre blando: Le falta virilidad afectiva ; fueron probablemente niños huérfanos de padre ( no literalmente, sino que no tuvieron a su lado en esos momentos a un padre firme, limitante pero a la vez comprensivo y afectuoso con ellos) que estuvieron muy ligados a la madre.

El hombre duro que afortunadamente está empezando a desaparecer, está obstinado por la competencia, las hazañas, el intelecto o la sexualidad. Desvalido emocionalmente a la vez que satisfecho y seguro de sí mismo. Agresivo, controlador y posesivo, es incapaz de implicarse con los demás y sentir empatía o compasión.

El hombre blando por el contrario renuncia voluntariamente a los privilegios masculinos y abdica del poder y de cualquier profesión que le obligue a alejarse de su vida familiar. Su  pareja es feminista y le obliga a trabajar en igual de condiciones, en las labores domesticas. 
Este hombre ve afectada y mermada su masculinidad e identidad masculina y finalmente suele abandonar a su pareja pero nunca se desentenderá de sus hijos.

Faldbakken, añade un tercer tipo de hombre:

3- El hombre "maternalizado": éste se ocupa sin ayuda de nadie de sus hijos porque considera que la madre no es capaz de hacerlo tan bien como él. Suele darse una lucha intensa y de repercusiones nefastas para los hijos, entre ambos progenitores.
Es como si el padre se transformara en una madre protectora sin ninguna necesidad, por miedo a perder el amor de sus hijos y hará todo lo posible para separarlos de la madre.


Margarita Basi.