lunes, 28 de septiembre de 2015



                          RELACIONES NADA CUÁNTICAS.

                          RELACIONES A DISTANCIA.

                           ( TERCERA PARTE Y FIN).

Colocarnos a una distancia prudencial de una buena hoguera, es muy confortable y cálido. Pero aproximarnos demasiado a ella no solo es desagradable, sino que puede quemarnos y dañarnos.

En las relaciones personales y sobretodo las sentimentales o amistosas, ocurre exactamente lo mismo.
A parte de las personas que somos valientes y más o menos torpes, pero que nos movemos sin miedo en el calor de los sentimientos, quemándonos unas veces pero otras, sintiendo también el placer y confort que éstos nos proporcionan. Existen otras menos osadas pero muy mañosas y perfeccionistas, que nunca se acercan al ardor y pasión, que también provocan los sentimientos,  por temor a a que éstos acaben haciendo cenizas su  brillante coraza racional.  

Estas personas muestran varias maneras de relacionarse.
 Pueden tener parejas convencionales con las que conviven, o  pueden incluso mantener una pareja (y ser ésta la única), con la que comparten sexo y amistad un par de veces al mes. 
Hay miles de combinaciones posibles en las que poder elegir. 
Pero el único denominador común en todas ellas es, la falta de sentimiento emocional y por tanto la nula capacidad de expresar sentidamente, emociones y sentimientos. 
Porque una cosa es hablar de ellos en tercera persona, como quién cuenta una película o novela, y otra muy distinta es  tener la generosidad, la humildad  y la valentía, de compartir sensaciones tan profundas, íntimas y humanas con aquellos a quién amamos. Sean amigos, parejas, familiares o a veces personas anónimas que pasan por nuestras vidas temporalmente, brindándonos este regalo que es el mejor desahogo para el alma.

Hace una semana harta y cansada (había llegado el momento) de seguir alimentando una relación nada cuántica, decidí ponerle fin.
Lo conocí hace dos años y desde el principio de la relación, nos vimos cuatro o cinco  veces. Él me avisó de que no deseaba ninguna relación seria y que requiriera verse a menudo. Yo acepté porque una negativa era siempre estimulante para mí, además me parecía una buena persona, misterioso y muy atractivo.
Más tarde fui descubriendo que el enigmático magnetismo que emanaba a través de sus ademanes, así como su conversación pausadas y exquisita, eran tan solo la expresión que camuflaba una inquietante y profunda tristeza, pena y casi depresión. Causadas por un divorcio traumático.  
Después de casi dos años, por fin vi claro el sin sentido de aquella relación. No solo por el casi nulo interés de él por conocerme, estar conmigo, compartir algo más que un té y una conversación informativa sobre la actualidad en el mundo. Sino por su incapacidad egoísta, miedosa, inmadura....  de establecer en esos breves y escasos momentos juntos, una conversación más profunda.
Me di cuenta de que del mismo modo que él tenía derecho a no abrir conmigo sus emociones, yo también lo tenía al querer hacerlo.
Así se lo hice saber y él perplejo, me contestó que no entendía porque yo le pedía más, cuando él solo quería tener conmigo UNA RELACIÓN A DISTANCIA. 

A mi me causan más miedo e inquietud las personas cerradas a expresar y compartir no solo datos, sino lo que esos datos les hacen sentir, que aquellas que a veces de una forma atolondrada, torpe pero sincera y humana, tienen la generosidad y la humildad de corazón de invitarnos, por un momento  a entrar en su mundo interior. 
Gracias a todos aquellos hombres y mujeres, que me habéis conmovido e ilustrado con vuestra generosidad emocional y sentimental.     

Margarita Basi.  
       

miércoles, 23 de septiembre de 2015


                            RELACIONES CUÁNTICAS

                            CON CEREBRO Y CORAZÓN.




Somos Logos y Eros, encerrados en una psique que obliga a ambos a entenderse. Porque de no hacerlo el ser humano sufre y hace daño a  aquellos con los que se relaciona.
La mayoría de los mortales escogemos uno de ellos para que domine sobre el otro a la hora de relacionarnos, y así no tener que gastar demasiada energía, valor y humildad para comunicarnos.
Solemos escoger a Logos. La razón, el intelecto, el pragmatismo y la objetividad porque son cualidades seguras y estratégicas, que blindan nuestro sensible y bello Eros de cualquier flecha que cupido tenga a bien lanzarnos. 
También nos mantiene fríos y distantes de las emociones y sentimientos ajenos. Mirándolos de reojo pero sin clavar la vista en ellos, para no dejarnos unas veces seducir, y otras sufrir algo de amargura, que toda vida sentida lleva en su interior. 

¿Pero como va a permitir logos con su brillante armadura, dejarse vencer por el instintivo  y escurridizo Eros? El que te lleva al cielo el mismo día en que te hunde en el infierno. 

Un gran filósofo del que no recuerdo el nombre, dijo que una vida que no aporta trascendencia a un individuo, no merece ser vivida.  

Trascender no solo es aprender y acumular datos, información y experiencias vacuas. Para trascender, uno ha de ser conmovido, retorcido, vapuleado, seducido, amado y vencido por las emociones y sentimientos, no solo propios ( cosa que sería algo egoísta), sino de aquellos con los que se relaciona.
Después, solo él decidirá si hundirse en adictas y dependientes relaciones, en amores platónicos, en relaciones de poder y manipulación. O resurgir como el ave Fenix; sabio, humilde, libre y dispuesto a ofrecer su vulnerable, intimo y bello Eros a todo aquel que esté dispuesto a recibirlo.   

En el próximo artículo y último de las relaciones cuánticas, hablaré de un ejemplo de relación nada cuántica.


Margarita Basi.            


lunes, 21 de septiembre de 2015

                 

                            RELACIONES CUÁNTICAS

                                 (SEGUNDA PARTE).


Las relaciones cuánticas son aquellas que ocurren cuando dos personas al relacionarse, tienen la suficiente seguridad y confianza en sí mismas, como para abrir y desplegar todos sus sentidos ( no solo la razón), y dejarse conmover por el discurso y el  diálogo mutuo. 
Y esto es así porque ninguna de ellas temen, ni se protegen, ni blindan su sensibilidad hacia el otro, ya que saben que es precisamente esa actitud, la que evitará ser devorados o manipulados por un discurso egocéntrico, simplista u opresivo y del mismo modo, les mantendrá permeables hacia otro dialogo emotivo, sincero, humilde, sabio y respectuoso.  

Desde la Grecia clásica de Sócrates y Platón, hasta justo antes de la revolución industrial, el ocio, tener cubiertas las necesidades básicas y el choque cultural existente, bastaban  para crear la atmósfera necesaria que propiciara un buen diálogo discrepante, que es en definitiva, el mejor enriquecedor de almas.  
Hoy día, faltos de ocio (y no porque no lo  haya, sino  porque no sabemos disfrutarlo ni apreciarlo), de un mínimo bienestar económico que tiene su origen en las cada vez más grandes diferencias económicas y de rentas entre los individuos. Tan solo nos queda el choque cultural, al que vemos más como una amenaza, que como un referente que nos ayuda a evolucionar culturalmente.

No son buenos tiempos para la cuántica relacional. La frialdad, la razón unilateral y la falta de compasión y sensibilidad de todos nosotros en nuestras relaciones, han extendido unos tentáculos   demasiado poderosos como para romperlos fácilmente.

¿Confías en ti, tienes seguridad y una alta autoestima que no es tan orgullosa como humilde? 
¿Sientes un gran respeto y avidez por conocer y sentir las emociones de los demás cuando conversas con ellos, por más simple e intrascendente que te parezca el discurso a primera vista?  

Hay mucho más que aprender en las personas, que criticar o censurar en ellas. 
Solo hay que mostrar nuestra creativa emocionalidad en todo cuanto decimos y hacemos.

En el próximo artículo la tercera parte.

Margarita Basi.   

 

viernes, 18 de septiembre de 2015


                    LA CUÁNTICA DE LAS RELACIONES






PRIMERA PARTE

De la misma manera que necesitamos comer para vivir, deberíamos tragar y absorber con la misma devoción y placer, las emociones que llegan a nuestro estómago y los sentimientos que a veces devoran nuestro corazón.
Pero son aún muchas las personas que  se asustan por sentir pena, dolor, placer, amor, compasión, ira... Y cualquier emoción o sentimiento por puro miedo y hasta terror a perder el control y a sentirse vulnerable.    
Sin dolor no hay placer, sin hundimiento no hay renacimiento y sin sentimiento ni emoción no hay vida plena, sino una rutina llena de etiquetas y prejuicios totalmente predecible y confortable pero vacía. 
Estas personas viven desconectadas de sus emociones y sentimientos, que al fin y al cabo son los únicos que te conectan con tu verdadero ser y alma. Y han conseguido hundirlos en un fango espeso y maloliente que los mantiene a raya de su vida cotidiana. 
Ellos crees que son felices porque su inteligencia intelectual (suelen ser personas más racionales que emocionales), ha construido un mundo a su justa medida, lleno de pragmatismo, objetivismo, competitividad, materialismo, adicciones ( una muy común es,al trabajo) y prejuicios.
Estas personas no pueden entender que hay tantas formas de ser en ellos mismos, como sean las veces que se relacionen con otras personas.
Es decir quién vive fuera de sus emociones y dentro de su razón, no entienden ni aceptan, no solo su vulnerabilidad y emocionalidad, sino tampoco la de los demás y sobretodo, la fuerza cuántica y casi mágica que se ejerce entre dos o más personas, cuando liberan y comparten entre ellas todo su potencial humano. Haciendo que en ese encuentro ya nada sea como antes de compartir sus vivencias, porque ya serán distintos para siempre y así sucesivamente.  

Yo tengo siempre presente, que pertrechados en la rigidez y en la soberbia egocéntrica heredada del patriarcado rancio y desfasado ya hoy día, nunca podremos desarrollar todo nuestro potencial, así como no conseguiremos sobrevivir a esta nueva y futura sociedad, que tenderá cada vez más a poner a prueba y a llevar al límite a quienes no reconozcan de una vez, la cuántica de las relaciones.
Solo limpiando los traumas del pasado, los individuos y por tanto las sociedades podrán tender una mirada compasiva, solidaria y cooperante al resto de la humanidad. Porque los valores y discursos conquistadores, reduccionistas y en exceso competitivos ya no serán rentables ni seguros.

"Somos en gran parte, el resultado de la interacción de los demás en nosotros".
Si esto es así; ¿No deberíamos cuidar, proteger y respetar mucho más esas relaciones?

Margarita Basi 
   

miércoles, 9 de septiembre de 2015


               SEXO Y DINERO, PRINCIPALES APEGOS.


Siguiendo con el último artículo que escribí hace un par de días, os doy mis razones por las que creo que las mujeres, siguen aún más dependientes de sus propios apegos femeninos que los hombres de los suyos:

Ellas siguen creyendo que el amor que sienten lo puede todo.... Puede cambiar el carácter gruñón, posesivo, irascible, infiel.... de su amado. Ellas lo pueden cambiar..

Ellas continúan pensando que necesitan un padre conviviendo con ellas y sus hijos, pero no porque sean felices junto a él, más bien porque no conciben otras opciones de crianza y convivencia, más saludables y adecuadas para ellas y sus hijos, teniendo en cuenta los cambios sociales que se darán en un futuro.

Ellas siguen sintiéndose vulnerables al amor y en su etiquetado cerebro se puede leer , marcado a fuego: "Lo dejaría todo por amor". Así es como piensan que su sofisticado y sensible mundo emocional, necesita el equilibrio racional y pragmático de un hombre para mantenerse estables.
Pero yo creo que ese razonamiento esconde otra causa: el miedo y cobardía femeninos a vivir solas sin un varón en casa.

Y por último, ellas mantienen la creencia de que sin un hombre a su lado, perecerían, fracasarían o simplemente tendrían una peor calidad de vida. Así que prefieren malvivir (algunas) de otra manera, pero conservar el tren de vida que hace que a ojos de los demás, parezcan felices, exitosas y satisfechas.

Muchos hombres ya no quieren repetir convivencia con sus parejas, después de haber soportado un largo matrimonio y penoso divorcio. Y son felices viviendo  solos o compartiendo hogar con algún amigo, o familiar. Han aprendido a ver que en la vida hay muchas cosas que llenan el espíritu y el alma: los hijos, los padres, los amigos, la vocación, el altruismo....
Y que el amor romántico es un bien muy preciado, que la mayoría de veces va y viene a lo largo de nuestra vida.
Lo excelente y mágico no está hecho para ser retenido ni poseído entre cuatro paredes, porque se asfixia o enferma más fácilmente que otros bienes más mundanos.  

A las mujeres en general, nos cuesta un poco más ver las relaciones amorosas de esta manera.
Quizás porque llevamos muchos siglos soportando injusticias, dolor, miedo y esclavitud. Y tan solo un siglo de aparente igualdad entre nosotras y ellos, gracias a que muchas de nuestras antecesoras dieron sus vidas para que ahora nosotras disfrutemos de mayor dignidad  y cierta libertad. Pero ésta  no es más que ficticia.

Creo que es hora de hacernos algunas preguntas:
¿Es esto suficiente? ¿Realmente vale la pena que las mujeres sigamos trabajando tan duro? ¿Estamos satisfechas de nuestras vidas?
 ¿Estamos unidas las mujeres, trabajamos en grupo para construir otra sociedad menos patriarcal, así como riqueza y prosperidad a nuestra manera y conciencia femenina? 

Margarita Basi.  

lunes, 7 de septiembre de 2015


     SEXO Y DINERO; NUESTROS PRINCIPALES APEGOS





Aunque nos parezca haber evolucionado y cambiado nuestros ancestrales apegos y más primitivas dependencias y pulsiones, éstas siguen aún muy vigentes en nuestras vidas, casi como en la prehistoria. Son el sexo y el dinero.
Sí que han variado los escenarios, la cultura, la tecnología, etc... Pero estos  impulsos primarios que tanto al hombre como a la mujer nos ayudaron antaño a mantener nuestra especie con vida y a perpetuarnos hasta hacernos los más fuertes e inteligentes de nuestra raza humana. Se mantienen intactos en lo más profundo de nuestro cerebro reptiliano, y mientras allí sigan continuaremos repitiendo los mismos esquemas de comportamiento que ahora sí, interfieren en la buena evolución futura de nuestra especie.
La dependencia sexual del varón y la económica de la mujer, siguen frenando las buenas relaciones entre ellos y por tanto la mejora de nuestra especie.

Lo que hace miles de años eran apegos necesarios para el equilibrio de nuestra raza, ahora no solo ya no sirven, sino que obstaculizan una correcta evolución natural. Porque nuestro entorno, tecnología, ambiente, ciencia y sociedad, están cambiando a marchas forzadas y empujan cada vez más, a que nuestras conductas primarias se transformen en otras que nos permitan seguir creciendo de forma más autónoma y libre. 

Creo que en un futuro no muy lejano, el poder económico estará también dentro de grupos femeninos muy bien organizados y hermandados. Creando un tipo de riqueza sostenible y solidaria y no por ello menos competente. 

El hombre ya no se unirá una mujer para crear núcleos familiares estables y perpetuos o simplemente formar familias, una detrás de otra por cada divorcio que tenga. Tampoco lo hará para poder tener relaciones sexuales con periodicidad, porque ese tabú ya estará resuelto y la libertad sexual de cada uno ya no estará condicionada a la maternidad, al tipo de familia o al estatus social. 
Otra causa de estos cambios culturales y sociales será que al haber aumentado tan  peligrosamente la población mundial y al tiempo, crecido  la pobreza y la diferencia entre ricos y pobres, tan solo unos privilegiados seguirán concibiendo, pero el resto de la población no podrá hacerlo.  
Por estas razones las necesidades familiares hasta ahora conocidas, cambiarán drasticamente provocando unos  cambios de hábitos.

Uno de ellos será que las mujeres ya no buscarán un hombre para formar su nido y crear su prole. Las mujeres que puedan y quieran ser madres lo harán pero independientemente de si tienen o no una pareja sentimental. Y esto no será ya una excepción.
Al darse cuenta las féminas de que los hombres ya no las necesitan para crear sus familias, éstas habrán de cambiar sus estrategias hasta ahora conocidas por otras más competentes y realistas.

El varón consigue variedad sexual tan fácilmente como clikar varias teclas en su ordenador. No puede establecerse en familia porque está constantemente en movimiento, los empleos son escasos y efímeros en el tiempo, así como el sueldo.   
La mujer para prosperar en este nuevo ambiente social necesita el apoyo de otras mujeres. Por varias razones; sienten y piensan con los mismos valores femeninos, unidas y no enfrentadas consiguen la fuerza necesaria para independizarse del varón y de sus leyes patriarcales y lo mejor de todo, ni el desamor, ni la infidelidad sexual, ni los malos tratos romperán nunca esa unión.
Ofreciéndoles una seguridad y una tranquilidad que antes no tuvieron junto a una pareja sentimental. Ni ella ni sus hijos sufrirán las consecuencias económicas, sociales y emocionales que una separación sentimental provoca en una familia convencional.

La mujer del S. XXI habrá entendido por fin, que enamorarse y amar a una pareja, casi nunca es posible hacerlo durante toda nuestra existencia. Por ello sabe que lo mejor para ella no es hipotecar su vida personal al completo en alas de su "Amor".

Tanto la mujer como el hombre del futuro son libres desde sus cunas, porque son educados por hombres libres que no dependen ya de féminas dependientes a la vez de ellos, y por tanto enseñan a sus hijos una nueva forma de relacionarse y de evolucionar como personas, libres de apegos y dependencias ridículas y anticuadas.

En esta visión futurista de las relaciones entre hombres y mujeres veo más preparado a l hombre que a la mujer.......

En el próximo artículo explicaré porqué.

Margarita Basi.    

sábado, 5 de septiembre de 2015




                                LIMPIANDO MI WHATSUP


Limpiamos nuestros hogares, nuestros cuerpos, nuestras ropas, y de igual modo renovamos también nuestros roperos, imagen personal y la decoración de nuestras casas.
Es lógico que también hagamos lo propio con nuestras relaciones personales.
Hoy día, una de las herramientas sociales que mejor nos sirve de guía para establecer contacto con nuestros amigos en general, es sin duda whatsup.

Quién no ha ido cientos de veces a esta aplicación en los momentos en los que; esperando el menú en un restaurante, o en la consulta del médico, o simplemente matando el tiempo en el sofá de su casa, buscaba como entretenerse.
Este verano en el que he tenido mucho tiempo para desconectar, relajarme y pensar, he caído en la cuenta de que en mi whats aparecían personas a las que no había visto en casi un año o más.
Entonces me hice la siguiente pregunta: ¿Que necesidad tengo de mantener a esas personas en mi movil. Ver sus caras, las de sus hijos o sus mascotas? Ninguna, me dije.
Del mismo modo que retiro un enser de cocina que ya no utilizo porque me ocupa un espacio que necesito, o simplemente me libero visualmente de algo inservible. No son las personas inútiles, lo son algunas relaciones que mantenemos con ellas.
Decidí borrar esos contactos y bloquearlos. Pero no todos.

La semana que viene me he citado con una de esas personas que ocupan un espacio ya inútil en mi vida, y lo más probable es que yo haga lo mismo en la suya. Pero ese no es mi problema.
Cuando lo conocí hace ya dos años, me gustó y me sentí ilusionada con él. Ya sabéis fantaseaba con la posibilidad de tener una relación más profunda..... Sin embargo él no sentía lo mismo y al cabo de algunos meses yo dejé de sentir mariposas en mi estómago cuando lo veía. Ayudó mucho para que yo dejara de sentir cosas por él, que nos citáramos cada seis o siete meses. 
Como fue muy sincero conmigo yo también quiero serlo con él.
El escasisimo tiempo que dedicábamos a nuestra relación era clarificador y mostraba que entre nosotros no había nada.
Ni atracción sexual, ni amistad, ni sentimientos de amor.
Entonces ¿Porque seguimos quedando? Si no queda nada, nunca hubo nada.

Probablemente la rutina aunque tan espaciada en el tiempo, había calado en una forma de habito absurdo. O quizás fuéramos el uno para el otro su "Plan B". Otra razón posible aunque algo rebuscada, pudiera ser que él se sintiera compadecido de mi por no haber podido compartir mis sentimientos en un inicio, y creyera que para sentirse mejor debía quedar cada ocho meses conmigo mientras se tomaba un café.
Hace una semana recibí un watts de esta persona. Esta vez había pasado casi un año desde nuestra última cita. Al ver su nombre no sentí ninguna emoción, ni frío ni calor. Pero unos instantes después noté una especie de peso en forma de deber. " Había que quedar, era lo que siempre hacíamos".
Aquel pensamiento me hizo reflexionar sobre lo que realmente sentía por aquella persona:
¿Era pulsión sexual, era pura amistad o era enamoramiento?
La respuesta a las tres preguntas fue la misma: No era nada de eso.

Decidí aceptar la cita porque quería transmitirle personalmente, los motivos por los que aquel sería nuestro último encuentro acordado.

"Ya no me provocas ninguna sensación estimulante ni gratificante. Tampoco me dices nada nuevo que aprender, que pensar pero sobretodo, nada que sentir. Ha pasado mucho tiempo, demasiado....

Eres como aquel único cigarrillo que llevas años fumando y que es ya ridículo mantener. O  fumas veinte o ninguno.
Mi relación contigo es similar a la de un trasto viejo o una prenda que año tras año, llena y se repite en mi armario. Nada me aportas, tan solo me quitas espacio y tiempo, aunque sea mínimo, es para mi sagrado y valioso para perderlo así.  

Ya quedan pocos días para liberarme de ti y tu de mi. 
Mi whats se vacía a marchas forzadas mientras me quedo tan solo con relaciones cómplices, íntimas y chispeantes. 

Así quiero mi whats, así quiero que sean mis relaciones.
¿Y tu, ya limpias?......

Margarita Basi.