domingo, 24 de abril de 2016

   


                
                

                       PRIVILEGIOS FEMENINOS CADUCOS.

  

Cuando hablamos de igualdad de género, sobreentendemos que estamos hablando de las diferencias e injusticias, que la sociedad patriarcal aún comete hacia las mujeres.
Resulta a mi modeo de ver altamente sorprendente, que en ningún caso nadie o casi nadie, piense o le vengan a la mente las grandes desigualdades y sufrimiento, que los caducos privilegios femeninos están provocando no solo en las vidas de muchos hombres, sino también en las de esas mismas mujeres que en su afán de alcanzar la igualdad que tanto anhelan, se llevan por delante la dignidad, la autoestima y la virilidad masculina.

Basándonos en que nuestras vidas siguen sujetas por los voraces tentáculos del patriarcado, cualquier acción que suponga una liberación y una mejora de la dignidad de la mujer, va a tener como consecuencia una reacción contraria y opuesta en el varón, y viceversa. No puede ser de otro modo, porque los valores del patriarcado son egoístas, insolidarios y desnaturalizados de toda fuerza y sana energía masculina o femenina.
Así explicamos porque casi siempre en una relación sentimental estandar, las ventajas que consigue una de las partes al obtener sus propios intereses, dejan un rastro irremediable de amargura, resentimiento, sacrificio y hasta dolor en la otra.
¿Es justo que un hombre sea educado para ser el proveedor económico principal de su familia?
¿Es decente que por ello un hombre viva presionado y estresado toda su vida, creyendo que si no lo consigue no es un hombre de verdad?
¿Es digna la mujer que reclama una pensión económica a su ex pareja, así como acepta que la vivienda familiar (que algunas veces ha pagado solo él) sea para ella, dejando a su antiguo amor sin techo?
¿Es propio de un ser bondadoso, alentar a la persona a quién amas a prosperar y a escalar peldaños en la escala social y económica, aludiendo que se hace por el bienestar familiar, cuando realmente sabes que lo haces por conseguir los privilegios y calidad de vida que sin esa persona a tu lado no tendrías?

¿Es respetuoso y digno ya no solo abandonar una vocación o meta por seguir a un amor, sino años más tarde recriminarle a éste su responsabilidad en ello? 

¿Es coherente y generoso no dar respiro a la pareja, queriéndo y hasta obligándola a  que ésta participe de actividades que no le son tan gratificantes como a nosotros, pero al tiempo nos permitimos disfrutar de un nivel de vida que de no ser por ella, no podríamos tener?

Los privilegios femeninos, permanecen silenciosos y mitificados dentro de un aura de perfume empalagoso, que nubla el sentido de los más minimos principios de igualdad, solidaridad y bondad hacia nuestros seres querídos.  

Ya es hora de hablar claro y poner a todos, hombres y mujeres, en su lugar correspondiente, fuera de falsas e hipócritas creencias, que tan solo hacen que poner más tierra de por medio entre varones y féminas.


Margarita Basi.